Ya se trata casi de un ritual, diablorock volvió un año más al infierno francés, Hellfest. A continuación os contamos cómo estuvieron las más de 70 bandas que entre todos nuestros redactores pudimos cubrir. Desde los mastodónticos cabezas de cartel a lo más underground del especializado line-up de bandas divididas, como siempre, en sus seis escenarios.El ecléctico festival francés siempre consigue conformar un plantel de vértigo con los sonidos más duros del planeta, y allí estuvo invitada la redacción de Diablorock para desperdigarse entre escenarios y ahora poder contártelo de este modo tan especial.
HELLFEST Clisson – Francia – 17, 18 y 19 de Junio 2016.
Crónica: Staff Diablorock (Rafa Diablorock, Kashmir y Txiki Kilmister)
Fotos: Rafa Diablorock / Carlos Andrés / Hellfest priority fotos.
Aspectos generales: Más y mejor. Esa es la filosofía que desde la organización vienen manteniendo una década. Pese a ser el tercer año consecutivo en que se agotan todas las entradas daba la sensación de una mayor afluencia de público en esta ocasión, con un primer día en que se vieron colas en los puntos centrales de carga de tarjetas cashless, algo que muchos podrían haber evitado echando un ojo al mapa, donde se indicaban los numerosos otros puntos para realizar dicha operación sin tanta espera. En cualquier caso ese inconveniente no sucedió el resto del festival, evidenciando el absoluto éxito de dicho método de pago.
La gran sorpresa se encontró en el escenario Warzone, ya no solo por ampliar su escenario y corregir el cuello de botella que se originaba en el pasado, sino por la decoración espectacular que han presentado, una zona de descanso en forma de grada y una escultura-monumento a Lemmy realmente impresionante. Esta nueva zona remodelada puede ser perfectamente la más atractiva de todo el recinto.
La gran novedad en esta edición, bajo mi punto de vista, es una nueva normativa que limita la potencia de los escenarios a 105 decibelios. Me sorprendió mucho el primer día no tener la necesidad de usar tapones en los escenarios altar, temple o valley, y me fijé que en la mesa de sonido habían colocado una especie de display «tacómetro» donde se mostraba para el personal técnico el volumen de decibelios del escenario, que siempre oscilaba entre 100 y 105, por lo que se suponía que había algún tipo de control nuevo este año, algo que finalmente pude corroborar al acercarme a los controles y ver el siguiente aviso a los técnicos:
El volumen de 105 dB es bastante tolerable el primer día del festival, pero sumando tres jornadas con tantas horas de agresión sonora se notaba el impacto finalmente, por lo que se vieron muchos espectadores con protecciones auditivas. Ahora mismo escribo estas líneas con un zumbido/pitido constante.
Finalmente decir que este Hellfest podría ser recordado por muchas cosas, pero personalmente me quedo con que fue el festival de los grandes vocalistas. He encontrado a muchos cantantes en un estado vocal sobresaliente. Los que normalmente flaquean han estado genial, y los que siempre han sido buenos han estado aún mejor, muchos de ellos con un impropio poderío pese a sus «avanzadas» edades. ¿Han inventado un jarabe mágico y no nos hemos enterado?
VIERNES
La primera jornada del festival para mí pasará a la historia como la que más bandas ví, pero muchas de manera incompleta, especialmente las del escenario Altar, que tuvo un sonido deficiente, algo incomprensible teniendo en cuenta el gran sonido que hubo los siguientes dos días. Nada más entrar al recinto y secarnos las lágrimas por la emoción pasamos por el Valley, donde escuchamos el par de temas que cerraron la actuación de Monolord, que sonaban pesados y precisos a una audiencia considerable teniendo en cuenta la hora que era, 10:30 de la mañana. De Audrey Horne en vivo podemos decir lo mismo que de sus discos, es una banda correcta con variedad de influencias pero que tampoco despunta en nada, en directo son divertidos pero da la sensación de estar viendo una banda de tercera, correctos pero quizá se les hacía demasiado grande el Mainstage. Harm’s Way si que nos sacudieron a base de Hardcore potentísimo, con una puesta en escena muy agresiva, el vocalista mete miedo y los guitarras eran puro pico y martillo, geniales con ese sonidazo y nos dejaron ya con el cuello engrasado. Nashville Pussy fueron lo de siempre, la versión choni de Motorhead, que no es poco. Actitud ganas y bourbon cerca para beber cada dos por tres. Wo Fat sonaron todo lo gordos que se esperaba en el infalible Valley, su guitarrista tiene un mojo increíble, y trajeron con temas de su reciente nuevo disco el desierto a clisson pese al húmedo y nublado día. El virtuosismo de Sadist es espectacular técnicamente pero no consiguieron conectar con el público para dar un buen concierto de festival. Ramesses fueron los primeros en poner en peligro la tornillería de la carpa del Valley con sus sonoridad grave y pesada, el trío se mostró contundente y nos envenenó a base de alaridos y guitarrazos, muy buenos. Halestorm consiguieron llevarse al público de calle con su hard rock moderno y de manual. Aunque suenen bastante artificiales la verdad es que Lzzy Hale es un huracán y levanta la banda ella sola, a pesar del cochambroso espectáculo que dio su batería, digno de una serie americana como Beverly Hills 90210. Havok fue uno de las pocas bandas que sonaron decentes en el altar el viernes, aunque no se pudo apreciar del todo el gran nivel técnico que tienen. Su estilo Thrash encorsetado a propósito no les ha impedido parir una buena ristra de temazos en sus últimos discos, y en directo son infalibles. Nos apetecía mucho ver a Kampfar, aunque su propuesta en directo no acabó de convencernos a los más blackers de la redacción, ninguno supimos encajar la voz de su vocalista, nos gustan mucho más en disco la verdad. Anthrax ofrecieron un buen concierto, en su línea aunque con algo de vaivén en volumen por algunas rachas de aire, que sin embargo no impidió que disfrutásemos de una gran banda en excelente estado de forma, con un Belladonna excelente en la voz y un siempre vital Charlie Benante mamporreando la bataca como si tuviese 20 años. El grupo de marineritos Turbonegro nos brindó un show fiestero y simpático, con su habitual mezcla de punk, rock y melodías pegadizas. El público lo agradeció con un gran aplauso final. Vader fue otra bandaza damnificada por el mal sonido ese día en el Altar, era la primera vez que veía a los polacos, y sinceramente su actuación me pareció sosa y uniforme, aunque no por culpa de ellos. Una pena no poder escuchar lo que los músicos estaban interpretando en lugar de un zumbido tras una altísima batería que lo tapaba todo. Inquisition, el dúo formado en Colombia arrasó sin piedad con su propuesta black metalera de clara influencia noruega, sonaron increíbles y sin duda alguna fueron unos de los grandes triunfadores del Temple, no solo el viernes sino de todo el festival. Killswitch Engage me soprendieron gratamente, sabemos lo que son, una banda muy acomodada al Metal Mainstream, pero en directo se muestran mucho más interesantes y sofisticados -dentro de su género-. Tanto por calidad técnica como por su transgresora y festiva puesta en escena tienen un directazo, tanto que pudo estar entre lo mejor del día. Tiraron de temas nuevos y de clásicos, y Last Serenade fue un momentazo increíble en el flipante Warzone de este año. Sacred Reich volvieron a llevar Thrash al altar, aunque empezaron genial con un American Way que volvió loco al personal la actuación se fue haciendo poco a poco aburrida debido a la ya comentada falta de relieve en el sonido de este escenario. Eso sí, pudimos disfrutar de ver a Phil Rind, que está mucho más grueso que hace décadas, pero conserva la voz intacta. Melvins, brillantes. el trío deleitó a sus fans gracias a su atino y su enorme presencia. El repertorio estuvo plagado de hitazos propios y robados a Kiss, Alice Cooper… una actuación muy singular que podemos catalogar de auténtico conciertazo, con un Buzz como siempre genial a las seis cuerdas. Volbeat tuvieron una de las mayores afluencias de público, y no lo supieron desaprovechar. Una infalible actuación en la que la banda de Poulsen ofreció lo que sus fans querían, interpretaciones inmaculadas de sus singles, con todo el azúcar que ello implica. La banda suena cañon, lástima que tanta melodía termine por exasperar a los que no estamos acostumbrados a esto. Una actuación de diez para sus seguidores sin duda alguna. Magma, una de las mayores bizarradas del festival, hicieron las delicias de los más progs y fundieron los oídos con su fuego purificador y un akelarre coral de mujeres. Overkill tuvieron la suerte de ser los únicos que contaron el viernes con un sonido aceptable en el altar, la banda dio un gran concierto que el público respondió con sudor y polvareda. La banda está en un excelente estado de forma y son un seguro a todo riesgo si lo que quieres es genuino Thrash Metal. Aura Noir son una de las bandas más respetadas de la escena extrema, comandada por Apollyon, bajista de Immortal entre otras bandas, y respaldado por otros ilustres músicos noruegos, dieron una lección de blackened thrash metal como sólo los grandes son capaces. Converge memorables. Los de Boston sonaron cristalinos tocando de cabo a rabo Jane Doe, pieza fundamental de la banda y de todo un género. Son una banda única e incomparable, y tocando en un escenario como ese nos dejaron grabado en la retina su recital para siempre. Rammstein suscitaron con diferencia el mayor interés y número de público de todo el festival, pese a ello logramos ver su tremenda actuación desde bastante cerca. Los alemanes dieron su habitual megaespectáculo de efectos y medida teatralidad, con el atractivo añadido de un sonido mostruosamente perfecto, una voz de Lindemann asombrosa, y un setlist difícil de volver a disfrutar; con cortes que no suelen tocar, como Hallelujah o la alucinante versión de Stripped, y un tema nuevo a base de un medley con líricas de varios temas pasados. Me parecería imposible ver y escuchar mejor a Rammstein que en el modo en que pudieron desplegar su show en el mainstage. Brilló también de manera especial su teclista, variando muchas de sus intervenciones respecto a los discos, como en el espeluznante solo que realizó en Keine Lust. Inolvidable actuación de los alemanes, entre lo mejor del festival sin duda. Kvelertak hicieron otra actuación memorable, quisieron tocar media hora más de lo que les correspondía por horarios y la organización se lo permitió. La banda sigue siendo un rodillo de mamporros que en directo invita a hacer air guitar y levantar los puños. La banda lo sabe y tiró en tromba con sus contundentes grandes temas, a los que sumaron sus nuevas creaciones, de un tono más detallista, pero que igualmente cuajaron en su actuación y convencieron al público. La voz sonó un poco baja respecto al conjunto instrumental, pero ello no impidió que en general la gente se fuese con una sonrisa de oreja a oreja. A destacar la actitud general de la banda, que se deja el pellejo sobre el escenario, y el gran trabajo de su batería, el gran tapado de los noruegos y que es un auténtico animal tocando. Testament, tenía miedo de cómo sonarían en el Altar visto el nefasto sonido del que gozaron las bandas en toda la jornada, pero los de San Francisco sonaron aceptablemente bien y con un setlist basado en sus 2 últimos discos y en sus grandes clásicos cerraron a lo grande la jornada en ese escenario. Mención especial para Steve Digiorgio y Gene Hoglan que hacen que Testament tenga posiblemente la mejor base rítmica de la escena metal en la actualidad, increíbles. Sunn O))) hicieron que del Valley salíese humo, mucho humo, y el espéctaculo que ofrecieron Stephen O´Malley y Greg Anderson presentando Kannon estuvo en las antípodas del resto del festival. Una propuesta inimitable y salida de todos los parámetros conocidos, para algunos infumable para otros vibrante y alucinante, entre los que me incluyo. Abbath comenzó con muchísima energía, pero problemas técnicos forzaron a interrumpir su actuación. Lejos de intentar esquivar el bulto, aunque con evidente enfado, el ex-Immortal sacó fuerza de las dificultades, y, una vez solventadas, terminó ofreciendo una poderosa actuación. En Offspring íbamos con expectativas bajas por pensar que sería un concierto verbenero, y sin embargo sus temas más clásicos, con los que hemos crecido, sonaron muy bien y llegaron a nuestro adolescente corazón haciéndonos volver a ese oscuro antro donde los escuchábamos sin parar esas primeras veces.. Tremonti cerró la jornada, en un horario y escenario adaptado al fallo de logística que les hizo no llegar a tiempo para su hora prevista. De ellos podemos decir lo mismo que de Volbeat, una muy buena actuación en la dieron justo lo que son, sonando potentes y mostrándose sinceros y naturales pese a tener que defender temas tan accesibles.
SÁBADO
Arrancamos la segunda jornada con el final de la actuación de Myrkur, muy atmosférica y poderosa, con un aire folk arcano que consiguió emocionarnos francamente. La vocalista y guitarrista lleva un vistoso pie de micro doble en forma de tronco, que usa de manera intercalada según sea su registro vocal, la banda que la acompaña supo transmitir ese mundo fantasmagórico de su propuesta. A continuación cambio de chip absoluto, con unos Crobot que en directo son pura dinamita, una bandaza con un show muy vistoso y hardrockero que realmente te contagia de buen rollo. La banda presentó varios nuevos temas de su próximo disco, en la onda de siempre, a base de hard rock de riff vacilón y rítmica morelliana. Estos se van a hacer de oro. A Glenn Hughes se le cataloga como la Voz del Rock, y para nada es gratuito. Actitud e imagen tampoco le faltan para dejarnos pasmados con temazos de su carrera como «Soul Mover», «Black Country» de BCC o clásicos de Purple escritos en letras de oro tales como «Stormbringer» y «Mistreated». Con una incendiaria «Burn» nos dejó Hughes en otra poderosísima demostración de esta edición en la que tantos vocalistas han rayado a un nivel supremo. Volvimos a la oscuridad, Dark Fortress dieron un señor conciertazo, entre lo mejor del Temple sin duda. El guitarrista V. Santura y los suyos dieron un auténtica lección de Black atmosférico, cuajando especialmente en sus tramos más profundos, aunque también se mostraron fabulosos cuando tocaba soltar furia y velocidad. Cattle Decapitation no estuvieron tan finos como en otras ocasiones, con un sonido que no ayudó a transmitir la fuerza de su propuesta. Mantar demostraron que se quieren comer el mundo en una actuación de encomiable actitud, el dúo arrasó con todo con una furia explosiva, con un percance con el cable de la guitarra que hubo que fijar con adhesivo en varias ocasiones por la fuerza con la que el guitarrista-vocalista interpretó los temas de sus dos formidables álbumes. Una pena no haber afilado un poco más su sonido en cuanto a agudos, pero sin duda fue un buenísimo concierto el de los alemanes. Sixx: A.M. fueron la pólvora mojada que vienen siendo en sus últimos discos, únicamente levantando interés con alguno de los temas de su disco debut, una pena ver a un crack como Nikki en una banda tan blandurria. Foreigner dieron una tutoría magistral de AOR… Acojonanting Overclass Rock, crema de caviar para paladares exquisitos. Celebran 40 años y por supuesto nos regalaron joyas de su celebérrimo «4». Jukebox Heroes. Torche, la decepción del Valley. Es difícil no cuajar una buena actuación si eres una banda de ese escenario, tienes el público y los medios óptimos para que aquello sea una actuación memorable, y sin embargo Torche trastabillaron y dieron un recital de imprecisión y descuadre sonoro. With the Dead sin embargo sí que supieron aprovechar su momento, y fueron uno de los grandes ganadores. Encomiable que alguien como Lee Dorrian apueste por propuestas de este tipo, Dorrian es el Underground personificado, y With the Dead una hipnótica orgía de graves que te deja con la boca abierta y con ganas de más, en una lenta y dolorosa oda a la muerte, enormes. Sick of it All se presentaban en Hellfest con su gira de 30 aniversario y no defraudaron, repertorio de clásicos y una actitud envidiable sin dejar de moverse en todo momento, puro hardcore de la vieja escuela newyorkina, tal vez sonaron un poco bajos, para ser el mainstage 2 pero fue emotivo disfrutarlos. Joe Satriani me parecía totalmente fuera de sitio, es muy difícil que aunque seas un crack y suenes celestial levantes a un público festivalero a base de técnica por técnica, algún guitarrista friki lo disfrutaría, pero yo en el público veía caras largas, bostezos y aplausos por compromiso. Goatsnake fueron de lo más elegante del Valley, su combinación de Doom, Rock y esa voz -quizá demasiado Astbury- cuajó en un gran concierto, muy afilado y con un rollo chulesco formidable. Sus temas suenan aún más convincentes en directo. Asphyx, Martin Van Drunen y sus huestes volvían a Hellfest dispuestos a romper nuestros cuellos y fijo que lo consiguieron con su pesado y demoledor death metal. Una vez más el sonido del Altar no acompañó con un bajo hipersaturado aunque poco a poco fue mejorando el sonido. El público se volvió literalmente loco con el carismático frontman holandés y los pits fueron constantes durante toda la actuación. Pese al sonido fueron sin duda los grandes triunfadores del día en esa carpa. Los numetal Disturbed tenían todas las de perder ante un público que los sigue viendo como un grupo hueco y de relleno, pero con ganas, buenos singles -para lo que son- y las colaboraciones en directo de Glenn Hughes y Nikki Sixx (¡tocaron shout at the devil!) más una versión del Killing In The Name de Rage Against The Machine, animaron al respetable y dejaron su sello en el festival. Moonsorrow, los vikingos llegaron, desembarcaron y comenzó la masacre. Sonidazo espectacular, como fue la tónica del Temple y una actuación épica a más no poder, tenía curiosidad de ver cómo llevarían sus extensos temas al directo y la verdad que me sorprendió gratamente lo bien que se adaptan. La banda liderada por el profesor Greg Graffin, Bad Religion, dieron una clase magistral del punk peleón que llevan practicando más de 30 años, ellos son dogma dentro del género y a sus 50 tacos tienen la misma mala baba de siempre, el warzone fue un manifiesto de crítica social que dejó al público extasiado. Terrorizer, la legendarios pioneros del grind dieron un concierto sencillamente memorable. En este caso el Altar sonó de lujo, y aunque de la mítica formación original sólo queda el batería Pete Sandoval no fue ápice para que nos aplastasen con una interpretación integra y salvaje de su mítico World Downfall. Espectaculares sin duda alguna. Hermano fueron otro de los grandes triunfadores del Valley, en una excepcional actuación, única en europa, que García supo explicar a la perfección cuando presentó a la banda uno a uno repitiendo en cada caso «and he is here, for you». No era la primera vez que veía a John García, aunque sí la primera de Hermano, y me resultó una versión mucho más divertida y vacilona que en sus otras bandas. sonidazo y bandaza, y un Jonh García en un momento de voz excepcional. Primordial, con un Temple a rebosar los irlandeses dieron una lección de metal épico y emotivo. Eligieron los mejores temas de su ya extenso repertorio y se metieron al público en el bolsillo. Después de una jornada tan extrema se agradeció sobre manera el tono más pausado de esta banda que vino de lujo para nuestros maltrechos oídos. Fu Manchu dieron posiblemente el mejor concierto del Valley del sábado, son el ejemplo perfecto del stoner, la definición más exacta, y con ese sonido aquello parecía que se iba a caer. Tienen un rollo increíble y en una tanda incesante de concisos temazos la gente se volvió loca con ellos. Hubo un momento memorable en «Godzilla», la tremenda versión de Blue Öyster Cult que se marcaron, con un desarrollo instrumental para llorar a moco tendido. Nos dio tiempo de ver los compases finales de Twisted Sister, como siempre fiesta absoluta, con una emotiva versión del temazo de Lemmy Born to Raise Hell, con John Campbell de Motorhead tocando con ellos, histórica despedida de la banda americana a su público francés. Tras un espectáculo de fuegos artificiales y música dedicado a Lemmy, John Campbell volvió a salir a escena dedicando unas palabras de agradecimiento al público y a la organización por recordar al desaparecido Lemmy Kilmister. El hombre no pudo evitar que se le quebrara la voz recordando a su amigo. Tras 45 minutos de homenaje a Lemmy entre videos y fuegos finalmente salieron Korn a dar un recital de inapelable metal moderno, con un repertorio a base de hitazos -ya que el año pasado tocaron su primer disco íntegramente en el mismo escenario-. La banda tocó los temas más radiables de sus primeros 6 discos y aún así sonaron convincentes y poderosos. Tuvieron al público más loco y entregado de todas las actuaciones en los Mainstages y contaron con un sonidazo espectacular. Y en este caso volvemos a decir algo que se repite mucho en esta crónica… actuación con un vocalista en el mejor estado de forma que se recuerda.
DOMINGO
El último día arrancamos con Fallujah en su primera visita a festivales europeos. Nos mostraron su faceta más festivalera con sus temas más dañinos, y dejando más velados sus pasajes djent melódicos. Vintage Trouble animaron el cotarro con su rock soul de escuela, y fue maravilloso volver a verlos. Ty Tylor es un vocalista simplemente excepcional, y con la fuerza que desprende consiguió que gran parte del público se acercara a verlos y disfrutarlos. Siendo un grupo con dos discos tiene mucho mérito conseguir levantar a gran parte del festival. The Skull tocaron en el altar posiblemente por necesidad logística, pero son una banda Valley en esencia. Las vibraciones que desprendieron los ex-trouble con sus guitarrazos fueron de puro doom rock académico, logrando sobrecoger con esa pincelada heavy que también tienen en sus arreglos más afilados. Su vocalista Eric Wagner no iba sobrado de voz precisamente, pero ello no impidió el aplauso de los que los pudimos ver, ya que instrumentalmente la banda te dejaba anonadado. Unsane y su tosco desparrame fue una auténtica alegría para los numerosos fans de la legendaria banda que se congregaron en el Valley. Chris Spencer sudó litros, y se dejó el alma el pellejo y la voz en el escenario. Alleged sonó tremenda y fue un momento realmente memorable. Un gustazo ver a leyendas de este tipo desinflarse al completo por su gente. El escenario principal se masificaba para uno de los platos fuertes del día, Gojira jugaban en casa y se notó. El concierto pasó volando, repasando clasicazos de sus anteriores trabajos, y donde Stranded, Silvera y Only Pain brillaron también con luz propia. Mientras, los polacos Mgla ofrecieron uno de los mejores conciertos de todo el festival. Tengo clarísimo que esta gente de aquí a 5 años son reyes del black contemporáneo, y no porque ellos lo busquen de manera evidente, ya que su actitud fútil y nihilista sobrecoge e impresiona, sino porque a la calidad extrema de sus discos suman un directo absolutamente escalofriante. Si la banda es conocida por no poner títulos a sus canciones, no mostrar sus rostros, hacer agradecimientos, adornarse en vídeos, etc… no es casualidad ni un reclamo comercial. Creen en esa sobriedad, la banda salió sin intro previa, sin telón de fondo, sin interactuar con el público, sin apenas moverse. El vocalista-guitarrista solo abandonó el micro para beber agua de espaldas levantando su cubrerrostro, y abandonaron el escenario sin despedirse, hacer fotos ni mirar atrás. Lo que habló fue el odio de su impresionante música. La banda causó en su abultado público escalofríos a base de black metal ortodoxo con buena dosis de profundidad y atmósferas, con unas guitarras agudas de enorme relieve que parecía que iban a rajar la carpa. Exercises in Futility II quedó grabada en mi memoria de por vida por el modo en que sonó en directo. Una extraña sensación de escalofrío recorrió todo mi cuerpo en numerosos momentos del concierto, en justo ese momento en que la fealdad se hace bella, muy similar a lo que consiguieron Triptykon en el mismo escenario el año pasado. Absolutamente mágico y deliciosamente perturbador. Blind Guardian demostraron que siguen siendo un baluarte del speed metal clásico. Gran sonido en el escenario principal 2, con Hansi Kürsch con la voz mejor que nunca, y emotivo momento con el público coreando la canción del bardo. Insomnium no hicieron mal concierto y tuvieron un buen sonido, aunque para mi gusto no estuvieron muy acertados en el set list. Amon Amarth nos presentaron su último disco con una puesta en escena espectacular con 2 dragones de piedra escupiendo fuego por la boca. Buen sonido y excelente set list con el que se ganaron a todo el público. Slayer nos dejaron con las patas colgando, como siempre y a la vez como nunca, ya que disfrutaron de un sonido celestial, pero celestial del infierno, no se si tiene sentido pero creo que me entendéis. Cada día tengo más claro que no existe nadie en el mundo que pueda suplir la ausencia de Hanneman como lo hace Gary Holt, ni de lejos. Bostaph es un coloso, y Tom araya chilló como jamás lo había visto, en un alcance vocal cercano al de hace décadas. Tremendos, vistosos y repasando los grandes clásicos junto a lo mejor de su último trabajo. La mejor vez que los he visto y van media docena. Hay Slayer para rato. Con pulcritud y elegancia, Katatonia nos regalaron un grandísimo concierto, donde se alternaron temas de sus últimos discos con la presentación de The Fall of Hearts. El single Old Heart Falls funcionó muy bien en directo, con una magia sonora difícil de igualar a lo largo del festival. Rival Sons dejaron el escenario ardiendo, la voz de Jay Buchanan es estratosférica, acompañado de una banda con unas tablas brutales, el valley sonaba eléctrico y blues a la vez, una banda excelente que empieza a sonar fuerte como posible heredero de los grandes del rock. Megadeth nos dejó anonadados en un conciertazo de órdago, la flaccidez del pasado pasó a mejor vida, y la banda ahora suena cañon con un Mustaine casi pletórico a la voz aunque contando con la ventaja de tocar los clásicos en una afinación acomodada a registros más graves. Se puede decir lo mismo que con Slayer, la banda prestó un nivel altísimo, aunque en los de Mustaine quizá nadie se lo esperaba. Mientras ya empezaban Jane´s Addiction, con Farrell, Navarro y cía que salieron con ganas de juerga en el Valley. Aunque el cantante está cortito de voz desde hace tiempo, el escenario con sus bailarinas y el buen sonido que desprendía la carpa compensaba esa carencia lo suficiente como para que los fans de toda la vida disfrutaran de Ritual De Lo Habitual y se llevaran a la boca un recuerdo de uno de los mejores sonidos alternativo de los 90, más no se les puede pedir. Mucha expectación con la actuación de Ghost, que prometían algo muy especial para Hellfest. Previamente a su actuación volvimos a poder charlar con la banda, y no lo digo para «fantasmear», Ghost es una banda con un vinculo especial con Diablorock y era imposible que no pudiésemos volver a disfrutar de la dedicada y sorprendente atención que tienen con nosotros. La banda salió a rematar su estrellato con el público francés, con un Papa totalmente recuperado de voz tras una laringitis, y ofreciendo un show muy similar al que vienen dando desde que publicasen su magistral Meliora, aunque adornado con varias sorpresas. Fuegos artificiales, explosiones, reparto de obleas y vino por una veintena de monjas, billetes de 666 dólares del papa volando sobre el público y un coro de niños cerrando una actuación histórica. La banda sonó inmaculada y se centró en los hitos de Meliora para conformar una actuación perfecta como previo al gran plato fuerte: Black Sabbath. El Sueño se volvía a hacer realidad, otra vez teníamos delante a esas leyendas incomparables, sonando, tocando y ¡cantando! de una manera inexplicable, milagrosa y con un tono triste de despedida. Pero así se tienen que despedir, en un estado no digno, sino supremo. Ozzy, Tony, Geezer… Muchas gracias. Luego, Refused fue uno los buenos colofones a esta edición con su seminal y visionario hardcore punk, dejando un crítico alegato feminista al comentar que de 200 bandas solo en 5 había mujeres, descargando para rematar una electrizante «New Noise» con la que estiramos nuestras «carcassdísimas» espaldas y piernas a base de saltos, y dibujando una sonrisa a pesar de la melancolía del final de este Hellfest 2016. Vaya conciertazo de King Diamond, tapando bocas a muchos que no esperaban algo tan grande, entre los que me incluyo. Nunca lo había visto y me pareció una pasada en cuanto a ejecución y sonido, por no hablar de la puesta en escena. El genial vocalista está muy muy en forma. La fiesta terminó en orgía de sangre, ¿Bloody Hell decían? Pues ahí estuvieron Deicide para arañarnos, mordernos, taladrarnos, quemarnos y golpearnos. Toda una paliza de Death Metal en otra actuación única en Europa de los de Glen Benton, quien metía miedo con ese registro utragrave en su voz.
Después de eso, doloridos pero contentos, volvimos a cerrar las puertas del infierno sabiendo que en 365 días volveremos para abrirlas con toda las ganas del mundo.
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