Escrito por: Manuel L. Sacristán
Estos días corren ríos de tinta comentando lo que parece ser la noticia culebrón del año, la «esperada» reunión de Guns N’ Roses.
Quién mejor para comentarlo que Manuel L. Sacristán. Abogado, músico y escritor, se ha pasado la vida entre libros y discos. Dejando la abogacía de pleitos pobres a un lado, con su grupo Hotel Valmont ha publicado tres discos (un LP, Señales, en 2011; un EP, Doble Trampa, en 2012; y un directo, En Rock & Pop, en 2014) además de un disco en solitario de versiones españolas titulado «Solo» (2015). Este mismo año acaba de publicar su primer libro, «Forajidos Inc.», una historia de amor hacia el rock y sus principales héroes en el periodo comprendido entre 1987 y 2010. «Forajidos Inc.», convenientemente subtitulado «Axl Rose contra la industria», es el primer libro en lengua castellana que analiza el periodo más oscuro de Guns N’ Roses y la intrahistoria de Chinese Democracy, el disco más polémico de lo que llevamos de Siglo XXI.». Por tanto nos enorgullece contar con su especial punto de vista de la «reunión», que podéis leer a continuación. |
Texto: Manuel L. Sacristán
Guns N’ Roses se reúnen, ¿verdad? Es lo que nos han venido contando durante estos densos días de Navidades de 2015. Desde que los rumores comenzaron a circular el verano pasado, raro ha sido el mes donde no han surgido toda clase de comentarios infundados, provenientes de las más insospechadas fuentes no autorizadas, que aseguraban que una reunión de los Guns N’ Roses originales era inminente.
El asunto es que no se reúnen los originales, o al menos, no los que aprendimos a conocer y a amar. No se sabe aún quién estará tras la batería, y lo que es peor, la participación de Izzy Stradlin (autor o co-autor de los principales himnos de la banda en la era 87-91) dista mucho de estar confirmada. En su lugar, presumiblemente Axl Rose, Slash y Duff McKagan estarán acompañados de esbirros de Rose en su proyecto Guns N’ Roses 2.0, el que estuvo casi 10 años terminando un disco (el polémico Chinese Democracy). Ellos son Dizzy Reed, el teclista que entró en la banda en 1990 durante el proceso de composición de los Use Your Illusion, el guitarrista Richard Fortus, el batería Frank Ferrer y el teclista y multi-instrumentalista Chris Pittman.
Las dos fechas clave son el 16 y el 23 de abril, y el lugar el festival Coachella, que tiene lugar en Palo Alto, California. Un festival multiétnico, ecléctico y diseñado para las masas de ex – indies, ávidos de cualquier novedad musical, por heterogénea que resulte. El festival se precia por juntar en su cartel a lo más granado de la escena musical independiente, junto a grandes nombres que cada año se dejan caer por allí. Desde Muse a Arcade Fire, pasando por los más clásicos Jane’s Addiction, Oasis, Red Hot Chili Peppers, AC/DC, Radiohead, Tool, Depeche Mode, U2, Rage Against The Machine, Paul McCartney, The Cure, Beastie Boys, Prince o Nine Inch Nails.
Y ahí, en mitad de toda esa maraña, vuelven Slash, Duff y Axl, bajo el nombre de Guns N’ Roses. En realidad, no lo esperábamos. Algunos (los que disfrutamos, aplaudimos, respetamos e incluso adoramos la etapa de Axl al frente de su circo de freaks –Robin Finck, Tommy Stinson y Buckethead al frente– de la era Chinese Democracy) ni siquiera lo deseábamos. Pero estamos en la era de la diversificación, internet y los archivos en carpetas amarillas. La era de los blogs y el twitter. La red social, los mitos de Bourne, los villanos que no se ven, la forma como fondo, los gatitos saltarines en youtube, todo en una pantalla, nada en la tienda de discos que cerró hace cuatro años. En su lugar hay una tienda de Bershka. Olvida el tiempo, cíñete a tu espacio. Ahí vuelven Guns N’ Roses, el último dinosaurio, la banda que devolvió su esplendor al rock en 1988, el año que vivieron peligrosamente (en realidad fueron seis), la banda más peligrosa de una escena supuestamente decapitada por el grunge, que a su vez fue decapitado por ¿la nada? A partir de 1995, cuesta encontrar un grupo que haya significado tanto como en su día lo hicieron los Guns, Nirvana o Pearl Jam, o ni siquiera actos más minoritarios como los Pixies. Que también estuvieron en Coachella hace poco. En realidad, lo que va a pasar en Palo Alto es que Axl, Slash y Duff van a cobrar una pasta, van a tocar dos fines de semana consecutivos y nadie sabe realmente qué esperar de esa “reunión”.
¿Van a estar a la altura? ¿Axl sigue estando demasiado gordo para ser Axl Rose, sin llegar a los límites de Elvis, que eructaba en escena de puro gas que era, todo él? ¿Dignificará Slash alguna canción de Chinese Democracy, soberbiamente interpretadas en su día por Robin Finck y Buckethead (aunque no todo el mundo lo vea)? ¿Los subalternos merecen limpiarle las botas a Izzy o Steven Adler? ¿Logrará apuntarse Matt Sorum al circo a tiempo? ¿Realmente Gilby Clarke era tan importante y sin él la historia del rock no sería la misma? ¿Están ensayando algo? ¿Van a componer alguna canción nueva? Y si lo hacen, ¿podrá mirarle a la cara a “Sweet Child O’ Mine”?, ¿Axl sigue llegando tarde?, ¿Cancelarán a última hora?, ¿Será culpa todo de Axl esta vez, como la otra vez, o en realidad no era sólo culpa suya? En realidad, no hay gran cosa que decir hasta que las incógnitas (perennes en esta banda, consustanciales a ella, imperativos de su existencia, tan necesarias como morbosas, tan ridículas como apasionantes) queden despejadas por sí mismas. Sólo queda una cosa por decir: “Mmmmmm… well”
O si lo preferís, lo dejaremos así: Ritz. Delfines. Jungle. Estranged. Converse. Cocaína. Fotos. Sexo. Shorts de ciclista. Drogas. Elton. Paradise City. Terminator. No llores, nena. Los Ángeles. Freddie. You Could Be Mine. Chistera. Pañuelo. Cuero. LAMF. Bicicletas. Heroína. Noblesville. París. China. Río de Janeiro. Michelle. Rocket Queen. Piano. Lluvia. Noviembre. Breakdown. 88. 91. 92. 2001. Tú. Yo. Ellos. Nosotros.
Cierra los ojos y disfruta. No es como te lo imaginas, ni como te lo acabo de pintar. No esperes nada. No te deben nada. Sólo disfruta.
Manuel L. Sacristán
mlsacristan@gmail.com