Por David Mat.
Producción: Josh Homme
Fecha de lanzamiento: 18 de marzo 2016
Sello: Loma Vista


No cabe la menor duda de que La Iguana siempre ha sido un alma libre, un artista que ha hecho todo lo que le ha venido en gana sin atarse a modas, estereotipos ni tendencias. Porque Iggy Pop no necesita la aprobación de los demás; él es una de las figuras más relevantes del Rock y la música en general. Es el padrino del punk, revolucionó la escena a finales de los 60 tomando a Jim Morrison como ejemplo de provocación, ha influenciado a cientos de bandas, estuvo protegido por David Bowie y ha colaborado en todo lo que le ha venido en gana: anuncios de seguros, películas y trabajos con otros artistas como Deborah Harry, David Bowie o, en el caso que nos ocupa, Josh Homme.

Estadísticamente, Iggy debería haber muerto varias veces a lo largo de su vida, igual que su colega de profesión Ozzy, por eso debemos celebrar por todo lo alto que nuestro hombre sigue entre nosotros, y además presentando un excelente nuevo disco bajo el título  de Post Pop Depression. En mi opinión, la carrera de Iggy ha sido irregular, en el sentido más peyorativo de la palabra: discos realmente buenos como Brick By Brick, The Idiot o Lust For Life se alternan con bodrios como Zombie Birdhouse o Blah Blah Blah, por nombrar sólo un par. American Caesar tenía buenos momentos pero, no nos equivoquemos, se hacía muy pesada su escucha. No queríamos a un Iggy Pop tan… extenso. Después puso el piloto automático y se descolgó unos discos absolutamente prescindibles como Naughty Little Doggie, Avenue B o Beat’em Up, tan estimulantes como unas acelgas hervidas con quinoa. Skull Ring nos devolvió la esperanza de una reunión de los Stooges con los hermanos Asheton a la guitarra y la batería. En ese momento parecía buena idea, pero cuando sacaron The Weirdness, todas las ilusiones se esfumaron en el aire, ya que no se puede decir que sea decepcionante, sino que directamente es malo hasta la náusea.

Después vinieron sus escarceos con la música francesa y el jazz, y un correcto disco con los Stooges, Ready To Die, esta vez con el enorme James Williamson a la guitarra debido al fallecimiento de Ron Asheton, y recuperando al saxofonista Steve Mackay, responsable en parte del caos sonoro reinante en «L.A. Blues», incluido en el eterno Funhouse (1970). Y de esta manera, llegamos a Post Pop Depression que marca, según palabras del propio Iggy, el punto final a su carrera. Para la confección del disco, Iggy y Josh Homme estuvieron prácticamente un año enviándose mensajes con propuestas de letras, notas y demás hasta que, finalmente, pudieron darles forma en el estudio que Homme tiene en Joshua Tree, completando el combo Dean Fertita a la guitarra (Queens Of The Stone Age) y Matt Helders tras la batería (Arctic Monkeys). El resultado de la colaboración es, posiblemente, el mejor álbum que Iggy ha facturado desde Brick By Brick, aunque no tenga nada que ver con éste, ya que Post Pop Depression está hecho de una pasta completamente diferente. Iggy no ha podido encontrar un compañero de viaje mejor que Homme, que ha producido un disco extrañamente adictivo alejado de convencionalismos y de adornos innecesarios, pero con un magnetismo que lo hace muy especial.josh-homme-iggy-pop

Porque se trata de un álbum experimental con un ojo puesto en el post-punk, pero muy accesible para el oyente. Diferente, pero extrañamente familiar. Efectivamente, si uno escucha con atención y es conocedor de la etapa berlinesa de Bowie, podrá reconocer sin dificultad y con cierta nostalgia pinceladas de la colaboraciones entre Bowie y Pop en aquéllos años en, por ejemplo, «Gardenia»: un delicioso corte con un estribillo juguetón de esos que te acompañan durante el resto del día, on «In The Lobby», con ese bajo atlético que va marcando toda la canción. Conforme se avanza en la escucha del disco, vamos descubriendo nuevos matices interesantes, como en «Sunday», con esos coros femeninos y ese final tan majestuoso y cinematográfico que pilla totalmente por sorpresa. Siguiendo con la cuestión cinematográfica, «Vulture» tiene aires de western oscuro y retorcido; mientras que «German Days» es un claro guiño a los días en Berlín bajo el amparo de su buen amigo Bowie. «Chocolate Drops» es una de las mejores canciones del disco, y al mismo tiempo más sencillas; un medio tiempo con una melodía deliciosa, unos arreglos discretos y ese breve coro en el estribillo que hace que este corte sea irresistible. Finaliza el disco con «Paraguay», uno de los temas más experimentales del disco y que resume el espíritu del mismo.

Por cierto, todo un detallazo incluir en la portada una foto de los cuatro músicos implicados en el disco, con sus nombres debajo, como un buen equipo. ¿Sufriremos de depresión post-Pop si Iggy no vuelve a sacar disco? Yo, al menos, le echaré de menos.


post-pop01. Break Into Your Heart
02. Gardenia
03. American Valhalla
04. In The Lobby
05. Sunday
06. Vulture
07. German Days
08. Chocolate Drops
09. Paraguay