DiabloRock cruzó el charco para ir a los United States y cubrir la despedida de Mötley Crüe de los escenarios en su Final Tour (habrá que creerlos cuando lo han firmado ante notario). El telonero un coloso, Alice Cooper.

Había que mostrarles nuestros respetos por sus 33 años de rock y depravación. En un marco incomparable y que les va que ni pintado, el fastuoso Casino Borgata de Atlantic City, donde miles de neoyorkinos y de alrededores se dejan sus sueldos y pensiones. Luces, juego, fiesta, alcohol,.. todo acorde al acontecimiento que vamos a presenciar. Y para colmo en Halloween!!


Casino Borgata – Atlantic City, NJ (24/10/14)

Cuentan en esta parte de la gira con un telonero de lujo, Alice Cooper. Un telón blanco dibujado con los ojos pintados de Alice esconde el escenario del Event Center del Casino, que es una preciosidad, todo enmoquetado, con enormes lamparones colgando sobre nuestras cabezas, mucha opulencia … aunque lo mejor es que no estaríamos más de 2000 personas allí. Todo un lujo para ver en condiciones dos de los mejores espectáculos y bandas de rock americano de siempre.

Suena como intro el “Steven” instrumental, hasta que cae el telón y comienza la función con una de las aperturas más fascinantes de la historia, “Hello Hooray”. Tras una estela de fuegos pirotécnicos que caen a modo de lluvia aparece el maestro de ceremonias por excelencia del rock. Mr. Vincent Fournier, antes que Bowie (el cual iba a conciertos de Alice con bloc de notas sin aún haber imaginado a Ziggy) o cualquiera que se os ocurra, y su Alice Cooper Group clásica llevaron la teatralidad a los escenarios del rock. Y aún sigue demostrando su vigencia, y que por más que sigan apareciendo discípulos a lo largo de las décadas jamás llegarán a las cotas del creador y maestro.

Hay una cosa que me sorprendió muy positivamente con respecto al 2009 que lo vi la última vez, y es que la banda suena mucho más rockera y menos heavy. Y aunque Alice se mueva por todos los espectros del rock, hard-rock y heavy perfectamente y victorioso, a mí particularmente me tira mucho más su lado más rockero, su sonido más clásico. Así que disfruté mucho de este cambio, y para colmo el sonido fue perfecto. Ryan Roxie y su guitarra se le echaban de menos, Orianthi puede estar tranquila de que en Nita Strauss tiene una buena sustituta (aunque algo menos buenorra) , y con Henriksen forman un trio de guitarras que no se pisan ni suena saturado, sino más potente y contundente, dentro del sonido más rockero que comento. El patillero Chuck Garric lleva con su bajo al lado de Alice 12 años, muy bien consolidado. Sobel a las baquetas cumple más que sobradamente. Los cinco crean un clima de fiesta y diversión, no paran de moverse, de retarse a duelos, de tener protagonismo, disfrutan y lo transmiten.

¿Y Alice? Pues que este hombre no puede ser de este planeta, parece como si saliera cada noche de un comic del que jamás envejece, aunque lo maten en cada capítulo. Siempre desafiante, metiéndose al público desde el segundo uno… Seguramente no tenga unos registros vocales amplísimos, pero pocos como él han existido que hayan interpretado mejor sus historias, porque es como un cuentacuentos, y te los canta con la voz que requiere cada historia, ya sea terrorífica o de amollll.

La única pega del concierto fue que al ser teloneros dispusieron de hora y poco, pero suficientes para ir al grano, sin descanso, como un martillo pilón fueron cayendo clásicos como “No More Mr. Nice Guy” o “Under My Wheels” con un Alice pletórico con su traje chaqueta a rayas rojas y negras, jugando con su bastón ensangrentado. En “I’m Eighteen”nos regala ese himno generacional que hizo crear a los Sex Pistols entre otros, y lo canta con la energía y furia de alguien realmente de 18 años. Llega “Billion Dollar Babies” con su mítica intro de batería y Alice lanza como siempre cientos de billetes que reparte entre el público y pincha con su espada. Con “Poison” sabe que tienen una de sus bazas más comerciales en este himno 80s. Es turno de uno de sus clásicos más actuales, “Dirty Diamonds” (cuyo disco del 2005 es para servidora el mejor en muchos años, y eso que el anterior “The Eyes Of Alice Cooper” ya era la repanocha…), y es que The Coop no sólo existe aún para girar, sino que justifica sus directos manteniendo y aumentando una discografía brillante. En “Dirty Diamonds” Alice se vuelve a mostrar generoso repartiendo colgantes de diamantes, y da tiempo a que cada uno haga un pequeño solo de su instrumento sin llegar a alargarse innecesariamente. Reaparece Alice con su boa constrictor anudada al cuello con el que juguetea durante el megaclásico“Welcome To My Nightmare”. Es tiempo de un tema más potente y vacilón como la ochentera “Feed My Frankenstein”, donde Alice hace un experimento fallido con muchos voltios de electricidad y tras rayos y mucho humo aparece un Alice/Frankenstein gigante y de voz distorsionada que se pasea por el escenario… uno de los momentos más molones del concierto!! Pero sin tiempo de sobreponernos viene el grand finale, comenzando con una de mis favoritas, la terrorífica nana “Ballad Of Dwight Fry” (enfermera psicótica y camisa de fuerzas incluídos) que hila con la muerte del protagonista bajo la clásica guillotina en “Killer” y “I Love The Dead”. Y no podía faltar el fin de fiesta con “School’s Out” (en la cual calza estupendamente el “Another Brick In The Wall” de Pink Floyd) bajo miles de burbujas de jabón y balones gigantes. Alice presenta a la banda con entusiasmo y cuando terminan allí nos tenía a todos a sus pies. The Coop wins again, resucita para el próximo concierto donde volverá a dibujar sonrisas como si fuéramos críos que van al circo o a un parque de atracciones por primera vez.

Y tras un rato de relax y birras empieza a sonar con dos pelotas la preciosa “So Long, Farewell” de Sonrisas Y Lágrimas. Esto va a empezar!, y hay nervios porque es la primera y seguramente última vez que los vea. Se nos van los Crüe de los escenarios (aunque dicen que van a seguir grabando discos… ejem..) y estos cuatro forajidos de L.A. seguro que se dejarán sus huevos, pelados por miles de mamadas, en el escenario para dejarlo en un gran momento. Y no podían iniciar el concierto con mejor presentación, dejando claro que ellos son los “Saints of Los Angeles”… Pero algo falla, joder, el sonido, lo último que podía pensar que podía fallar tras disfrutar de un sonido excelente en Alice Cooper. Sí, es una banda que toca louder than hell, Mick truena su guitarra, Tommy machaca su batería y Nikki asesina su bajo… pero antes con Alice la banda sonó muy potente, aunque todo nítidamente. En fin, habría que intentar abstraerse de esa cagada y disfrutar todo lo posible.

Wild Side” da el pistoletazo de salida a los clasicazos (aunque realmente SOLA lo es ya por derecho propio), y salen varias muchachas con caras de premio Nobel a ayudar a Vince en los coros y a bailar fogosamente. A pesar del sonido regulero la banda se nota que toca bien, con poderío y ganas. Pero Vince… bueno, el señor que se comió a Vince, hace lo que puede. Está gordo como un ceporro, y esa cara de ardilla feliz le resta toda la mala baba que destila la banda. Aún así Vince anima, se mueve bastante aunque torpemente, y canta como Frank Sinatra… a su manera. Siguen cayendo temazos de la vida como “Primal Scream” (scream and shout con llamaradas, petardazos y ventoleras incluídas). Vince nos recuerda que están celebrando 33 años de Mötley Crüe, desde que 4 teenangers lumbreras descerebrados se juntaron en California para drinkin’, druggin’, fuckin’ and play rockn’roll , y que todavía están aquí; buena y fiel introducción para un “Same Ol’ Situation” en el que Vince se pone a pisar gatos, pero que allí todos lo gozamos, bailarinas hotties mediante. La cojonuda “Looks That Kill” mantiene la calentura del concierto. “On With The Show”, “Too Fast For Love”… seguimos para bingo (recordemos que estamos en un casino). “Smokin’ In The Boys Room” anima aún más el cotarro empalmándola con la archiconocida “Rock N’Roll pt. 2” de Gary Glitter. Vince bromea con Tommy y presenta el momento mechero, el megabaladón “Without You” bajo un manto de fina lluvia dorada (de fuegos, malpensados). “Motherfucker Of The Year” es otro gran tema de su quizás demasiado moderno y sin embargo fantástico último disco SOLA.

Es hora de que sobre todo el pobre de Mick descanse su cuerpoescombro, uno de los motivos por los que Mötley se ponen fecha de caducidad. Nikki es el líder, siempre lo ha sido, y como tal hace de portavoz y suelta el rollo de qué fueron y son, que vosotros sois el motivo de tantos años, que jamás pensaba que iban a llegar donde están, que son de Hollywood, Los Angeles, California (no jodas!)… presenta a sus compañeros de tantas juergas y chatinas compartidas, y atacan “Anarchy In The UK” de los Pistols donde salen algunos terroristas o anarquistas (?) con pistolas de juguete.

Entonces se dejan de tonterías y nos hacen visitar al “Dr. Feelgood”; ni qué decir tiene que es uno de los highlights de la noche, con unas enfermeras cachondas para que no nos olvidemos que lo importante en la vida es pasarlo bien. Y es que esto ya va a ser un non-stop de emociones fuertes… invocamos al diablo como originalmente quería Nikki en la monstruosa “Shout At The Devil” mientras se enciende un gran pentagrama en las luces del techo, Nikki escupe fuego con su bajo (literalmente, no es un símil) y a cada shout! ardemos en el infierno. Con “Don’t Go Away Mad” rebajan la tensión y regresa el buen rollazo y la fiesta. Pero esto es un espejismo, porque volvemos a bajar luces y es cuando emerge la figura del guitarrista que vino de Marte, y nos deleita con un potente solo… y es que su Stratocaster, a diferencia de su débil estado de salud, es pura furia y suena como si mil tormentas cayeran a la vez. “Live Wire” suena afilada, como debe ser. Seguimos en los tiempos de Maricastaña con otro tema con un arrebatador encanto como “Too Young To Fall In Love”. Y no, no podía faltar el himno de los locales de striptease por excelencia, un tema que sorprendentemente gusta a muchísimas mujeres porque saben lo que les pone a sus parejas, el momento del concierto donde lozanas mujeres enseñan sus atributos.. no es otro que “Girls, Girls, Girls”. Y queridos amigos, como si os estuviera retransmitiendo el concierto, ya se palpaba que esto se acababa… pero qué mejor que con uno de los temas más cargabaterías, revientapilas y de subidón subidón de la historia de la humanidad como “Kickstart My Heart”, una traca final de temón y de pirotecnia que parecía que estábamos en la Guerra del Golfo.

Cuando parecía que todo había acabado, estos hijoputas nos tenían preparada una sorpresa en un miniescenario elevado en mitad del salón. Fueron subiendo uno a uno con linternas en las manos, Tommy se sentó al piano y comenzó a tocar las primeras notas de “Home Sweet Home”. Todos nos abrazamos y la cantamos junto a Vince; Tommy ya se sienta en la batería y continúa la emotivísima intepretetación, ya en eléctrico, mientras el escenario sube y sube, hasta pensar que iban a espachurrarlos contra el techo, pero no… allí Vince se despidió de nosotros con un último gallo, y fueron bajando mientras cruzaban entre el público. Y es entonces cuando llegó el momento fanlocaza de la noche, ya que pude estrechar las manos de Vince, Tommy, Mick y Nikki… esas manos que han tocado miles de coños.

No será el concierto de mi vida, pero las dos horas se pasaron en un santiamén, a pesar de los muchos defectos que hubo… y había que despedirse de ellos, de esos héroes que tantas horas de diversión nos han regalado, de esos superhéroes que aparecen en los Trapos Sucios. A ver si Marvel ya se pone manos a la obra para llevar al cine su historia!!


Texto y fotos: Kashmir