No escuchaba este disco desde hace 30 años, exactamente desde aquél lejano 1986 en que «The Final Countdown» y «Carrie» reinaban en las listas de éxitos. Igual que «Slippery When Wet» de Bon Jovi, fue un disco-bisagra en mi desarrollo musical, piezas angulares en mi pre-adolescencia, pues gracias a ellos me interesé por sonidos más duros pero accesibles gracias a su esencia pop y sus estribillos coreables.

Hoy he redescubierto el tercer disco de la banda escandinava, y ha sido un placer reencontrarme con Kee Marcello, John Norum, los teclados über-ochenteros de Mic Michaeli, John Levén, Ian Haugland y Joey Tempest forrando las carpetas de las adolescentes de la época.
Por supuesto, es un disco que técnicamente ha envejecido mal, pero emocionalmente ahí radica precisamente su encanto; esa producción tan 80’s me devuelve a 1986 y hace que siga queriendo escuchar más música de la época del plástico, la laca y las hombreras.

En cuanto a las canciones, hay un buen puñado de himnos imperecederos como «Rock The Night», «Cherokee» (con ese riff a lo «Since You’ve Been Gone»), «On The Loose» o el tema que da título al disco para ser disfrutados a máximo volumen en época estival. Canciones para escuchar y disfrutar sin prejuicios.


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