Como estamos en una web de contenido eminentemente musical, hoy vamos a hablar de rock´n´roll. Si, pero no por ello vamos a dejar de hablar de cine. Hoy toca combinar dos de nuestras grandes pasiones. Para ello, nos sumergiremos de nuevo en el maravilloso universo de American Graffiti. Un universo en el que los relucientes Cadillacs y Chevys llenan las calles, conducidos por adolescentes que quieren comerse el mundo mientras en la radio un DJ pincha la mejor música del siglo para amenizar la diversión de unos y la soledad de otros. Y, quien lo iba a decir, este universo, salió de la cabeza de un señor llamado George Lucas. Si, el de “En una galaxia muy lejana…..”, de momento, prefería los coches a las naves espaciales y las canciones de Buddy Holly a las partituras de John Williams. Pero empecemos por el principio….

Preproducción

Hoy en día casi todo el mundo sabe de American Graffiti. El que no la ha visto, la conoce porque se la han contado, o ha leído sobre ella, o ha visto el CD de la banda sonora en una tienda. Pero años atrás, concretamente en 1972, todo era muy diferente. Lucas, aficionado a los coches hot rod, a la velocidad y al rock, había rodado una película de ciencia ficción (THX 1138) que no parecía ser del agrado de Warner Brothers por no ser precisamente comercial. Lucas era visto como el empollón intelectualoide, al que se le había permitido la rareza, pero al cual no se le tolerarían mas caprichos. Digamos que, en ese momento, su posición dentro del negocio, era, siendo benévolos, débil.

american_2Pero Lucas tenía ganas de cambiar de tercio y rodar una película que reflejara lo que a él le gustaba en su juventud, cuando era un estudiante. Las carreras, salir el sábado por la noche, los bailes, Chuck Berry, etc. Para ello, contactó con Gloria Katz y Willard Huyck, para pedirles que escribieran un guión, con esa temática como base. El prefería, en principio, quedar al margen del guión. El primer borrador, recorrió despacho tras despacho, siendo rechazado una y otra vez. Llegó a viajar a Cannes para abordar a algunos ejecutivos de los estudios. Obtuvo incluso 10000 dólares para escribir un guión definitivo. Lucas contactó con mas escritores pero, no estaba satisfecho con las aportaciones de ningún guionista. Se llegó al temido punto de haber agotado el dinero y no tener material con el que trabajar. Llegados a esta situación, muy a su pesar, Lucas hizo lo único posible. Encerrarse durante dos semanas y escribir el mismo un guión. O al menos un borrador sólido. Lo hizo a partir del borrador inicial de Katz y Huyck. Y con ello, finalmente, logró plasmar en papel las ideas que bullían dentro de su cabeza. De esa manera, el trío fue el finalmente acreditado con la autoría de la historia en la película.
Pero claro, un guión solamente, no garantiza financiación. Los estudios exigían un nombre de fama que le diera soporte al producto. Y Lucas lo encontró en su amigo Francis Ford Coppola, que figuraría como productor. Coppola acababa de rodar The Godfather y en ese momento, su posición en Hollywood era la opuesta a la de su amigo. El si que estaba arriba.
Y con guión y productor, el estudio Universal dio luz verde al rodaje. Con escaso presupuesto, pero con mucha ilusión y determinación, George Lucas, se puso manos a la obra. Primer paso? Seleccionar un casting.

Reparto

Como suele ser habitual en producciones de directores noveles o (como era el caso) semi desconocidos con poco soporte financiero, el reparto no suele estar compuesto precisamente por una constelación de estrellas. Se trabaja con lo que se puede. Y en ocasiones, estos títulos modestos, son plataforma de lanzamiento de muchos actores. En 1972 los nombres de Richard Dreyfuss, Ron Howard o Harrison Ford, no le decian mucho a nadie. De hecho Ford, en un making of de la película, bromeaba diciendo que dio el salto al mundo de la interpretación abandonando una prometedora carrera en…….. la carpintería!!!!!!
No hubo estrellas en American Graffitti. No se confeccionó el casting en torno a nadie. Todo el mundo pasó por pruebas y audiciones. Incluso algún miembro del reparto llegó ahí casi por casualidad. Pero era lo que había. No se disponían de grandes sumas de dinero para contratar estrellas o, como mínimo, rostros conocidos. Lo que hizo que el director y su equipo se decidieran por jóvenes en los que vieran algo que les pudiera hacer encajar en la historia que tenían pensada. Y vaya si lo lograron. Cualquiera diría que el elenco había nacido para interpretar esos papeles. Como curiosidad, apuntar que McKenzie Phillips, que interpreta a la novia de uno de los protagonistas (el personaje de Ron Howard) era la hija de John Philips, el cantante de los célebres The Mamas & The Papas.
Hago un aparte para el personaje de Wolfman Jack, por tratarse de alguién que se interpretó a si mismo. Wolfman Jack era un célebre DJ con una muy particular voz, que emitía rock, country, soul, blues y do woop y aderezaba sus intervenciones radiofonicas y la presentación de las canciones emitidad, con pequeños sketches humorísticos o contestando en directo a llamadas telefónicas que sus oyentes hacían a la emisora.
Una celebridad, cuya aportación a la película, sobrepasa lo puramente anecdótico. Yo desde luego, no podría imaginar esta película sin él!!!!!!
Para todo el mundo, la película era una oportunidad de trabajar y de demostrar su valía. Eran conscientes de que terminarían rodando un clásico del cual se seguiría hablando y escribiendo décadas después? Lo dudo, pero el caso es que así fue. Aúnque antes de llegar a eso, hubo que pasar por el proceso de rodaje, que, debido a las estrecheces presupuestarias, no fue precisamente cómodo.

american_3

El Rodaje

Ausencia de nombres de relumbrón, presupuesto exiguo y un director con medios precarios pero con afán de rodar algo que no quede reducido a la etiqueta de Serie B. Combinación que suele dar lugar a rodajes duros e incómodos. Y cuya brevedad obliga por lo general a jornadas maratonianas, pocos ensayos y escasas oportunidades de discutir tomas, repetirlas o discutir alternativas. Fue un rodaje breve pero intenso. Lucas, se mostró en todo momento abierto ante el reparto, sin presionar y aceptando sugerencias e incluso ciertas improvisaciones y pequeños cambios. Como ejemplo, la secuencia inicial en la que el personaje de Terry trata de aparcar su Vespa y pierde el control, no estaba prevista de esa manera. Pero la impericia del actor con la moto hizo que ésta se le fuera de las manos creando una situación absurda. Situación que a Lucas le gustó, curiosamente, por lo que la incluyó en el montaje.
Otro aspecto que puso las cosas un tanto difíciles fue el rodaje de muchas secuencias en coches. Abarataba costes, pero exigía un esfuerzo en lo referente a la iluminación (hay que recordar que es una película eminentemente nocturna) y a los encuadres. En muchas ocasiones, el operador de cámara iba en el mismo coche y había que buscar, en un reducido espacio el encuadre adecuado que no dejara rastros de sombras o reflejos de dicho operador. Algo, en ocasiones muy complejo, como los momentos en que un coche, era filmado desde la perspectiva de un personaje que, a su vez, iba en otro coche.
La gran cantidad de escenas en coches, siendo alguna de ellas a elevadas velocidades tambien produjeron algún que otro accidente.
Una serie de dificultades, como podemos ver, que sin embargo no alteraron demasiado a un Lucas que desconcertaba al reparto constantemente por sus mínimas indicaciones y por dar por buenas tomas con mucha rapidez y aparente ligereza. Hacia el final del rodaje algunos de los actores se preguntaban si sabía lo que hacía. Vistos los resultados, vaya si lo sabía!!!!!!
Todo tiene su final y el rodaje de American Graffiti no iba a ser la excepción. El trabajo de cámaras, claqueta e interpretaciones, había terminado. Ahora era el turno de montaje, construccíón de la historia y la vital adición de una banda sonora, de la que hablaré un poco mas adelante, y que sería de capital importancia para un título de estas características. Con ese material de postproducción, ya tendríamos la película.

La película

La película nos cuenta la historia de dos adolescentes. Curt (Richard Dreyfuss) y Steve (Ron Howard) que están viviendo lo que es su última noche en la pequeña ciudad en la que viven, ya que han terminado sus estudios en el instituto y al día siguiente partirán, dejando atrás vivencias, recuerdos, amistades, alegrías, sueños y sinsabores.
Esa noche la vivirán con sus amigos, novias y conocidos, que vienen a representar una serie de roles juveniles que todos hemos conocido. Y no por verlo en películas americanas, si no porque gran parte de los comportamientos de la adolescencia son universales, mas allá de fronteras. Los anhelos, los sueños, las ganas de comerse el mundo, el drama…..todo eso lo viven los protagonistas de American Graffiti y lo hemos vivido muchos de nosotros. Las primeras rupturas de parejas adolescentes, que parecen el fin del mundo, los sueños de grandeza, la ambición de cambiar el mundo, para posteriormente luchar para que el mundo no nos cambie a nosotros, las miles de dudas que nos asaltaban. Todo eso y más se ve reflejado durante todo el metraje.

american_4En este aspecto, Lucas, fue práctico y jugó sobre seguro. Todo, desde los personajes, hasta la ambientación, tenía una base real. Y es que la noche de agosto de 1962 que se cuenta en la película, era una noche como otras muchas que había vivido su director en la localidad de Modesto (California) en la que residía en su adolescencia. Había conocido pandilleros, visto carreras ilegales de coches, cenado en drive ins y asistido a bailes de graduación.

Tenía grabados en la retina todos esos momentos y quiso plasmarlos en el celuloide con fidelidad casi documental. Y es éste uno de los puntos fuertes de esta producción. A diferencia de muchos títulos pensados para el público adolescente creados en base a tópicos, en esta ocasión, lo que se veía era real. Ni mas ni menos que la vivencia de alguien cuya juventud se desarrolló bajo ese ambiente. No se echó mano de tópicos o de asesores, Para qué? Si se disponía de un hombre que estaba dispuesto a enseñarnos una parte de su vida real a través de unos personajes que, si bien eran creación suya, no dejaban de ser un muestrario de lo que le rodeó en sus adolescencia californiana. No se daba gato por liebre ni se trataba al público con condescendencia. Los jóvenes que asistieran a las proyecciones, tenían que verse reflejados. Ese era el objetivo.
El otro as en la manga que Lucas supo jugar con acierto fue el no realizar un mero ejercicio de nostalgia. Nos sitúa la acción en 1962. Y no creo que sea un año elegido al azar, si no que pretende contextualizar la película en un periodo de transición. Aún no se había iniciado el shock cultural de los 60´s. No había llegado aún el hippismo, la British invasion ni los grandes festivales de rock, Y Vietnam no era más que un desconocido país del Sudeste Asiático para la mayoría de los ciudadanos. Pero, al mismo tiempo, la cultura y la estética 50´s perdía fuerza. Buddy Holly había muerto, Elvis ya no era el rocker rebelde de años atrás y los Beach Boys empezaban a triunfar y a ser grandes. Puede parecer esto un dato anecdótico, pero va mas allá. Se consigue que la historia al igual que los personajes, no sea una mera postal nostálgica. Al igual que el personaje interpretado por Richard Dreyfuss, el mundo es en ese momento un mar de dudas. Es momento de tratar de aferrarse a lo que hay o de ir tras un futuro que ya estaba llamando a la puerta? Es mejor lo que se va? O lo que viene? Se debe uno lanzar a cumplir sus sueños o tener los pies en la tierra? Preguntas, dudas, confusión, indefinición. En definitiva, una historia la de los adolescentes que viven y se divierten un sábado por la noche de 1962, que no es diferente, en esencia, a la del resto de una sociedad que en ese momento, nadaba entre dos aguas, sin definirse con respecto al futuro próximo.
Vemos al adolescente emocionado, al reflexivo y dubitativo, a la chica desengañada, al fanfarrón, e incluso al rudo, pero de buen corazón que, sin embargo lo tiene claro. “I don´t like this surfin´shit”, masculla en un determinado momento en el que en la radio suena una canción de Beach Boys. Una certera representación de un relevo cultural que, muy a pesar de algunos, terminaría por completarse. Y los Elvis, Perkins, etc, dejarían paso a Beach Boys, Beatles y compañía en breve.
Podríamos decir que es American Graffiti es, en esencia, la historia de la adolescencia de una época, contada por boca de unos personajes, con la ayuda inestimable de una herramienta a la cual George Lucas le sacó todo el partido posible. Canciones.

La música

Quien crea que Tarantino fue el primero que utilizó el recurso de hacer sonar canciones de un programa de radio como banda sonora e hilo conductor de una trama, se equivoca. El estructuró de esa manera la música de Reservoir Dogs. Y lo hizo de manera brillante. Pero en ningún caso fue el primero en hace algo así. Décadas antes, directores como Richard Sarafian ya usaron la voz de un DJ radiofónico como instrumento narrativo en la película Vanishing Point. Era 1971. Y en 1973, George Lucas hizo algo parecido. Pero llevó el uso de la música a otra dimensión y la encajó en el desarrollo de la historia de una manera tan ejemplar y magistral que se podría ver ahora mismo la película sin diálogos, solo haciendo sonar las canciones de la banda sonora. Y no perdería un ápice de su espíritu.
La clave en American Graffiti no está en las canciones en si. Si no, en el modo en el que se insertaron en el metraje. Es eso lo que hace que sea especial. No hay números musicales como en Grease. Y tampoco el director se limita a hacer sonar canciones sueltas, intercalándolas entre alguna partitura creada originalmente para la película. Cuando suena una canción, la elección no es aleatoria. Ni el tema ni el momento en el que suena. La música no es aquí un complemento, si no un refuerzo, tanto argumental como emocional.
Y que suena durante esa noche especial de agosto de 1962? Pues un importante muestrario de la mejor música de este planeta compuesta y grabada en el siglo XX.
Ya desde los títulos de crédito iniciales, al ritmo de Rock around The Clock, de Bill Halley & The Comets que enlaza con Sixteen Candles, de The Crests, se puede percibir que durante los 100 minutos siguientes, la pantalla va a inundarse de magia, colorido, clase y talento para dar y tomar. Del Shannon nos iluminará con Runaway, Buddy Holly nos dejará noqueados con su That´ll Be The Day. Chuck Berry nos llenará de energía con con Almost Grown.
Y todo van a ser tupés y rock´n´roll? No amigos, no solo de cuero y rebelión vive el hombre. Quereis acaramelaros un poco? Coged el vinilo y haced sonar el Smoke Gets in Your Eyes de The Platters. No teneis suficiente? Pues que suene The Great Pretender!!! Y si aún no estais saciados de Doo Woop, siempre queda el recurso de maravillarse una vez más ante el I only have eyes for You, de The Flamingos. O de soñar despiertos con el Since I don´t hace you de The Skyliners. Quizás Axl Rose conocía la canción por la película y decidió versionearla 20 años después.
Buddy Holly murió, pero no así la música, como algunos aseguran. Y George Lucas se encarga habilmente de recordárnoslo, mediante la inclusión en el soundtrack de joyas de los 60´s como Green Onions de Booker T & The MG´s, el sabor sureño del Ya-ya de Lee Dorsey o una muestra del, en aquel momento, incipiente pop californiano de la mano del imperecedero Surfin´Safari. Y nos alegramos por ello. A muchos de nosotros si que nos gusta “this surfin´shit”.
Y más, y más y más……y todo ello manejado por el gran Wolfman Jack que a través de las radios de cientos de coches que circulaban por la ciudad, hacía reir, soñar y enamorarse a sus oyentes, canalizando todas sus emociones y consiguiendo que cada joven oyente, sintiera que eran sus sentimientos los que reflejaba cada emisión radiofónica. El DJ, que solo aparece fisicamente en pantalla unos minutos, goza de una omnipresencia durante todo el metraje, que contribuye a aligerar dramas juveniles, y a poner de manifiesto la importancia de la radio como algo mas que una mera fuente de entretenimiento. Cincuenta y pico años atrás, sin trastos multimedia, ni smartphones y en donde internet no era mas que una idea propia de la ciencia ficción, millones de personas recurrían a la radio como fuente de entretenimiento e información. Y cientos, miles de adolescentes, recurrían a figuras como la de Wolfman Jack, que hacían las veces de consejeros, guías y referentes, llegando a alcanzar incluso a veces la categoría de mitos y leyendas, debido a ser casi invisibles, pero que llegaban a todo el mundo a través de las ondas. Otra faceta del entretenimiento que no volverá. Posteriormente, el vídeo no mató a la estrella de la radio, pero el iPOD, iTUNES y plataformas variadas casi lo han logrado. Siempre existirá la radio, pero dudo mucho que vuelva a haber otro Wolfman Jack.

american_5 american_6
Es de ley, con respecto a la música de la película, detenerse en otro aspecto, que es de tipo técnico y que tiene que ver con el tratamiento del sonido que Lucas y su equipo llevaron a cabo. No suena igual una canción escuchada en la radio, que si la escuchamos en un bar, o en un televisor de un escaparate. Y si la radio que escuchamos es de un coche próximo al nuestro. Y el realismo conseguido (casi una obsesión del director) es asombroso. El volúmen, la ecualización, todo está en su punto. A veces suena una canción en primer plano, para enfatizar la acción, pero en otras, solo escuchamos un fragmento, ya que lo que se pretende (y se logra) mostrar es el sonido de una radio pero de un coche cercano. En otras ocasiones, hay diálogos que tapan la música, pero no por un error de edición ni montaje, si no porque Lucas quiere música, simplemente, de fondo, como suele pasar en infinidad de ocasiones en las que cualquiera de nosotros podemos estar hablando en un bar con alguien sin prestar atención a una música que, sin embargo, sigue ahí, de fondo. Otro ejemplo mas de ese realismo que contribuyó a engrandecer este título. Y que nos demuestra que una canción puede llegar a ser muuuuucho mas que eso. Puede ser nuestro punto de apoyo, nuestro refugio, nuestra medicina. Nuestra vida.

El mundo post-American Graffiti

La película se estrenó en 1973, tras una ardua tarea de montaje que hizo que, un primer montaje de tres horas fuera descartado y posteriormente pulido hasta alcanzar una duración estándar que no entorpeciera la carrera comercial del film. Y los esfuerzos tuvieron su premio. El público salía encantado de os cines, La recaudación generó beneficios, la crítica otorgó su bendición y Lucas dio el salto a la fama. La Estrella de la Muerte, Darth Vader, el Halcón Milenario y demás, estaban a la vuelta de la esquina. Dreyfuss se haría un nombre n Hollywood. Y Ron Howard ascendería a la primera división, dejando de lado posteriormente la interpretación, para centrarse en una muy exitosa y lucrativa carrera como director con varios taquillazos en su haber.
La película obtuvo 5 nominaciones a los premios Oscar de 1973, que incluían la de mejor película y mejor director. Asimismo, obtuvo dos Globos de Oro, en las categorías de Mejor película de comedia o musical y de Mejor actor revelación.

Y como se percibe American Graffiti en 2016? Pues 43 años después de su estreno, sigue siendo un peliculón. Con un claro componente nostálgico, claro que si, pero en ningún caso lo podemos considerar un título caduco o trasnochado. Para nada. Afortunadamente Chuck Berry o Buddy Holly sonaban gloriosos hace 60 años, siguen sonando gloriosos en 2016, y continuarán haciéndolo dentro de otros 60.
Ya no hay Chevys en las calles. Y en la radio, será difícil escuchar a un DJ presentando temas de Buddy Holly o Eddie Cochran. Los autocines han desaparecido y por supuesto los Beach Boys no son la novedad, si no el recuerdo. Pero siempre nos quedará nuestra imaginación y nuestras ganas de revivir un pasado que, mejor o peor, es irreptible.
Encended vuestro reproductor de blu-ray o DVD, sumergiros un par de horas en agosto de 1962. Y cuando termine la experiencia, preparaos un cocktail y poned en el tocadiscos la banda sonora, que bien podría ser la de nuestra vida, además de la de la película. Let´s have a party!!!


Título original: American Graffiti          Año: 1973
Director: George Lucas        Guión: George Lucas, Gloria Katz y Willard Huyck.
Reparto: Richard Dreyfuss, Ron Howard, McKenzie Philips, Bo Hopskins, Harrison Ford.