Subiendo el volumen para escuchar Restless and Wild (1982), cuarto trabajo de la banda alemana de Heavy Metal, Accept. Un disco con el mejor speed metal que ha parido el ser humano. Hoy cumple ya 35 años.
Texto por Udo Urrutia.
Una Obra Maestra que perdura en el tiempo con total vigencia. Pero es obligado hacer mención específica a la inicial “Fast As A Shark”, rompió todos los moldes. Abre con una introducción que todo amante del heavy metal ha tarareado mas de una vez, Heidi heido heida… una tonadilla de música tradicional alemana del siglo XIX «Ein Heller und ein Batzen» que se popularizó en la Alemania Nazi y que solían cantar los soldados cuando viajaban en trenes directos hacia el frente durante la ‘Blitzkrieg’, suena como con un gramófono de la época, hasta que un grito desgarrador la interrumpe de forma abrupta dando comienzo a un monumento al speed metal. Apoteósica. Accept no inventaron el doble-bombo, pero aquí lo popularizaron. Y no puedo dejar de descubrirme ante el doble solo de guitarra, uno de los más impresionantes del género, velocidad y precisión que cada vez que escucho interpretarlo en directo noto como se me abre la boca de admiración.
El álbum se cierra con “Princess Of The Dawn”, otra de esas que no necesita presentación, de ritmo mas pausado pero igualmente poderosa, con un riff que una vez lo escuchas se te mete en el cerebro para toda la vida. Salvando las distancias, esta es su “The Zoo” (Scorpions) particular. Gran solo de guitarra de Hoffmann con aires del Este, haciendo que el disco termine como empieza, de forma abrupta e inesperada. Tanto, que la primera vez que la escuché, creí que mi disco estaba estropeado.
Entre un y otra, ocho canciones con espacio propio. “Restless and Wild” (impresionante Stefan Kaufmann a la batería), “Demon’s Night” y en menor medida “Ahead Of The Pack”, que se mantienen en esa delgada de línea que separa el speed metal del thrash metal. La segunda encajaría a la perfección en un álbum de Exodus u Overkill sin problemas. Y aquí hay otra de las causas que han convertido a este álbum en leyenda: es sin duda una enorme influencia para muchas bandas de thrash metal como las mencionadas u otras como Metallica, Lääz Rockit y un sin fin.
“Flash Rockin’ Man” tiene claras referencias de la N.W.O.B.H.M., ese riff perfectamente podría ser de Saxon. No muy alejada de esta tenemos la preciosa “Shake Your Heads”, de ritmo marcado e hipnótico. “Neon Nights” es una joya llena de matices, la más oscura del disco y de influencia Black Sabbath hasta en el arreón final, la guitarra de Hoffmann saca todo su muestrario y cuenta con un Peter Baltes dominador con su bajo. Es para escucharla varias veces consecutivas porque le irás descubriendo nuevos aspectos cada vez. “Don’t Go Stealing My Soul Away” y “Get Ready” mantienen el aroma rockero a lo AC/DC en versión hipermetalizada, son la conexión de este trabajo con los Accept de “I’m A Rebel” y “Breaker”.
Como dato curioso, hay canciones que se convierten en himnos intergeneracionales y superan incluso el cerrado mundo del heavy metal, ejemplo de ello es la inclusión de “Fast As A Shark” en varias bandas sonoras de numerosas películas, por citar dos relevantes, el clásico de terror “Demons” (1985) dirigida por Lamberto Bava y escrita y producida por el maestro del terror Dario Argento. Y “People Like Us” (2012) de Alex Kurtzman y que cuenta en reparto con actrices de primer orden como Elizabeth Banks y Michelle Pfeiffer entre otras.
“Restless and Wild” supuso muchas cosas para la banda; la presentación internacional de Accept, la llegada de una relación que duraría toda la etapa clásica de la banda: Dieter Dierks y sus estudios de grabación. También nos trajo a la palestra una nueva forma de componer solos de guitarra por parte de Wolf Hoffmann añadiendo reminiscencias a los maestros clásicos como Mussorgsky, Tchaikovsky, Rimski-Kórsakov, Beethoven, Ravel… Por cierto, aunque aparece acreditado como segundo guitarra Herman Frank, todas las guitarras que suenan las toca Hoffmann.