RESURRECTION FEST – Viveiro – 7, 8 y 9 de Julio 2016.
Crónica: Rafa Diablorock / Txiki Kilmister
Fotos:  Resurrection Fest priority fotos.

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Tercera y última entrega de nuestra crónica del recientemente concluido Resurrection Fest 2016. El sábado era el día grande, se esperaba el mayor número de personas en el recinto de toda la historia del festival, para lo que la organización no dudó en hacer sobreesfuerzo en concienciar e informar al público de lo importante que era seguir las instrucciones de seguridad, cuyo número se vio incrementado en concordancia con la mayor audiencia. La llegada de la marea negra de fans de Iron Maiden se produjo de la mejor manera, de un modo progresivo, sin colas ni aglomeraciones. La organización comunicó las medidas de seguridad que se iban a llevar a cabo, y en las pantallas se mostraban las numerosas salidas de emergencia en caso de tener que hacer uso de ellas. Finalmente la jornada se saldó sin incidentes, algo que la organización no tardó en agradecer por redes sociales. 22.000 personas se dieron cita el sábado en la jornada final de Resurrection Fest 2016. Comentamos la jugada al detalle:


SÁBADO 9:

Comenzamos bajo un sol y un calor de justicia con Destruction, el trío de thrash metal alemán nos dio un pequeño adelanto de lo que nos esperará en su próxima gira por la península en octubre. Posiblemente sonaron un poco bajos pero aún así dieron un buen concierto mezclando clásicos con temas de su último trabajo. Mientras los Shining noruegos sorprendían a propios y extraños con un electrizante concierto en el que demostraron que no solo destacan por ser osados y extravagantes en estudio, sino que en vivo cuajan a la perfección su sonido, convirtiéndose en una perfecta banda de directo. Desbordaron energía y calidad, aprovechando un gran sonido a gran potencia en el Chaos Stage. Y fueron eso, un perfecto y domado caos musical que arrolló con sus diferentes temas como con la versión de Beatles, «Helter Skelter». «El saxo es nuestro instrumento más metal» acertó a afirmar Munkeby. Su mezcla de jazz, electrónica y metal abrasivo fue sin duda de lo mejor que pasó por Viveiro, cerrando con la espectacular «The Madness and the Damage Done», simplemente mortal.

En el Ritual Stage tocaba en turno de Thy Art Is Murder, una de las bandas deathcore más respetadas en la actualidad y en Viveiro demostraron el por qué; brutalidad, breaks absolutamente salvajes y un sonido sencillamente perfecto, como era de esperar en el Ritual Stage. No es que sea un gran fan de este estilo pero he de reconocer que sus fans tuvieron que acabar especialmente contentos con la descarga de los australianos. Lo mismo pasó con Bullet for My Valentine, quienes yo tenía en el saco de bandas blandengues en el universo Metalcore, idea de la que salgo escarmentado ya que ví una banda de metal conciso y pesado, con unas voces demasiado edulcorada en la mayoría de las ocasiones, pero instrumentalmente sonaron cañón. Vi una banda de verdad, sin poses ni tonterías, con un sonido electrizante, muy pesado en ocasiones, como en «4 words», tema que sonó bestial, contando además con, posiblemente, el mejor sonido que se pudo escuchar en todo el festival. Tanto sus fans como los que ya se agolpaban por allí esperando a Maiden disfrutaron de un formidable concierto. En la carpa, y tras un telón con un dibujo de Donald Trump saltándose la tapa de los sesos aparecieron los 5 gamberros de Municipal Waste para repartir cera de la buena. Esta banda no se anda con rodeos y van directamente al grano con su thrash crossover de clara influencia ochentera, los pits fueron constantes durante su actuación y no dejaron prisioneros. Viniendo desde noruega y con tanto tejido adiposo alguno de los integrantes de Enslaved lo pasaron realmente mal cara al sol. «Realmente podemos morir aquí» decía su guitarrista/vocalista en uno de los descansos. La banda realizó un setlist con temas de casi todas sus etapas, aunque con un predominio de cortes directos más propicios de festival, que fueron los que mejor sonaron. Sigo pensando lo que otras veces que los he visto, es una banda que en estudio ofrece mucho más que en directo, quizá por razones de tiempo y setlist, aunque hicieron una más que correcta actuación.

Pese a la mayor afluencia de público de la historia del festival fue muy fácil ver a Iron Maiden desde casi donde te diera la gana. Pasados unos minutos de las diez de la noche sonaron Ufo con su «Doctor Doctor» lo cual significaba que iba a empezar el concierto más esperado del día por la mayoría. El resultado fue el esperado por todos, una banda del tamaño de Maiden regalandose en un excelente estado de forma, muy compacta y con un Bruce Dickinson enorme, en un estado vocal incluso por encima de lo habitual en sus últimos años. A destacar que la banda presenta un renovado sonido de guitarras, al igual que en el último disco, en el que centraron su actuación, algo lógico aunque creo que si se dejaran algún tema sin tocar en favor de algún otro clásico nadie los hubiera masacrado. Por un lado me costó meterme en temas como Tears Of A Clown, aunque en el ecuador de la actuación con“The Trooper” y en la traca final -ya de noche- pude encontrarme con los Maiden 80’s en estado puro. El espectáculo y escenografía tan trabajado como siempre en la banda inglesa, y como punto negativo, por decir alguno, comentar que el volumen no contó con la potencia de otras bandas en ese escenario, algo que entiendo sucedió así para no comprometer una perfecta sonorización. Como siempre un lujo ver unas leyendas como Iron Maiden disfrutando sobre el escenario, con un Dickinson portando diferentes máscaras, Gers haciendo cabriolas con su guitarra o Eddie haciendo cortes de manga al público.

Uncle Acid and the Deadbeats  son unos misteriosos ingleses que acabaron siendo una de las grandes revelaciones del festival. Tenía muchas ganas de verlos y no me defraudaron para nada, un sonido simplemente perfecto para acompañar ese doom psicodélico de clara influencia setentera. El humo constante acentuaba sin duda el aire misterioso y ocultista de la banda mientras desgranaban esos riffs saludos directamente del infierno. Su akelarre se consumó con éxito esa noche en Viveiro. En el Chaos Stage unos suecos sedientos de sangre esperaban sentados junto a su batería a que terminasen Iron maiden. Una vez sucedió, y casi sin un segundo de tregua, las bestias pardas de Entombed A.D. arrasaron con todo en el escenario. Comandados por LG Petrov, con una actitud y presencia escénica enorme, Entombed AD consiguieron defender con honores todos y cada uno de los temas que interpretaron, fuese cual fuese su etapa. Desde el Death primigenio de sus orígenes a su época Death N Roll todo lo que pasó por su batidora resultó aplastante, troglodita y homogéneo. La banda demostró disfrutar del concierto y el público se volvió absolutamente loco. Estas versiones bastardas -por razones legales- de grandes bandas suelen llevar un importante interrogante en la mochila, pero si por el concierto del Resurrection se les debe juzgar, tenemos que decir que los actuales Entombed AD de LG Petrov son los Entombed que siempre soñamos ver.

Al pobre Abbath siempre le toca bailar con la más fea, si en Hellfest le tocó lidiar con problemas de sonido aquí tres cuartas de lo mismo. ¿La culpa? Pues a la hora que debía empezar aún había operarios de Iron Maiden retirando su escenario, por lo que Abbath empezó 15 minutos tarde y sin apenas probar sonido, algo que se notó, por desgracia. Hay quien dijo que Abbath salió borracho. Sí, siempre es así, y Abbath con alcohol en la sangre es mejor guitarrista y frontman que casi cualquiera que se te pase por la cabeza. Abbath con alcohol en la sangre sabe escupir fuego con la boca sin causar daño a nadie, y Abbath con alcohol en la sangre es lo suficientemente profesional como para abandonar el escenario si las condiciones técnicas no son lo suficientemente buenas para poder desarrollar su actuación. Por suerte y tras un leve parón la banda pudo concluir su acortado set, y aunque muchos tuvimos que rellenar mentalmente instrumentos o equilibrar volúmenes fue un buen concierto, que pudo ser memorable. Los temas más rápidos la verdad es que fueron devorados por un sonido de bombo infernal que lo tapaba todo, sin embargo los de medio tiempo fueron los que mejor se entendieron, especialmente Tyrants de Immortal o Warriors de su proyecto I, que se pudieron disfrutar perfectamente.

Unos inmensos Graveyard dieron posiblemente no sólo uno de los mejores conciertos de Resurrection Fest este año, sino uno de los mejores de todas las ediciones del festival. De estas veces que hablar de música se queda corto, un maravilloso despliegue de gusto rockero, en una de las mejores actuaciones de este estilo que hemos podido disfrutar en muchos años. Si ya nos convencieron con su último disco -el cual presentaron ampliamente- habiendolos visto en directo para mí son ya reyes absolutos del Blues Rock actual. Intercambiaron temas veloces -como From a Hole in the Wall con el bajista como voz principal- con otros delicados -como la mágica Too Much Is Not Enough-, siempre con un sonido cristalino. No sabría decir cuál de los cuatro músicos es mejor, todos destacan y sobresalen, guitarras, bajo, voz y batería, formando en conjunto una auténtica máquina de poner la piel de gallina. Velocidad, delicadeza, precisión y feeling en un desbordante derroche de talento y buen gusto. Suculentos y orgásmicos, ni se te ocurra perdertelos. Con cara de felicidad fuimos al Ritual Stage a acabar el festival de la manera más loca, con la fiesta que montaban The Goddamn Gallows. Los de Detroit parece que vienen de tocar en una boca de metro, pero cuando los escuchas con atención te das cuenta de que además de payasos y guarros son unos músicos excepcionales. El punk rock gitano, circense y satánico que sale de sus acordeones, mandolinas, banjo y contrabajo es de un ritmo contagioso, y si pillas sitio adecuado te puedes unir con ellos a un fiestón único, aunque si te pones demasiado cerca puede caerte algún escupitajo con los que su percusionista/acordeon hace malabares antes de lanzarlos al respetable. Final del fiesta perfecto para un Festival inolvidable.
Nos veremos el año que viene con más de 100 bandas y 4 escenarios, como siempre Resurrection Fest: Más y mejor.

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