Foo Fighters.
Super Secret Show – Sala Barts.
16 de septiembre de 2017.
Fotos: Sony Music/C. Byrmo.

Crónica: Jorge Guede


Muy afortunados se pueden sentir los asistentes al histórico show que ofrecieron los norteamericanos en Barcelona. Y digo histórico porque el que una banda tan gigantesca como Foo Fighters ofrezca un secret-show en un local pequeño, un club dirían los anglosajones, no se ve todos los días… y menos aún por estos lares. Si a ello le añadimos el coraje, la entrega y el entusiasmo demostrado por parte de la banda, el recuerdo será imborrable. Un concierto de presentación del nuevo álbum, Concrete and Gold, cuya realización ni estaba prevista hasta hace unos días, para el cual el público accedió de manera gratuita a través de invitaciones obtenidas mediante concursos, compra del nuevo disco, u otras modalidades (… Dave Grohl, el amo del márketing). La banda pudo haber optado por ir en marcha cómoda y cumplir expediente. Nada más lejos de la realidad.

Demoledores desde el minuto uno, con la actitud y el hambre de una banda que parecía estar empezando, despacharon de buenas a primeras mega-clásicos como I’ll stick around, All my life y Learn to fly… y la gente enloqueció por completo. Locura encendida cuando el propio Grohl explicó que, en aquellas condiciones que nos recordaban a los viejos y buenos tiempos, iban a tocar una buena ristra de temas de todos sus discos. Del flamante Concrete and Gold la primera en caer fue The Sky is a Neighborhood, que hace meses en su debut en vivo sin ser publicada oficialmente parecía un tema demasiado plano carente de punch, y que ha ido creciendo paulatinamente; buena fe de ello la gran acogida que tuvo por parte de los fans. Y así prosiguió el resto del espectáculo, con un excelente sonido fueron desgranando todo su enorme repertorio. Difícil destacar alguna por encima de otra porque aquello era una tormenta de hits, intercalando de modo muy acertado las nuevas composiciones. Fueron muy jugosas la eterna My Hero, la delicada Skin and Bones y la novedosa y juguetona Sunday Rain, ésta última con Taylor Hawkins como principal protagonista.

A éstas alturas aquello era imparable. Dave Grohl, como no podía ser menos, tenía controlado el asunto y pletórico campaba a sus anchas, haciendo las delicias de la gente con sus bromas y fantástica puesta en escena. Comenzaba la recta final y llegaba la artillería pesada; Monkey Wrench, Breakout, This is a Call, Best of You o la sorpresa Sean, del ep Saint Cecilia, para dedicar a uno de sus técnicos ya que era su cumpleaños. Tramo final que acabó por extasiar a los allí presentes y a la propia banda. Mención aparte la colosal Run. Un clásico inmediato. La locura.

Fin de fiesta, cómo no podía ser menos, con Everlong, broche de oro inmaculado para una noche para enmarcar. Quizás no era el concierto de «reconciliación» de Foo fighters con la ciudad de Barcelona tras la cancelación de hace casi dos años, ya que las condiciones son diferentes (siguen debiéndole una), pero en cierto modo, Grohl le regaló a la ciudad este precioso tesoro inmaterial a modo de recuerdo imperecedero. Además, el concierto se ha filmado para ser emitido próximamente en Mtv.

Foo fighters y Dave Grohl, a quién le pese, son necesarios en el mundo actual del rock. Tener una banda de estadio que rockee de esta manera es una bendición. Algunos rejuvenecimos 20 años por un momento, algunos volvieron a ver a su banda preferida en primera fila empapados en sudor. No serán los mejores músicos del mundo ni falta que les hace, pero pocos les ganan en la entrega y el entusiasmo que derrochan encima de un escenario.


Añadieron además «Run», «Big Me» y «Sean».

 


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Crítica: Foo Fighters – Concrete and Gold (2017)

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