Hoy hace 22 años del lanzamiento de Superunknown, cuarto disco de estudio de la banda de Seattle, y con el que alcanzaron su cima de popularidad. Grabado en los Bad Animals Studios de Seattle con Michael Beinhorn de productor, nos encontramos con 70 minutos de poderosa música alternativa, psicodélica, pesada, punk, experimental, pop… aquí todo cabía y siempre rozando la genialidad. El disco es un puñetazo donde mezclan la comercialidad y la autenticidad a partes iguales como pocas veces he escuchado.
Compositívamente los cuatro miembros aportaron mucho, aunque el peso mayor recayó en Chris Cornell, compositor casi exclusivo de los que terminarían siendo los singles, cinco en este disco, y por los que llegaron a ganar dos premios Grammys (Spoonman y Black Hole Sun). Pero todos aportaron su sello personal. Matt Cameron en las pesadas MailMan y Fresh Tendrils, Kim Thayil en la locuras de Superunknown o Limo Wreck, y Ben Shepherd en las exóticas pero adictivas Half yHead Down.
Personalmente me encanta la aportación de Ben Sheperd. Era el segundo disco del bajista con la banda, tras su debut en el tremendo Badmotorfinger (1991), y aquí ya se veía como miembro de pleno derecho, aportando mucho tanto en composiciones como en directo.
En su momento este álbum deparó criticas a Chris Cornell, por cortarse el pelo y rebajar el nivel de gritos de épocas pasadas, aunque personalmente veo su mejor nivel en este disco, haciendo algo que solo está reservado a leyendas.
Posteriormente, el grupo, en parte por no llevar demasiado bien la fama, prefirió continuar por una senda menos comercial, intentando no repetirse, con Down On The Upside (1996), de un nivel de calidad similar, pero que terminó con la separación de la banda meses después, hasta su retorno en 2010.
Recordar que el mismo día de edición de Superunknown, 8 de Marzo de 1994, se editó Downward Spiral de Nine Inch Nails. Menudo día, de menudo año.