Qué grandes, y no digo los diez que ahora vais a ver, me refiero a los 190 músicos que ya tratamos en las anteriores entregas, y con ellos muchos otros más que quedaron fuera. Qué grande es el rock, y qué grandes sus protagonistas, los más modestos y los más conocidos. Pero aquí está el resultado final, las preferencias de Diablorock.com nos dejan nuestro sancta sanctorum particular, los 10 más grandes entre los grandes que aún respiran. No nos hemos decepcionado a nosotros mismos, esperemos que a vosotros tampoco.
nº 10
ROBERT PLANT
Al contrario que su compañero Page, Percy ha mantenido una carrera en solitario muy edificante. Entrañable y humilde según quienes lo han conocido, siempre será ese “Dios dorado” con voz prodigiosa y rizado melenón rubio. Será recordado en el futuro como una especie de alquimista musical. Su absoluta falta de prejuicios, su afán de experimentar con todo tipo de sonoridades (country, sonidos arábigos, africanos, etc.) y su atrevimiento a la hora de mirar hacia adelante sin tratar de vivir de las rentas del legado Zeppelin, han hecho de Plant no solo un gran artista, sino uno de los más insobornables y respetados. Plant ha sido el que ha expandido el fuego y mantenido el espíritu explorador de la inmortal banda.
nº9
PAUL MCCARTNEY
El Mozart de la música popular de los últimos 60 años. La gran mayoría de sus melodías han sido el ABC de lo que vino después. Recientemente cumplió 75 años e inexplicablemente continúa con ese pelazo, cara y actitud jovial, talento y ganas de seguir en la brecha. Tocado por los dioses con un especial don para la composición de canciones redondas, durante años, inmerecidamente, arrastró una imagen de burgués blandengue. Afortunadamente, el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio y McCartney no solo no se ha aburguesado con el tiempo, si no que, por el contrario, según ha pasado el tiempo, ha ido varios pasos mas allá que la mayoría de músicos de su generación colaborando con gente como Grohl o Youth, demostrando que envejecer no solo no equivale a marchitarse sino que en ciertos casos es señal de eterno rejuvenecimiento. Hoy la palabra pop ha quedado degradada por la bazofia radiofónica que durante años se ha amparado bajo dicha etiqueta, pero hubo una época en que el término definía a ese tipo de canción que lo tenía todo, la melodía, el estribillo, los arreglos, etc. Y de esas, Paul compuso a docenas. Himnos inmortales, intergeneracionales y sin fecha de caducidad, que emocionarán por los siglos de los siglos.
nº8
AXL ROSE
El antaño engreído, arisco y siempre cabreado W.A.R. es hoy alguien que, tras muchos años devorado por su personaje, ha reseteado y vuelto con ilusión, impulso y su mirada asesina, ya sea con AXL/DC o GNR. Y que dure muchos años así, no quedan apenas estrellonas en el rock. Porque eso es sobre todo una ESTRELLA (así, con mayúsculas); algo que en el rock es tan necesario como el respirar. Su figura evoca liderazgo, carisma, poderío e insultante superioridad. Y todo ello, avalado por un talento incontestable. De la estirpe de los Jagger, Tyler, David Lee Roth y compañía, su carácter inestable e impredecible lo convierte en un polvorín siempre a punto de explotar. Capaz, ciertamente, de lo mejor y de lo peor, cuando está en un buen momento, es simplemente inigualable. Fue él quien tras unos anémicos años 80, le devolvió al rock la agresividad y chulería que se había perdido entre tanta mediocridad. Y fue él quien con su actitud inspiró a miles de adolescentes para ponerse delante de un micro. Cool, explosivo, excesivo y genial. Único y grande entre los grandes.
nº 7
DAVE GROHL
Grohl es el tejido que mantiene unido el mundo del rock. Sus tentáculos llegan a todos los rincones, da la sensación de que está metido en todos los fregados y en mil proyectos a la vez, y todos con un éxito apabullante. Un grupo no puede tener mejor suerte si logra ser grohlizado. Hace 15 años gozaba de un estatus espectacular, habiendo cosechado el respeto de círculos alternativos y hasta en el underground metalero, y fue en el transcurso de la última década cuando su condición de megaestrella terminó por cosecharle la única fisura en su expediente: la sobreexposición. Dave Grohl es amigo de Obama y mañana lo podrá ser de Beyoncé, pero antes de eso fue amigo de Kurt Cobain, de Lemmy, Jaz Coleman y de Cronos… y eso marca. Tenemos una megaestrella muy joven, un gran compositor culo inquieto que desde lo más alto quizá en el futuro acabe por ser el mayor estandarte que vele por el auténtico rock duro, porque empezó en esto metido en un garaje dando mamporros a una batería, y por arriba que se le vea nunca ha tomado atajos ni ha dejado de tener los pies en la tierra.
nº6
JIMMY PAGE
El hierático y misterioso Zoso lleva, salvo momentos puntuales, camino de cuatro décadas desaparecido en la Logia negra. Pero su lugar en el Olimpo lo tiene más que ganado por coger las bases del blues y el rock y evolucionarlo años luz más allá. Comenzó siendo uno de los músicos de sesión más reputados y reclamados de la Gran Bretaña sesentera, prestando sus servicios en discos y temas archiconocidos como el «You Really Got Me» de los Kinks, «I Can’t Explain» de los Who o el «With A Little Help From My Friends» de Joe Cocker. Su ambición no conocía límites, por eso intentó formar una banda, y tenía que ser la mejor banda. Lo consiguió, ¡pero a qué precio! Críticas despiadadas, guerras contra la prensa, suicidios comerciales, drogas, tragedias, violencia, satanismo, muertes,… Llegó demasiado lejos, para bien y para mal. De ser el guitarrista que más y mejor influencias cogió «prestadas» al más influyente, su personalidad, imaginación y mística lo hicieron único. Destacar también su labor como productor, digna de estudio por lo innovador y visionario, un músico total. Realeza y mitología, Page es uno de los iconos más grandes que nos quedan en el rock. Sus canciones han servido a varias generaciones para entrar por la puerta grande de nuestra música favorita, y por ello su escalera al cielo no podría estar más engalanada.
nº5
JERRY CANTRELL
Layne era el alma de Alice in Chains, pero Cantrell era el corazón y la cabeza… era y es. El mérito que tiene resucitar de entre los muertos a la banda, y mantenerla con tal dignidad, es algo para elogiar. Alice in Chains para Diablorock es un punto de encuentro como ningún otro, la banda que de manera más unánime amamos, un sonido que es encrucijada de lo clásico y lo alternativo, de lo duro y lo emotivo, y Jerry Cantrell es el mayor culpable en vida de ello. Hablamos del gran talento que nos queda de la escena grunge, alguien tan grande que de mirarlo nos emociona, que ha sufrido la pérdida de amigos y compañeros de tal manera que estamos seguros que nunca se le ocurrirá abandonarnos.
nº4
TONY IOMMI
El hombre tranquilo que, parapetado tras su mostacho y su Gibson, esculpió sin inmutarse el heavy metal tal como lo conocemos hoy. Tras un accidente en el que perdió parte de los dedos de su mano derecha pensó que jamás volvería a poder tocar, se planteó dejar de ser guitarrista zurdo, pero le fue imposible. Se colocó unas prótesis caseras de manera macarrónica y pensó que la mejor manera de empezar era con un riff lento de tres acordes… Black Sabbath. Seguramente estás leyendo esta lista gracias a él. Decía Ronnie James Dio que a Tony se le caían los riffs cuando andaba… «dame un riff, Tony», y ahí lo tenías. Un genio y un señor, si alguna vez te lo cruzas deberías cuadrarte como si pasara un general.
nº3
ANGUS YOUNG
El hijo bastardo e hiperactivo de Chuck Berry. En los últimos años son muchas las críticas que le caen desde extremos fundamentalistas del rock’n’roll, pero hay que reconocerle el esfuerzo por seguir con su cruzada para mantener vivo el nombre de AC/DC. El que no debería de abandonar el sofá de su salita es el que piense que lo mejor que puede hacer Angus Young es quedarse en su casa para no llevar el voltaje de su SG por todo el planeta. Un Dios viviente con la electricidad en las tripas y el rock en la sangre, un ser mitológico de poco más de metro y medio, que nunca necesitó tatuajes ni abalorios para representar la esencia del rock duro… Hard as a Rock.
nº2
JAMES HETFIELD
Nadie tendrá mejor planta que el frontman de Metallica, la cara más conocida del mundo del metal. Tras sus primeros berridos de los 80, y hacerse un nuevo cantante en los 90, en 2017 sigue teniendo un don creativo superlativo, siendo autor de muchos de los riffs más celebrados de la historia del metal. Un tipo elegante sobre el escenario, con una seguridad y profesionalidad a prueba de bombas. Un icono que nunca dejó su espíritu adolescente, que ni duda en apoyar a bandas jóvenes que le siguen impactando, ni olvida las fuentes que le inspiraron para empezar todo esto. Una sonrisa indispensable, un riff master, un aplomado frontman, un robusto emblema mil veces imitado. La estampa del metal.
nº1
OZZY
De acuerdo a su biografía, estadísticamente el amigo Ozzy debería haber muerto veintitantas veces a lo largo de su vida. Pero dejar este mundo no entra dentro de sus planes, y parece que le quedan muchos años de adicción al sexo, descabezar pájaros, merendar murciélagos y esnifar hormigas. Nos da igual que se cuide o no, el resto de mortales esperamos seguir disfrutando de nuestra dosis de The Madman sin problemas, no nos imaginamos el mundo sin él. Dicen que todos los genios tienen algo de locura, pero Ozzy para nosotros se lleva el primer puesto. Sin tener una voz prodigiosa, sin elegancia alguna sobre el escenario, Ozzy siempre nos pareció el referente en todo lo alto, tanto en Black Sabbath como en solitario. Su voz, su imagen, sus entrevistas, sus anécdotas… de Ozzy nos gusta todo, hasta sus andares. Nos ha hecho llorar de risa, y de emoción. Nunca le importaron las críticas, nunca le interesaron los premios, pero cada vez que nos dijo “I love you all” nos lo creímos, porque además es verdad. ¡Nosotros también te queremos Ozzy!