Crónica: Oscar Cortés
Fotos: Sergio Albert Aviles y Oscar Cortés
BARONESS + AATHMA, Madrid |05/03/2016
(Sound Isidro 2016)
Teatro Barceló
Pisaba por primera vez el céntrico Teatro Barceló de Madrid, antigua disco Pachá reconvertida en «sala multiusos». Llamaba la atención la cantidad de personal de seguridad que rondaba por todos lados tanto en cantidad como en tamaño, lo cual parecía indicar que si hubiese «problemas de algún tipo» estos se resuelverían rápido y sin lugar a discusión. En primer lugar hicieron su descarga el grupo de sludge/stoner madrileño AATHMA, que ya fueron invitados de Baroness en la gira del Yellow and Green. Crearon una atmosfera pesada y cargante, en el buen sentido. Son poderosos en directo, y durante el tiempo de su actuación algunos fans dieron buena cuenta de ello. Aunque estuve atento y pude disfrutar por momentos no llegué a identificarme con su música como me hubiera gustado. El sonido, la falta de luces y tener un cartel publicitario de colores llamativos de fondo tal vez no eran las condiciones más adecuadas para su propuesta. Y aquí empiezan los primeros problemas del concierto; la seguridad de la sala/organización avisa a la banda invitada -mientras estaban tocando- que tienen que terminar su actuación antes de tiempo. Cruce de miradas con cara de incredulidad por parte de los miembros de la banda hasta que de repente cortan el sonido. Se retiran el bajo y cantante, y el batería sigue con un solo durante unos minutos, con las caras de poker del público. Pudo dar lugar a la idea, generalizada supongo, de que se había sobrepasado el tiempo establecido inicialmente. Pero la propia banda posteriormente nos ha hecho saber que AATHMA cumplió exactamente con la hoja de ruta (horarios) facilitada por la organización y aprobada por Baroness desde semanas antes de su gira.
Tras unos minutos de espera , aparecen los esperados BARONESS con una enorme ovación: Comienzo un poco flojo con Kerosene por temas de micro y sonido, en los que la voz de John parece muy baja. A continuación con March to the Sea, mejora el sonido, y se ve a la banda muy cómoda con esta canción, uno de sus himnos. El concierto empieza a tener el arranque que todos esperábamos, con la explosiva Morningstar , la poderosa Shock Me –con ese reconocible estribillo y solo de guitarra-, o Board Up the House, que terminó de elevar el tono enérgico del concierto. Se palpó mucha complicidad entre John Baizley y James Adams por un lado, pero por otro Nick Jost y Sebastian Thomson parecían algo ausentes , aunque su trabajo fue consistente y profesional.
Siguen con la preciosa Green Theme dando un respiro a la banda, para continuar con The Iron Bell donde el bajo de Nick Jost adquiere más protagonismo. El concierto siguió alternando temas de Purple y Yellow, y aunque marchaba a buen ritmo, los excesivos murmullos e interludios entre canciones provocaban subidas y bajadas que impedían la definitiva conexión banda-público de forma continua. Unido a que contiuaban los problemas de volumen de micro y sonido; la parte central y primeras filas estuvieron bajo una saturación a veces excesiva, parece que en ciertas zonas específicas más alejadas la cosa mejoraba, aunque la tónica general es que no fue así.
Legó la primera sorpresa (buena) de la noche, A Horse Called Golgotha, otro himno de Baroness que parecía no iban a tocar en esta gira y finalmente cayó (también en Bilbao). Subidón generalizado en primeras filas y empiezan a notarse los empujones y el calor acumulado en el recinto. Una última parte más melódica y suave con If I Have to Wake Up (Would You Stop the Rain?), Fugue y Sea Lungs dejando al público medio hipnotizado, despertando de nuevo con el crescendo de Chlorine & Wine, donde a veces se oía más alto al público que a John. Para terminar la banda ejecutó la épica guitarrera de The Gnashing y Desperation Burns, con el público ya encendido justo antes de finalizar con EULA y despedirse con ovación para los bises: Isak and Take my Bones Away , pero… no hubo bises, solo caras de poker por segunda vez:
La organización del evento junto con la sala tomaron la decisión de terminar el concierto de forma abrupta a las 23:01 horas. Aparece de nuevo Peter Adams en el escenario, con la idea de tocar una canción más y John le comenta algo al oído, tras lo cual se vuelven a ir despidiéndose. Los asistentes se empiezan a oler la tostada de lo que está ocurriendo y empieza una lluvia de silbidos, gritos y descalificaciones proveniente de una parte del respetable, con la aparición del numeroso personal de seguridad en la parte derecha del escenario. Sin más, después de unos minutos, el público comienza a marcharse.
A mi el concierto me gustó mucho, ¿podría haber sido mejor? Por supuesto. Muchos habían acudido al concierto desde Andalucía, las islas, etc… La gente de Madrid puede que esté acostumbrada a ir a eventos a diario, y a encajar mejor estos problemas, pero a veces no se piensa en los que tenemos que hacer el esfuerzo de venir desde lejos. Con el gasto económico, de tiempo y de logística, todo lo acontecido supuso un final agridulce para lo que se esperaba.