Sello: Candlelight Records.
Por: Beto Lagarda.
Desde la disolución de Emperor y la llegada de su primer LP en solitario en 2006, The Adversary, Ihsahn se ha convertido en uno de los artistas más distinguidos del black metal sinfónico moderno, metal extremo progresivo, avant garde… o como diablos queráis llamarlo. El noruego combina sus raíces guturales con todo tipo de estilos, cada uno de sus seis álbumes de estudio tiene su propia identidad, como diferentes engranajes dentro de una gran maquinaria. Su último trabajo, Àmr, no es la excepción a su casi inmaculada carrera, tratándose de un álbum algo más pesado y menos peculiar que su predecesor, el excelente Arktis de 2016. El nuevo trabajo es una aventura notablemente cohesiva y dinámica, con Ihsahn alternando papeles infernales y celestiales, encarnados con una siempre cautivadora instrumentación.
Progresivo por naturaleza, actúa también como una especie de retrospectiva a su carrera, sin perder esa constante evolución ni sus altos estándares de composición. Àmr presenta algunos de los momentos más brutales y hermosos de la discografía de Ihsahn, con los diabólicos guturales tan característicos del artista, que encontramos desde que se abre el disco. Lend me the eyes of the Millennia es un viaje de casi seis minutos a la condenación auditiva sin ninguna esperanza de calma, pues sus abrasiones vocales dominan en todas partes, un tema donde los sintetizadores y los bucles de guitarra toman las riendas para hipnotizarnos. Brutalidad también en los riffs de Arcana Imperii (tema en el que también destaca la colaboración de Fredrik Åkesson, guitarrista de Opeth), o en Wake con un arranque de blastbeats que son puro Emperor.
Hablando de momentos hermosos, Sámr contiene ese tipo de estructuras sencillas y ganchos pegadizos que igualmente son marca de la casa, Where You Are Lost and I Belong contrasta su oscuro telón con unos coros serenos y efectivos. Del mismo modo, tanto Marble Soul como Twin Black Angels (que bien podría haber sido firmada por Steven Wilson) contrastan algunos momentos realmente sombríos y robustos con delicados tratamientos de piano, lo que demuestra una vez más que el lado más tranquilo del artista es tan brillante como su cara más brutal.
El cambiante juego entre géneros del álbum refleja el amplio background de su autor, capaz de hacer un amplio enfoque musical que mantiene su constante desafío por ampliar sus horizontes hacia cada uno de los puntos cardinales. Estamos frente a uno de los mejores discos de Ihsahn, un trabajo plagado de grandes piezas y con unos arreglos y texturas brillantes pese a ser algo más convencional que en el pasado, lo que puede llegar a decepcionar a los más devotos de la vanguardia. Un novedoso empleo de elementos electrónicos es también encomiable y cautivador. Al igual que sus predecesores, Àmr se siente esencialmente vinculado al linaje de Ihsahn, al mismo tiempo que logra su propia identidad.