Diablorock estuvo de nuevo en el maravilloso pueblo de Viveiro para rendir cuentas al reto que Resurrection Fest nos hacía para su undécima edición. Este año, como viene siendo habitual, el festival se superaba en ambición y prometía un nuevo salto de calidad gracias a un cartel de un nivel superior. El planteamiento era ese, crecer, y se acabó confirmando.
Podemos decir que entre la oferta de la organización y la respuesta del público Resurrection Fest 2016 terminó por coronarse histórico. Si hace años que venimos comprobando que el festival es de lo mejor que se ha hecho en España en muchísimos aspectos, en esta edición se vuelven a revalidar y empiezan a consolidarse como uno de los pesos pesados en el circuito de grandes festivales de verano en Europa. Vayamos al grano repasando la primera jornada del festival.
RESURRECTION FEST – Viveiro – 7, 8 y 9 de Julio 2016.
Crónica: Rafa Diablorock / Antonio Hidalgo.
Fotos: Resurrection Fest priority fotos.
ASPECTOS GENERALES: Ir a esa joya lucense que es Viveiro siempre se traduce en un verdadero placer. Ir con la sonrisa dibujada en la cara durante los últimos kilómetros de trayecto en carretera antes de llegar al pueblo son de un gozo infinito, por la belleza del paisaje y por el estado de nervios que empieza a hacerse incontrolable. Llegar a Viveiro, respirar su aire, escuchar las gaviotas, degustar su gastronomía, conectar con su gente… es algo único, otra galaxia, y más para alguien que vive a 1000 kilómetros, a orillas de Sierra Morena.
En 2016 Resurrection Fest se hace fuerte en sus fortalezas: su irremplazable entorno, su diáfano recinto y un atractivo cartel de bandas internacionales que disfrutan de la gran calidad de sonido de tres escenarios por estilos. Si vas a Resurrection Fest sabes que detrás hay voluntad y esfuerzo por ofrecerte un buen servicio. Este año, colgando el cartel de “No hay billetes”, se podía temer algún desajuste y desproporción, llámense colas o algún otro tipo de incomodidad, algo que la organización supo trabajar para que no ocurriese, y lo dice alguien que fue con toda la familia, incluidos dos niños. El festival sigue creciendo y sabe escuchar a su público, dentro de sus posibilidades, dando respuesta a lo que se le solicita. Aunque siempre se puede mejorar, es importante no olvidar a lo que estábamos acostumbrados en España hasta hace muy poco, algo que choca frontalmente con la filosofía de Resurrection Fest, que procura no solo soltar al escenario bandas apetecibles, sino conformar un pack completo de experiencias inolvidables. El recinto ha sido ampliado, mejoras en escenarios, espacios, personal, sonido, decoración, servicios innumerables… en definitiva una suerte tener algo así en España. Una cita ineludible para cualquier amante del Rock duro y los sonidos extremos.
JUEVES 7
Llegamos al recinto todo lo pronto que nos fue posible, y nos topamos con Norma Jean en el escenario Ritual, me suele pasar que las primeras bandas que veo en los festivales me alucinan, es el primer pico de adrenalina sumado al primer zapatazo en el suelo que confirma que empieza lo bueno. La banda se mostró engrasada y aunque a veces la sonorización evidenció algunas limitaciones vocales me encantaron, con un sonido grande su estilo cuaja perfectamente. En el escenario Chaos Persefone dieron un señor conciertazo, tanto con sus creaciones como con el certero Medley instrumental de Star Wars pedido prestado a John Williams, tras el cual el vocalista acertó a decir “mi banda, que son un poco frikis”. Los de Andorra clavaron a la perfección su actuación y dieron muestra de un gran talento combinando brutalidad y técnica.
Tesseract sin embargo quizá no acabaron de cuajar del todo, suenan fino, todos vimos a una excelente banda, pero muchos de sus temas se hicieron algo anodinos o faltos de pegada, posiblemente debido a que estábamos en el arranque del festival y había ganas, en general, de algo más duro. En todo caso los fans de primeras filas “valla en mano” disfrutaron ya que la banda es excelente, me quedo con su último tema Of Mind – Nocturne, que sonó genial. Si lo que queríamos era caña la obtuvimos por partida triple, Wormed volvían al Resu, esta vez en escenario abierto al aire libre, y pese a tener que solventar la ausencia de su ya exguitarrista J. Oliver, dieron una espectacular demostración de por qué es una de nuestras bandas más reconocidas internacionalmente. Los madrileños saben cómo sonar ultraextremos recurriendo a la técnica más endiablada. La sonorización de esta banda es un hándicap importante, ya que con la velocidad y saturación que manejan, el no contar con buen sonido puede ser un sufrimiento a modo de bola de ruido, algo que no ocurrió, siendo un concierto plenamente disfrutable para sus muchos seguidores.
Pasamos al otro vértice del metal, al mainstream más accesible, con unos While She Sleeps a los que pocas pegas se les pudo poner. Pese a la hora y ser el día más flojo en cuanto a público la banda contó con una buena respuesta de fans que disfrutaron mucho de la actuación de los británicos, con un Metalcore conciso y en el que su vocalista se mostró mucho más agresivo de lo que esperaba. Lawrence «Loz» Taylor se vació por completo, pulmones y pellejo, ya que fue de los primeros vocalistas en querer jugarse los cuartos arrojándose al público compartiendo la fiesta con su gente. Primera sorpresa del festival si eres alguien a quien el metalcore más accesible no le guste. The Casualties dieron un conciertazo de esos que pueden ser catalogados de pura fiesta. Una banda con una autenticidad desbordante, con un Jorge Herrera comunicándose en un castellano lo suficientemente bueno como para meterse al público en el bolsillo. Puro Punk con versión de Eskorbuto incluida.
Ver a Bad Religion era algo que tenía pendiente desde siempre, y dieron un conciertazo impresionante. Si bien el sonido empezó un tanto confuso, pasados unos minutos desde la mesa dieron en la diana y sonorizaron de un modo perfecto. Dónde mejor que en Viveiro para disfrutar con el mítico -y espléndido- Greg Graffin, en un curioso contraste al verle con ese aire de curilla cincuentón delante del clásico logo anticatólico de la banda. También fue una sorpresa ver que su batería actual es el genial Jamie Miller, de los míticos Snot. Los californianos dieron un amplio repaso a toda su discografía, con una fiesta absoluta en “Punk Rock Song”. En resumen volvemos a hablar de un gran concierto a un nivel que los fans de la banda disfrutaron y los menos amigos de este estilo encontraron innegablemente atractivo. Rotting Christ dieron un gran concierto en el Chaos Stage, regalándonos sus últimos temas y muchos de sus clásicos. Los griegos volvieron a demostrar que son una banda con tradición e innovación en su música, y que saben trasladarlo perfectamente al directo. Walls of Jericho estuvieron muy bien, aunque salvo su frontwoman la banda estuvo algo cohibida, esperaba algo más de potencia en general, aunque la actuación fue más que suficiente para saltar y guerrear en una carpa hasta la bola.
Y llegó lo que para muchos sería uno de los platos fuertes del festival, Bring Me The Horizon, banda que he de reconocer nunca me dijo nada en estudio, y que mientras en un principio de su actuación me causó cierto rechazo, finalmente acabé por tolerar y entender. Dejando a un lado aspectos extramusicales bastante reprobables en la banda, hicieron un formidable concierto, contando con un sonidazo espectacular y un montaje ciertamente atractivo a base de luces y pantallas, así como unos inmensos chorros de humo que salían del escenario. Los temas de la joven banda resultan propicios para el directo, son movidos y provocan una inmediata respuesta en su público, aunque por el contrario dejan cierta sensación de artificialidad, con muchísimos efectos y arreglos de su teclista, quien para mí es el verdadero alma de la banda. Jordan Fish además de programar bases e incluir teclados, realiza arreglos de percusión y se muestra como un gran vocalista, llegando a los registros melódicos que su frontman no es capaz de alcanzar. Si hablamos de Oliver Skyes, a mí personalmente me parece que salvo cuando grita enfurecido es un músico muy limitado vocalmente, además de que su atuendo –jerséis 3 tallas más grandes estilo Enrique Iglesias- y movimientos me resultan bastante chocantes, pero esto es un comentario personal de un carcamal supongo, y algo que no empaña mi percepción general del concierto, que es positiva. Entiendo que para muchos de sus fans fuese el mejor concierto del festival, ya que supieron sonar mejor que en estudio a un volumen brutal y con un show muy vistoso.
Algo raro sucedió con Fleshgod Apocalypse, la banda sufrió un sonido muy deficiente, algo que terminó por afectar en la actitud de los músicos que intentaban por todos los medios reponerse. Finalmente tenemos que decir que fue una decepción ya que lo que podría haber sido uno de los conciertos top del festival acabó siendo un sufrimiento para agrupación y público. Volbeat venían a defender su posición de banda protagonista de la primera jornada, con una considerable multitud de público y una amplia disposición de tiempo (que terminó por pisarse con Brujería). Los daneses estuvieron algo más flojos de lo que acostumbran, con un Michael Poulsen algo menos entregado que en otras ocasiones, aunque tanto él como los suyos se fueron entonando y comprometiendo poco a poco. Salvo alguna inclusión sorpresa de temas antiguos la banda tiró de sus creaciones más edulcoradas, y algunos de sus temas emblema me sonaron algo descafeinados, e incluso ralentizados. Finalmente podemos hablar de un show correcto. Con Brujeria esperábamos terminar la jornada con buen sabor de boca, y al final no pudo ser. Más que “echando chingasos” para mi fue un “echando de menos”. La banda fue en el pasado mucho más de lo que es a día de hoy, y me da pena decirlo, no me pude meter en el concierto ni tan siquiera un poquito. Los grandes temas que los mexicanos firmaron no creo que sean dignamente trasladados al directo con la actual formación, pese a tener a Jeff Walkers con ellos sigo echando de menos la pegada de plomo, los Brujería actuales me parecen una versión apagada de lo que eran. Y de este modo acabó el primer día del festival.
¡Muy muy pronto continuamos!