Vamos a ver, un disco que empieza con una canción sobre un tipo que se va de putas para aliviar su adicción al sexo, no puede ser por fuerza un mal disco. Algo así, con casi cualquier otro grupo podría haber caído en el más espantoso de los ridículos; pero en manos de un dandy pichabrava como Bryan Ferry, la cosa adquiere un tinte más classy y glamouroso. “Siren” es, para muchos fans, el mejor disco de Roxy Music. Los puristas más talibanes afirman que la banda londinense empieza y acaba con su disco homónimo; los menos extremistas son ligeramente más generosos y aceptan como válido hasta el segundo álbum de Roxy Music, el inmenso “For Your Pleasure” (1973), vasto y oscuro como la noche e intenso como el café negro.
“Siren” actuó como disco-bisagra de unos Roxy Music más experimentales hacia un sonido más comercial y accesible, siendo por tanto un trabajo bien estructurado y equilibrado. Parte del mérito es del mercenario John Gustafson al bajo (los bajistas siempre fueron el punto débil de la banda), autor de esa línea tan funky y característica en “Love Is The Drug”, tema que abre el disco, y que estará presente a lo largo del mismo, en dura competición por el protagonismo con la guitarra de Phil Manzanera y hasta con el saxo de Andy Mackay. El quinto álbum de Roxy Music destila la esencia pura de los 70 añadiendo una pizca de experimentación, un punto de prog y mucha, mucha elegancia británica.
Tema destacado: Both Ends Burning.