Sello: Autoeditado.
Texto por Beto Lagarda.


Si ha habido un álbum capaz de robarme el corazón este año sin duda ha sido Amplify Human Vibration. En un año plagado de grandiosos y ambiciosos discos tenía que ser el post rock de Nordic Giants quien se llevara este honorífico premio.

Para ubicar la banda lo resumiré en que no son nórdicos, pero sí son gigantes. Los británicos Nordic Giants debutaron en 2015 con un LP titulado A Seance of Dark Delusions, después de tres previos EP. La calidad musical de su post rock instrumental fusionado con una puesta en escena [según dicen] espectacular, provocó que sus seguidores se multiplicasen exponencialmente. Si aún no los conoces, ha llegado el momento.

Ambicioso se preveía el álbum tras las previas que el dúo lanzó hace unos meses; como comentaban los propios Rôka y Löki, en el proyecto querían explorar la bondad de la naturaleza humana, creando una historia opuesta a la [a menudo] sombría versión presentada por los medios de comunicación.

La primera diferencia entre este y su predecesor es que no encontramos vocalistas colaboradores, las partes habladas son muestras cuidadosamente seleccionadas y editadas de famosos discursos, como el que encontramos en Spirit de Martin Luther King, hablando de la guerra del Vietnam. Estos cortes narrados tratan de la cooperación, el positivismo y un optimismo general acerca de lo que la humanidad puede lograr. La segunda diferencia radica en más allá de temas sueltos, el nuevo trabajo funciona todo como un bloque continuo de 45 minutos de duración, a modo de singular banda sonora documental, como inicio de un proyecto mayor en el que están trabajando.

Siguiendo con adjetivos para el disco, envolvente y bello serían dos de los atribuibles al sonido del disco. En tres cuartos de hora la música es capaz de lograr penetrar en tu organismo, pudiendo crear una escapista simbiosis entre el oyente y el disco. La orquestación es cálida, exuberante y orgánica, creando un relajante paisaje sonoro. Alguien podrá encontrar extraña la combinación de discursos y música, pero ninguno de los dos podría impactar mejor sin la otra parte. Difícil escoger entre los siete cortes, pues los pasajes formidables se van sucediendo sin tregua, como el arranque a piano en Dystopia, el órgano de tubos de Autonomous, el exquisito e instrumental First Light of Dawn, o las pequeñas ayudas corales de Freyja en Reawake, que completan un tema ya de por sí mágico.