Alain Johannes Moschulski, músico y productor nacido en  Santiago de Chile el 2 de mayo de 1962. Para muchos un desconocido, para otros una auténtica leyenda. Johannes en la sombra ha sido un elemento crucial en la carrera de numerosos artistas, desde Flea (Red hot Chili Peppers) a quien enseñó a tocar, con un bajo que le prestó su tío Peter Rock; o también vital en la carrera de Chris Cornell, con quien grabó prácticamente a medias su fabuloso primer disco en solitario, Euphoria Morning (1999). De nacionalidad estadounidense, aunque de origen chileno, fue el fundador de la banda Eleven junto a Natasha Shneider y Jack Irons. Además de su trabajo con Eleven, el multiinstrumentista también ha colaborado con infinidad de bandas y artistas, destacando su trabajo con los citados Chris Cornell, Flea, o Queens of the Stone Age, Eddie Vedder, Them Crooked Vultures, Mark Lanegan, las The Desert Sessions, Arctic Monkeys, No Doubt, etc.

Pero mas allá de un curriculum interminable, la figura de Alain Johannes esconde una intensa y fascinante historia vital, y es por lo que este 9 de diciembre, como parte del festival Inedit Nescafé en Chile, se estrenó el documental “Unfinished Plan: The Path of Alain Johannes”, que describe el vínculo espiritual y musical entre Johannes y su pareja Natasha Schneider, y cómo el músico ha sobrevivido a su pérdida en este proceso de autodescubrimiento y reencuentro con sus raíces. Más allá de los testimonios de figuras que han formado parte de su historia, como Josh Homme de Queens of the Stone Age y Chris Cornell, lo que destaca en este film es la generosa personalidad del hombre de Eleven y que, a todas luces, la música ha sido su aliado en el dolor y en la péerdida. Sobre el documental chileno, Rockaxis realiza una entrevista al director de la cinta, Rodolfo Gárate, en la que ha comentado:

Había escuchado hace, no sé, 20 años, la historia que todo el mundo había escuchado, que había un músico nacido en Chile que era familiar de Peter Rock y que había estado vinculado a gente bien importante del rock. Sabía eso, hasta que el 2010, viene Alain a Chile con Queens of the Stone Age, y a través de unos amigos que lo conocieron me enteré que era hijo de Danny Chilean, ídolo de la Nueva Ola, que a veces uno se olvida, pero efectivamente fue muy importante, alguien que desataba locura en Chile y en Argentina incluso. Ahí pensé que había algo que sobrepasaba el anecdotario general, pero no solo “el chileno que está tocando con los grandes músicos”. Pensé que había algo. Empecé a investigar la historia y me encontré con muchos elementos que finalmente terminaron de configurar la película. La mejor prueba de eso es que él haya participado durante todo este tiempo. Uno se va encantando con su personalidad, al constatar que la gente que lo rodea, gente conocida y no tan conocida, lo aprecia mucho. Alain en los últimos años no lo ha pasado tan bien, es una historia muy intensa. Con el equipo fuimos testigos de cómo eso ha ido evolucionando, desde la felicidad de armar una banda acá en Chile para tocar unos temas de Eleven, hasta las muertes que lo rodearon en el último tiempo.

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