Texto: Rafa Diablorock.
Foto cabecera: PACO PUENTES / EFE
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Hace un par de días publicamos la crónica de nuestro redactor Perry G.R., sobre el re-arranque de la gira Rock or Bust de AC/DC en Lisboa, con Axl Rose como sustituto de Brian Johnson; tras lo cual, y gracias a su acertado y emotivo contenido, pensaba que sería innecesario hacer una nueva entrada en la web relatando la fecha de gira Sevillana, tan solo un par de días después. Una vez he podido vivir un concierto como el de ayer en Sevilla, no puedo evitar volver a hablar de un acontecimiento de semejante magnitud.
Antes de nada, no quiero pasar por alto el modo en que la organización planteó el acceso del público al recinto, muy bien controlado en cuanto a flujo de personas, pero bastante poco minucioso en cuanto al control de seguridad, ya que entramos -al menos los del acceso a pista- sin ningún tipo de cacheo o inspección, algo incómodo pero esencial, bajo mi punto de vista, en un evento de este tamaño, y más en estos tiempos que corren.
La actuación no comenzó hasta que se hizo completamente de noche, tras la intro por las pantalla y las explosiones Rock or Bust comenzó a tronar con unos AC/DC muy distintos en cuanto a integrantes a los que vimos en el mismo lugar hace 6 años -3 cambios-, pero sin ningún lugar a dudas, el Show de los australianos sigue siendo exactamente el mismo, y para bien. El genio de la mesa de sonido rápidamente ajustó los controles para transformar unos primeros compases chirriantes en una vibrante y poderosa locomotora de nítido Hard Rock, de manera que se podían distinguir cada uno de los instrumentos a un volumen descomunal.
Llevaba tiempo sin ir a un concierto con tantos nervios, supongo que por mucha convicción que tuviese en el criterio de Angus para la elección del cantante sustituto, y por mucho youtube prometedor, no tenía todas conmigo en cuanto a la profesionalidad y el acoplamiento de Axl Rose en la banda, pero aquello articulaba a la perfección. Si AC/DC solo tenían que ser AC/DC, Axl Rose, para mi sorpresa, tampoco tuvo que adaptarse demasiado; únicamente dar un escarmiento a todos ofreciendo un derroche vocal sobrehumano, clavando absolutamente cada nota, en un ejercicio de rasgado y potencia inaudito en un tipo de 54 años. Axl sentado, pero enérgico en movimientos, rebosaba grandiosidad en todos los aspectos, vestido elegantemente hortera, con collares y anillos que ofrecían un punto de glamour jamás visto en estos currantes. Me quedo corto en palabras, lo que hizo Axl anoche fue imponente. En el transcurso del concierto sentí mucha nostalgia por Brian Johnson, me daba sinceramente pena no mover la cabeza y encontrarlo, pero la situación de su salud no la podemos cambiar, y estoy completamente convencido de que no existe ser viviente en este planeta que pueda hacer lo que ayer Axl, y el que no lo vea es un pobre diablo, bueno, un diablo no, será otra cosa.
Si Axl estuvo «modo dios» pasamos a hablar de uno que definitivamente lo es: Angus Young. Como siempre dejándose el pellejo y el alma en el escenario. El auténtico maestro de ceremonias. Esgrimiendo su Gibson SG con la que dibuja siempre sonrisas en nuestras caras. Quizás por ser la primera vez que no vi un Angus descamisado y sudoroso, me quedó cierta sensación de ver un Angus tan solo al 99%, algo que casi lo convierte en humano, especialmente en Thunderstruck, donde inicialmente pareció ir levemente a remolque del resto de la banda.
Sonaban Shoot to Thrill, Back in Black, Dirty Deeds… y nos mirábamos unos a otros, preguntándonos si estábamos soñando o eso que vivíamos estaba pasando realmente. Finalmente llegó For Those About to Rock (We Salute You), y los cañones apuntaron a los que devolvieron su entrada, pero que no se asusten otra vez, son de fogueo. No es justo preguntarse si este planteamiento de la banda más grande de Hard Rock de todos los tiempos es mejor o peor que el anterior. Pero sí puedo decir una cosa: hace once meses, saliendo del Calderón, una vocecita en mi cabeza me preguntaba si sería la última vez que viese una banda que parecía despedirse; y ayer esa vocecita me decía que a AC/DC le quedan muchos años por escribir.
Siguiente paso: Verlos cuando Axl pueda moverse, aunque igual pierde ese encanto.
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