leyenda30

Por: Rafa Diablorock
Sello: Discos Macarras/Nooirax/La choza de Doe/The Braves/La Rubia/A la Deriva/Música Híbrida/

Santo Rostro nacieron con un pan bajo el brazo, un disco en este caso, debut que registraron en 2013 a pocas semanas de formarse como banda. Desde su nacimiento mostraron unas señas de identidad muy marcadas, que fueron refundadas y llevadas al extremo en su segundo álbum, II: The Bleed (2015). En 2017 la banda presenta este The Healer, en el que convertidos a trío presentan 40 minutos sin paja alguna, que bien podrían sumar el mejor trabajo de los de Jaén hasta la fecha.

De nuevo encontramos que el factor instrumental lleva la voz cantante, aunque en esta ocasión Antonio parece mucho mejor acoplado en sus aportaciones vocales, quizá resultado de la mezcla, quizá porque ahora también es bajista, o simplemente porque los temas han salido así. Tanto en los riffs, como en las estructuras y desarrollo de las canciones encuentro a unos Santo Rostro mucho más equilibrados y engrasados, y sobre todo con un especial acierto compositivo. La banda jiennense siempre ha sido una auténtica máquina de soltar riffacos, pero en The Healer presentan tal ración que posiblemente les muestre en su momento más inspirado. Además, los highlights del disco para muchos estarán en los numerosos interludios en los que Miguel Ortega hace directamente magia a las seis cuerdas. One Small Victory cuenta con un pasaje intermedio impresionante, que finaliza en locura guitarrera desatada, con el respaldo del saturado bajo de Antonio y la vibrante pegada de Alejandro a los tambores. Cut my Hand posee ese compás gitano tan característico de algunas bandas stoner de nuestro sur, una canción prototípica de Santo Rostro hasta que un riff mastodóntico la parte por la mitad, apoderándose del tema hasta un final sofocante que podría recordar a los Neurosis más asfixiantes.

Born Again es la más rápida y machacacraneos, y llegando el tema que da título al disco es cuando servidor se quita definitivamente el sombrero. En The Healer encontramos un registro vocal inédito en la banda, que junto al riff desnudo despliegan una atmósfera marciana muy peculiar. La pieza vuelve a cargar con un nuevo riff que cae en peso muerto y con el que la banda juega inteligentemente en un maravilloso ejercicio de progresión instrumental, llegando a un clímax sostenido final; un tema estratosférico en todos los sentidos. Hylonome cierra el disco de nuevo con un gran interludio instrumental, en el que el delay de guitarra y los tiempos recuerdan a los Viaje a 800 de mayor tronío. The Healer tiene suficientes elementos atractivos como para seducir desde a un fan de Metal Mainstream, hasta el barbudo más acérrimo del stoner/doom subterráneo. Un disco gigante que ojalá suene bien alto, y bien lejos, porque lo merece.


One Small Victory
Cut my Hand
Born Again
The Healer
Hylonome