Estoy desolado. RIP Lemmy. El mundo es a partir de hoy un sitio peor. Contigo muchos aprendimos el significado de la expresión «¡vaya macarrada!». Y tanto. Pero para macarra tú, que al final has conseguido lo que querías, que desde luego no era un final de pacífico retiro. No, te has retirado rockeando. Tocando en directo hasta que el cuerpo aguantó y grabando en pleno 2015 ese Bad Magic, que gustará mas o menos, pero que es 100% Motorhead.
Como bien decías en tus conciertos «We are Motorhead, and we play rock´n´roll». Viviste toda tu vida según esa máxima y ni Dios pudo hacer que te apartaras de tu camino. Durante una época fuiste mas rock and roll, en otros momentos te escoraste al metal, pero, al final, como siempre comentabas a quien quisiera escuchar, Motorhead eran una banda de blues. Grababas discos y escribías canciones, pero sabes que en buena medida lo hacías para poder salir a la carretera, tu hábitat natural. Cual temible forajido recorriste el mundo con el honor de generar unanimidad con respecto a ti a tu banda.
TODO el mundo respetaba a Motorhead. El nombre de Lemmy era ley. Cual jinete pálido o temible justiciero tu llegada a cualquier ciudad encendía la mecha de mil comentarios, rumores y leyendas. Internet estropeó un poco el misterio, pero cuando este invento llegó a tu vida, la leyenda ya estaba asentada. Al final ya era muy difícil separar a la persona del personaje. ¿O nunca hubo un personaje? Lo hubiera o no, lo que si existió fue un mito, una leyenda, un maestro y un artista insobornable. Y si, todos fueron la misma persona. Mr. Lemmy Kilmister. Cuando llegues al infierno, saluda a Philty Animal y seguid rockeando. Mientras, por aquí, ya te echamos de menos porque contigo no solo se va el músico, también se va una parte del rock´n´roll.
Buen viaje Lemmy. Gracias por tu blues. Gracias por tu Rock and Roll.