Hace un año ocurrió algo histórico, Allman Brothers Band daban su último concierto. Gregg, Butch, Jaimoe, Warren, Derek, Oteil y Marc, esa fría noche del 28 de Octubre del 2014, finiquitaban una formación, un nombre legendario que pasaba a mejor vida. Esto no es una crónica de aquel concierto, es la odisea por la que pasé hasta esa mágica noche. |
Me gustaría poneros en antecedentes, y contaros sin enrollarme mucho, lo que pasó y por lo que pasé hasta esa noche. Y es que realmente la banda se iba a despedir del Beacon Theater de NYC, su hogar durante más de 200 noches, en Marzo del mismo 2014. Sería por todo lo alto con una de sus impresionantes Beacon Run, esta vez 12 noches donde se explayarían con amplios repertorios, invitados y cambios de set-list constantes para los verdaderos fans.
Retrocedamos antes casi 20 años, cuando compré en un Galerías Preciados un disco que contenía las dos primeras obras. Tengo una pésima memoria, pero recuerdo como si fuera ayer, volviendo en el coche tras dicha compra, pedirle a mi padre que lo pusiera… y el vuelco que me dio el corazón al escuchar el paso de la primera “Don’t Want You No More”a “It’s Not My Cross To Bear” con ese tremendo y poderosísimo “yeah yeah yeaaaaah” de Gregg, fue tan tan grande que desde ese preciso momento supe que los de Macon iban a ser para mí mucho más que una banda.
Pero ser tan fan me iba a costar caro, porque desde la gira del brutal y avefenixiano “Seven Turns” que hicieron en 1991por Europa, no han vuelto a pisar el viejo continente. Cruzar el charco era la única opción de vivir una experiencia Allman. Y no fue hasta que no le vi las orejas al lobo cuando por fin me animé de verdad. Era ahora o nunca, la última oportunidad de ver a unos verdaderos héroes para mí, con una de las mejores formaciones de su historia, un Gregg aún con ganas y voz portentosa; y sobre todo Warren Haynes y Derek Trucks, los que han sostenido esto durante tantos años y a la par han empujado al precipicio del fin, una de las parejas de guitarras más sobrehumanas que han existido, con una química tan perfecta y explosiva adquirida con los años, que ardía en deseos de comprobar en directo.
Así que me lié la batamanta a la cabeza y me decidí a verlos las últimas 4 noches del último Beacon Run que iban a celebrar. A Europa sí había hecho el esfuerzo de viajar para ver a varias de mis bandas favoritas, pero esto suponía un nuevo reto. Me planté en NYC, y estando en pleno Times Square recién aterrizado recibo el primer mazazo al leer queGregg ha tenido que ser ingresado por una inesperada bronquitis, y que la noche de antes y esa misma la banda daba los conciertos sin el patriarca, en su lugar varios invitados ayudarían en las tareas vocales. Las noticias eran algo confusas, se esperaba su recuperación para las últimas 4 noches (justo las que tenía yo), el propio Gregg declaraba que iba a hacer todo lo posible para ello… pero el pesimismo se instauró en mi. No me lo podía creer, por un lado me negaba a la posibilidad de verlos sin su buque insignia, sin quien daba nombre a la banda; pero por otro pensar que me podía volver con las manos, los oídos y los bolsillos vacíos me aterraba. Para colmo las entradas que había comprado (cada día en una localización distinta del teatro… ya que me despedía de ellos lo hacía a lo grande!) eran de reventa,.. y no tenía claro si en el caso de no haber concierto me las comía con papas. Así que imaginad los siguientes días en el estado de histeria y ansiedad en el que me encontraba, aunque había ratos que me mostraba confiado y esperando una ayuda de la diosa Fortuna. Cada vez que cazaba wifi por la calle buscaba info desesperado como un vampiro sangre… hasta que llegó la fatídica noticia de la que no estaba preparado, Gregg no terminaba de recuperarse y se posponían los últimos cuatro shows finalmente. Estaba devastado, y aún me quedaban 6 días más por allí; parecía un zombie deambulando por las calles de Manhattan. Al principio sólo pensaba en coger un avión de vuelta y olvidarme de toda esa pesadilla… pero finalmente hice de tripas corazón y me intenté abstraer disfrutando en la medida que pude de la City, que no todos los días se está allí, copón! Aunque hasta que no vi que me devolvían el importe de todas las entradas fue otro sinvivir esos días, pero como decía Michael Ende en La Historia Interminable, “esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión”.
A pesar de la amarguísima experiencia, y de que la vida del fan es tan gratificante como sufrida, mi esperanza de ver a los Allman antes de su disolución no había terminado. Meses después anunciaron que los conciertos pospuestos serían en Octubre, y éstos sí iban a ser no sólo los últimos shows de la banda en el Beacon Theater, serían los últimos de su historia. Entre medias tocaron en festivales como el Wanee, Mountain Jam, Peach y Lockn’.
Y sí amigos, en un acto de valentía, amor por la banda y masoquismo a partes iguales, volví a liarme la manta a la cabeza y me hice con (de nuevo en la jodida reventa, no había elección) entradas para los dos últimos conciertos. Qué demonios, como dirían las Azúcar Moreno, “sólo se vive una vez”!!.
No voy a entrar en detalles de los conciertos ni de los temas que tocaron, ya las crónicas se escribieron hace un año. Sólo puedo decir que mereció la pena cada euro invertido en ir por partida doble, cada segundo de esfuerzo, de calentamientos de cabeza, de malos ratos, de estar lejos unos días de por entonces mi único hijo de un año… La penúltima noche fue mágica, casi tres horas donde pude por fin comprobar el verdadero poder de esta banda que es el directo. Ver cómo tito Gregg estaba a un nivel infinitamente mejor de lo que podía imaginar, sin reserva alguna y dándolo todo. Sonreir y dejarme llevar en volandas con los ritmos de Butch, Jaimoe, Oteil y Marc. Y no poder casi pestañear ante las continuas exhibiciones de esos dos titanes de la guitarra, a las que hacían escupir fuego sagrado, se entrelazaban entre ellas y llegaban a unos climax donde el feelin’ y virtuosismo eran tan elevados como el placer y la emoción que nos extasiaba a los allí presentes. Fue todo muy especial, pero la última noche todo eso se elevó a la máxima potencia, fue ya algo inhumano.
El concierto comenzó puntual a las 21:00, y la última nota de “Trouble No More” fue más allá de las 1:30 de la madrugada, echad cuentas. Salimos tan desbordados,.. cuando pensábamos que era el último descanso o tema, nos sorprendían con más. Aquello fue una homérica celebración de 45 años de parte de la mejor música jamás compuesta e interpretada. El Beacon Theater es un lugar precioso, y encima parecía que estábamos en el cielo, despidiéndonos de ellos con tanta tristeza como alegría por ser unos auténticos privilegiados al estar ante una cita que ya es historia del rock y la música popular americana. Abrazos, lágrimas, ovaciones interminables,.. una comunión público-banda como no había vivido nunca.
Por supuesto, como familia que son y como parte de ella que te hacen sentir, la oveja negra Dickey Betts no apareció, pero sí estuvieron presentes Berry Oakley y sobre todo Duane Allman, tocando Derek su mítica Goldtop en algún tema, y cuando una vez pasada la medianoche se cumplían justo 43 años de que dejara este mundo, en otro emocionante guiño al destino. Gregg, abrazado a la banda al completo, tuvo antes del último tema unas emotivas palabras en las que recordó cómo hace 45 años en Jacksonville empezaron todo esto. Y avatares de la vida, a pesar de toda esta odisea, pude ver el punto final de la historia Allman, porque si no se hubieran suspendido aquellos conciertos de marzo no hubiera vivido todo esto. Y es que no hay mal que por bien no venga.
Hermanos y hermanas, donde todo comienza todo termina, y tras siete vueltas al mundo y solo ver una salida, pude golpear la nota correcta y comerme un buen melocotón con estos pícaros iluminados. No me seguí preguntando ni malgasté más el tiempo en sueños ni más problemas, por fin vi el brillo del alma de los jinetes de medianoche que fueron hacia el sur hasta al final de la línea del cielo azul.
Hace un año pude ver por primera y última vez a los Allman Brothers Band.
Textos y fotos: Kashmir
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |