Saquen el cuello a pasear que estamos de fiesta; de fiesta caníbal. En tiempos de «Cannibal» (2007) Static-X se homenajeaban a ellos mismos cuando la mayoría de músicos «plagiaban» a viejas glorias e intentaban llamar la atención con lucimientos técnicos. Static-X en 2007 eran de las pocas bandas nacidas en la ola nu-metal que se mantenían en activo, siendo respetuosos con ellos mismos y dándole a su mermado público una precisa ración de rítmico y bailongo metal. Fieles a su estilo -con las influencias inevitables de Prong, White Zombie o Ministry– en 2007 eran auténticos bichos raros. Eran momentos en que la moda era el old-school y el virtuosismo de cara a la galería. Un disco de metal moderno como “Cannibal“ pasó sin pena ni gloria, aunque no para los que siempre tuvimos especial cariño por la banda del tristemente fallecido Wayne Static.
Este es un disco peleón, el más orgánico de la banda desde aquel bruto “Machine“. Es un LP de pocas melodías, fundamentalmente rítmico, de mucho empuje, gritón, machacón, y donde puedes encontrar temas construidos con un solo acorde. Siempre me ha gustado esa forma tan rítmica, casi de tribu africana, en que Static-X son capaces de hacer metal, por mucho que horrorice a muchos. La parte melódica que tanto explotaron en “Shadow Zone” prácticamente fue olvidada en favor de los riffs y el martillo pilón. Los complementos electrónicos no eran protagonistas pero están también presentes, aportando sonidos muy originales que acompañan a las partes más “bailables”.
Una banda muy divertida de escuchar, con un sonido identificable y que tristemente no podremos disfrutar en vivo por la pérdida de su líder. Un concierto de esta gente debía ser una fiesta.