Satan, banda que no me cansaré de reivindicar. Una de las pocas supervivientes y creadoras del llamado New Wave Of British Heavy Metal (NWOBHM). Formados a finales de los 70 en Newcastle, se les debe el ser importante influencia del Thrash (preguntadle a Hetfield) o el Speed Metal. Nunca tuvieron un éxito destacable ni un merecido reconocimiento, quedando relegados a ser banda de culto para los más estudiosos del género. Las razones del “fracaso” que les llevó únicamente a sacar dos álbumes y un ep en los 80 son discutibles, ¿simple mala suerte?, ¿handicap por la polémica denominación “Satan” que tuvieron que cambiar en varias ocasiones?, ¿cambios de formación?. La cuestión es que tras un largo tiempo de inactividad volvieron en 2013 con fuerza a los escenarios presentando un señor discazo que sorprendió a todo aquel que le prestó una oreja. «Life Sentence» (2013) estaba repleto de himnos, pilotados por su estilo basado en los parámetros del clásico sonido británico de principios de los 80. Y he de destacar que como casi nadie ha hecho en décadas. Aunque su regreso discográfico tampoco cosechó el reconocimiento merecido (sí en la prensa especializada) al menos esta vez no hemos tenido que esperar 26 años para que Satan le demuestren de nuevo al mundo como se debe hacer buen Heavy metal .
Y es que Atom By Atom (Listenable Records) es eso, una lección de Heavy Metal rápido y melódico, su personal propuesta hará las delicias de los amantes NWOBHM más tradicional. Velocidad, cuidadas armonías vocales, guitarras dobladas, himnos épicos y sobretodo, mucha autenticidad. El disco es esencialmente veloz, con un Sean Taylor espectacular en la batería. El álbum no se atropella a si mismo, descansa en secciones de medio tiempo en cortes como “My Own god” o “Bound on Enmity”, con inspiradas y densas atmósferas envolventes. La producción es muy similar al de su anterior álbum, muy pulido, a tope de volumen pero sin modernidades de estudio, suenan poderosos pero no se pierde la esencia vintage. El disco sobresale especialmente en el capítulo guitarrero, siendo memorables los riffs de “Atom by Atom”, los solos y desarrollos instrumentales de “The Devil’s Infantry” o los de uno de los temas estrella: “Ruination”. Es cierto que en este disco el capítulo vocal se ve relegado a un segundo plano ante semejante despliegue guitarrero, pero Brian Ross pone de manifiesto su clase y su esplendida voz en más de un himno instantáneo, como “Fallen Survivor” o la citada «Ruination«
Satan es actualmente una de las bandas que más fielmente puede reproducir el sonido que renovó buena parte del Metal hace treinta años, mejor que muchos de su época que van en su propio avión.
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