No, el Rock no está muerto; ni siquiera está moribundo. Puede que, comparado con décadas anteriores, pase más inadvertido y en esta época tenga menos popularidad que en toda su existencia; pero ni de coña está muerto. No tenemos a Guns’n’Roses ni a Nirvana copando los charts, y las radiofórmulas se limitan a programar pura papilla subnormal para mantener a los adolescentes agilipollados pero, repito, el Rock no está muerto. Prueba de ello son las cientos de bandas que intentan abrirse camino como pueden, a través de plataformas digitales, vendiendo su producto al peso, o bien firmando con sellos independientes y pequeños que apenas pueden darles la promoción que muchos merecen. Me refiero a bandas como Guttercats, por ejemplo, que llevan desde el 2007 en activo, con dos discos en su haber y que, muy probablemente, no encuentres sus discos en las tiendas porque llevan sobreviviendo en el mundillo del que hacía mención antes. Pero ahí están estos vecinos franceses dándolo todo, como pueden, ofreciendo sus honores al mejor Rock’n’Roll y manteniéndolo en buena forma.
Poco se sabe de estos parisinos, ya que la información que corre por ahí fuera es más bien escasa, lo cual le da un inevitable halo de misterio al grupo. Guts Guttercat, su líder, estuvo en Baby Strange antes de dedicarse en cuerpo y alma a Guttercats. Con la formación actual, grabaron en 2008 su disco debut, «Pandora’s Box», y un par de años después sacaron «Black Sorrow».
«Beautiful Curse», su tercer largo, es una máquina perfectamente engrasada de ese Rock’n’Roll deudor de esos r’n’r gypsies como Nikki Sudden, Johnny Thunders, Mink DeVille o Dogs D’Amour; glam decadente para corazones doloridos, música para bellos perdedores con una dosis exquisita de melancolía proporcionada por unas guitarras eléctricas y acústicas aderezadas con arreglos de piano que acentúan la atmósfera lánguida del álbum. Canciones que podrían encajar perfectamente en una road movie con final trágico, como esa preciosa «Ain’t Going Nowhere». No voy a ningún sitio, porque no hay donde ir. No os los perdáis si pasan por vuestra ciudad, porque son muy proclives a visitar nuestro país.