Por Carlos Salvador
Sello: Relapse Records
Publicacion: 18 de Marzo 2016

Imaginad que os envuelven en alambre de espino y os meten dentro de un bidón metálico. Luego os sueltan rodando barranco abajo. También se podría llenar el bidón de ácido sulfúrico, para hacer más cómodo el viaje. Eso es Merzbow y eso es su música, ese lugar entre la más absoluta tomadura de pelo y la genialidad. Ruidismo extremo, ausencia total de melodía, frecuencias sonoras a veces difícilmente soportables, electrónica conceptual,…lugares comunes a la hora de hablar de la inabarcable obra de Masami Akita.

Pero sucede que a veces me he encontrado absorto mientras suenan eternamente una serie de notas estridentes, como hipnotizado mientras se repiten los drones…y debería odiarlo, debería parecerme una tomadura de pelo para snobs…pero no lo hace, y supongo que es esto a lo que se refieren cuando hablan de la belleza del ruido, la violencia, y otras cosas que tampoco acabo de entender y que más parece palabrería barata para justificar un coñazo insoportable…que según el día no lo es tanto. Hay que joderse…

Y Boris son como algunos personajes de las películas más fantásticas de Hayao Miyazaki, seres multiformes que se alimentan de todo lo que encuentran, engullendo, creciendo y mutando, haciéndolo suyo…un monstruo de tres cabezas en el que cabe cualquier estilo, sludge, punk, drone metal, doom, heavy rock, pop, folk japonés, electrónica, ambient, noise,…a su manera, casi siempre haciéndolo bien, y con una discografía entre 2000-2010 impecable, una década apabullante. Luego, y esto es una opinión personal, ya no tanto.

Independientemente de preferencias y gustos, Boris y Merzbow son dos de las referencias musicales más importantes que ha dado Japón en los últimos años.

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Y llega ahora Gensho, nueva colaboración entre ellos tras, entre otros, el demoledor directo Rock Dream (2007), el ambiental Sun Baked Snow Cave (2005), o Ep´s como Walrus/Groon (2007) con versión de The Beatles incluida.

Disco doble, con la misma duración en cada uno de ellos. Un disco de Boris y otro de Merzbow, para hacerlos sonar independientemente o, y esta es la idea del trabajo, para hacerlos sonar a la vez, superponiéndolos. El oyente participa así del proceso creativo de dos discos complementarios subiendo o bajando el volumen de alguno de ellos, jugando con la música, algo que Boris ya hicieron con Dronevil (2005).

Boris reinterpretan canciones de algunos de sus mejores discos como Pink o Rainbow, prácticamente sin percusión ni batería, de forma más atmosférica y con unas guitarras más shoegazers de lo habitual (no en vano incluyen versión del Sometimes de My Bloody Valentine)…y Merzbow hace de Merzbow en sus nuevas composiciones.

Y el resultado funciona, tanto conjuntamente como por separado. Una maraña sónica para disfrutar o sufrir a volumen alto, las canciones de Boris aumentadas por el enfermizo ambient ruidista de Merzbow al sonar juntas. Ensoñadores y psicodélicos en Farewell y Rainbow, brutales y casi insoportables en Huge, revisiones que son puro drone metal en Vomitself…y el disco de Merzbow que por sí solo reconozco que no lo aguanto del tirón.

No es un disco para escuchar en cualquier momento del día, ni siquiera creo que pueda ser una buena introducción para las amplias discografías de los involucrados, ejemplo perfecto de ese tipo de grupos que se odian o se aman, sin término medio, pero aunque pueda parecer que esta propuesta sea un sinsentido yo de vez en cuando necesito meterme de lleno en este caos tan maravilloso y perder el mundo de vista.


1. Boris – Farewell (Disc 1)
2. Boris – Huge (Disc 1)
3. Boris – Resonance (Disc 1)
4. Boris – Rainbow (Disc 1)
5. Boris – Sometimes (Disc 1)
6. Boris – Heavy Rain (Disc 1)
7. Boris – Akuma No Uta (Disc 1)
8. Boris – Akirame Flower (Disc 1)
9. Boris – Vomitself (Disc 1)
10. Merzbow – Planet of the Cows (Disc 2)
11. Merzbow – Goloka Pt.1 (Disc 2)
12. Merzbow – Goloka Pt.2 (Disc 2)
13. Merzbow – Prelude to a Broken Arm (Disc 2)