ESCRITO POR JUAN K
Producido por Jeff Tweedy, Patrick Sansone y Tom Schick.
Sello: dBpm.

Lo de Wilco se podría definir como el típico caso de banda de culto. Un grupo adorado por la crítica, que goza de un elaborado renombre dentro de los circuitos de música alternativa/indie/independiente/llámenla-como-quieran y cuyos discos son esperados como agua de Mayo por miles de fans, gracias a lo cual, siempre ocupan los primeros puestos en las listas de lo mejor del año. Poseen, además, uno de los mejores directos del panorama actual, como así lo atestiguan todas las personas (entre las que me incluyo) que han tenido la suerte de presenciar sus cálidos shows en los que se muestran como una banda carismática, abierta, cercana, dispuesta a hacer lo posible por que los asistentes salgan extasiados con su música.

Por contra, esta reputación nunca se ha visto traducida en un elevado número de ventas. Ya sea por su pasotismo comercial, por el hecho de que sus singles nunca tuvieran la repercusión adecuada en las radios, problemas con las compañías discográficas o debido a las ansias experimentales que han ido demostrando con mayor o menor entusiasmo a lo largo de buena parte de su carrera; el asunto es que su talento nunca se ha visto recompensado con el éxito masivo que sí han gozado contemporáneos suyos como pueden ser Radiohead.

Otro contraste se encuentra en la opinión de sus fans, ya que parece que estos se hallen divididos en dos sectores: en uno están los que prefieren los Wilco country-rock (¿qué coño es eso de alt-country/americana?) de álbumes como el primigenio A.M., y en el otro los que se quedan con su faceta más innovadora, la que nos mostraban en el prestigioso Yankee Hotel Foxtrot. Sin embargo, en los últimos años está quedando claro que lo que la banda de Jeff Tweedy perseguía en su evolución no era desmarcarse de la música de raíces, si no aproximar extremos musicales. Así lo demostraron en Sky Blue Sky, un disco con el que en cierto modo volvían a sus orígenes country-folk pero en el que también contaban por vez primera con el guitarrista de jazz avant-garde Nels Cline en el estudio; o al titular Wilco (The Album) un trabajo que poseía temas tan opuestos en su género como la experimental Bull Black Nova y la intimista Solitaire.

Ahora llega a nuestras manos The Whole Love, octavo álbum de estudio del sexteto de Chicago y el primero que publican bajo su propio sello tras finalizar contrato con Nonesuch. Al igual que en su predecesor, el homónimo, en TWL vuelven a hacer recopilación de todos los estilos que manejan, de este modo aquí hay lugar para el pop puro y duro como en el adictivo single Might y en la energética StandingO (en las que parece que el teclista Mikael Jorgensen quisiera emular al mismísimo Ray Manzarek), los delirios noise de Born Alone, el folk íntimo de Rising Red Lung e incluso para el vodevil en Capitol City.

Pero si hay dos canciones que destacan por encima de las demás son Art OfAlmost y One Sunday Morning, dos piezas diametralmente opuestas, tanto en lo musical como en su situación dentro del disco, que suponen dos de las mejores que un servidor ha escuchado este año. La primera de ellas lo abre y supone el momento más vanguardista, un arriesgado tema inicial de siete minutos heredero de los momentos más jugosos de Yankee Hotel Foxtrot que arranca como experimento electrónico digno de Kraftwerk para finalizar en apasionante fuga guitarrera capitaneada por el virtuoso Nels Cline. El segundo lo cierra y en ella Tweedy y los suyos nos muestran su cara más sensible, aquella que los hace capaces de componer canciones tan hermosas como esta, doce minutos acústicos con madera para figurar entre los momentos más emocionantes de sus conciertos junto a himnos como Jesus, etc. e Impossible Germany.

Así son Wilco, grandes incluso dentro de sus contradicciones, si no los conocías y no sabes por qué estos tíos están tan valorados por crítica y público, este es un buen disco para averiguarlo. Y si ya los conoces pero no estás seguro de si deberías escuchar The Whole Love, tienes dos joyas en forma de canciones como razones para hacerlo. La decisión está en tus manos.

Tracklist:

01. Art Of Almost
02. I Might
03. Sunloathe
04. Dawned On Me
05. Black Moon
06. Born Alone
07. Open Mind
08. Capitol City
09. Standing O
10. Rising Red Lung
11. Whole Love
12. One Sunday Morning (Song For Jane Smiley’s Boyfriend)