Escrito por Kashmir

Iron Maiden confirmaron hace unos días una cuarta actuación en la península dentro de su “The Book Of Souls World Tour 2016”. La ciudad afortunada era Sevilla, en el Estadio de la Cartuja. Una vez se pusieron a la venta las entradas  nos encontramos con unos precios que iban desde 73€ en grada a 84€ en pista, y un Black Circle por el «módico» precio de 134,50€. En la misma Cartuja de Sevilla ver a AC/DC en pista por ejemplo vale 91€. ¿Nos estamos acostumbrando a estos precios? ¿Es normal, nos lo merecemos?

No hay que irse muy lejos para comparar. En Lisboa ver a Iron Maiden unos días antes  cuesta 52€. Siempre sale a la palestra el tan manido IVA Cultural para explicar los precios tan elevados en distintos ámbitos y productos culturales aquí en España. No podemos obviar que es algo que no ayuda al bolsillo del consumidor, pero si extrapolamos el ejemplo de los Maiden en Sevilla y Lisboa, el IVA Cultural de Portugal es del 13%, mientras que en España el 21%, 8 puntos más. Si nos llevamos esto al precio real de las entradas, si en España tuviéramos el mismo IVA del 13% deberían valer 77,30€.. hasta los 52,60€ que cuesta en Portugal, ¿qué pasa?

El IVA Cultural hace daño, debería bajarse sí o sí, es a todas luces injusto!!… ¿pero se están escudando demasiado en esto para subir los precios de las entradas a costa del consumidor, del fan que les da de comer? Es probable que no sean buenos tiempos para la cultura, pero creo que hay que cuidar tanto a los artistas que tenemos en un altar, como a los seguidores que pasamos por caja religiosamente.

Paralelamente tenemos el casi monopolio de alguna web de ventas de entradas (el capítulo de webs “oficiales” de reventa dan para otro capítulo aparte y para no pensar bien en todo este asunto), que inflan los precios a base de sus gastos de distribución. En el caso de Maiden, de 84€ de entrada 9€ son de gastos de distribución. Aún, yo al menos, no termino de entender por qué más de un 10% de una entrada va a ese concepto cuando antes ni existía o después llegaba a ser exiguo. ¿Qué les supone distribuir unas entradas que hoy en día las imprimes en tu casa, las recoges en algún punto, o pagas aún más porque te las manden a casa?

Otra cosa que me ha llamado poderosamente la atención de este concierto de Iron Maiden en particular (pero que ha pasado, pasa y pasará con muchos más) es lo del “Black Circle”, o una especie de entradas Vip para ver a tus ídolos más cerca. ¿Por qué no dicen, a quien corresponda, cuántas entradas de este tipo salen a la venta? Entiendo que uno debería intentar elegir sabiendo si le importa más o menos ver a la banda en cuestión desde más lejos o cerca. Pero no, no sabes si vas a tener delante a 1.000 ó 10.000 personas, y así pensar si quieres pagar más o menos por la visibilidad del concierto.

Está claro, que como en cualquier ámbito profesional, hay clases y estratos. Y es que luego ves a promotoras y bandas medianas y pequeñas que arriesgan su dinero, que se dejan los cuernos. Y donde mucha gente paga sin rechistar sus 100€ para ver a una banda que le gusta o que simplemente porque “había que ir”, les cuesta horrores después soltar 5 ó 10€ por ver a una buena banda en sala o algún festival pequeño o lo que sea que se monte cerca de su ámbito local.

La verdad es que personalmente yo ya he pasado por el aro muchas veces, pagando burradas por muchos conciertos, en España y en el extranjero, pero ya llega un punto que toca la moral, y ver como encima en España se está instaurando unos precios que quizás se pueda hablar de escandalosos. En países de nuestro entorno y con mayor poder adquisitivo seguro son, en muchos casos, más baratos, pasa algo parecido con los precios en las entradas de los partidos de fútbol. ¿Pero la avaricia debería romper el saco?

Es muy probable que esta vez, mal que me pese, no vaya a ver a los Maiden. Muchos conciertos y festivales este año, muchos sacrificios (vacaciones, familia,..) y dinero para moverte por España, e incluso el mundo, para ver a mis bandas favoritas, como para encima ver cómo nos estrujan el bolsillo y prefieren ver hasta donde aguantamos con los precios, cuál es el límite, en lugar de asegurar buenas entradas e incentivar a los fans. Los que van a un concierto al año (ya sea para aparentar, porque no les llega la economía o la música no es ninguna prioridad) les dará igual, pero la mayoría de gente que amamos la música seguramente se sientan identificados.

Para finalizar, quiero dejar claro que esto no es una posición determinada de www.diablorock.com, es un artículo de opinión personal.

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