Crónica por Francis Sarabia.
Status Quo.
Plaza de Toros de Alicante.
Domingo 21 de agosto de 2016.
Status Quo es una banda legendaria donde las haya y sus cifras lo atestiguan. Más de 50 años de vida, miles de actuaciones por todo el mundo, alrededor de 120 millones de discos vendidos y un puñado de éxitos atemporales les avalan. Pero lo mejor es que sus directos siguen estando a la altura de esa leyenda, y buena prueba de ello fue el concierto que ofrecieron en La Plaza de Toros de Alicante, con cerca de 3000 asistentes, último de una serie de actuaciones (cuatro en concreto) en territorio español, dentro de la gira mundial de despedida en formato eléctrico “The Last Night of the Electrics”.
Lo primero que llama la atención al llegar a la plaza de toros, es ver que la mayor parte del público es anglosajón, y de avanzada edad, auténticos fans que daban la impresión de haber seguido a la banda desde sus tiempos más jóvenes y que dieron buena cuenta de ello arrasando el puesto de merchandising (carísimo) antes incluso del comienzo de la actuación y llenando la zona de butacas, un espacio montado a base de sillas de plástico justo delante del escenario, que separaba a los más agraciados económicamente de los que poseían entradas de pista general, unos metros más atrás.
Un pequeño cartel en la entrada de la plaza nos informa de que hay artista telonera, Carmen García (hermana del cantante Manolo García), que no aparecía en la publicidad oficial del evento y que fue bien recibida por el público, pese a no tener mucho que ver estilísticamente con el artista principal. Carmen venía presentando su nuevo disco llamado Sid; y con un look cercano a Bonnie Raitt, ofreció una corta actuación (con algún problema técnico al comienzo) en la que pudimos escuchar tanto canciones de su última obra como otras de álbumes anteriores.
Una voz en off nos anuncia por megafonía -en español y en inglés- que, como ya sabemos, Rick Parfitt no estará con nosotros esta noche, y anuncia al que será su sustituto, el joven irlandés Richie Malone. Parfitt sufrió un ataque al corazón en Turquía tras un concierto, y aún está recuperándose del mismo. Una lástima no verle en esta última gira eléctrica del grupo.
Poco después de las diez de la noche se apagan las luces y aparecen los cinco miembros de la banda en un escenario de telón negro, ataviados con camisa blanca y capitaneados por el incombustible Francis Rossi, más delgado que en otras ocasiones. Suenan los primeros acordes de Caroline y todo el recinto es ya una fiesta, algo que continuará hasta el final de la actuación. La locura continúa con The Wanderer y Paper Plane, casi sin parar entre canción y canción. Hacía tiempo que no veía un público tan entregado, si bien es cierto que con el montón de hits interpretados por una banda que suena como un cañón no podía ser de otro modo. Me atrevo a decir que no hay muchas bandas en la actualidad que tengan en directo un sonido tan compacto y con tanto empaque como los Quo.
Antes de atacar con Hold you back, Francis Rossi presenta al nuevo guitarra, Richie, que interpreta el papel de Parfitt a la perfección en el sonido, aunque escénicamente es mucho más discreto, algo lógico, sustituyendo a quien sustituye. Rossi está muy metido en el concierto, muy comunicativo y gastando bromas en todo momento (llegó hasta a pedirle un chicle a alguien de las primeras filas). Ejerce de jefe y maestro de ceremonias, dirigiendo el cotarro con mucha naturalidad y simpatía a raudales, algo que contagiaba a un público que estaba disfrutando mucho la actuación de los británicos.
Continuaron con Beginning of the end, quizá el tema más “nuevo” (2007) y menos clásico de los que tocaron, seguido de un medley en el que sonaron la obligada What you´re proposing, Down the Dustpipe, Wild side of life y Railroad. Tras Don´t waste my time, y The oriental, tocaron Creeping up on you (con el bajista John “Rhino” a la voz), canciones que no son clásicos tan conocidos como otros, pero fueron recibidos por la gente con el mismo entusiasmo. Seguidamente, se colocó un pequeño kit de batería en el centro de la tarima, y llegó uno de los puntos álgidos de la noche: la interpretación de Gerdundula, con todos los músicos tocando a pie de escenario. Esta canción de aires folk puso a bailar a todo el público y en ella, Andy Bown y John “Rhino” Edwards dejaron teclados y bajo respectivamente, para colgarse guitarras eléctricas, lo cual repetiría el teclista en varios momentos durante la noche, tocando incluso la armónica. Como dato curioso, mencionar que Rhino y sobre todo Bown, hicieron las partes vocales de Parfitt.
In the army sea quizá el tema más conocido del grupo, y aunque la mayoría desconoce que es una versión, es la que más pone la plaza de toros patas arriba. El concierto sigue siendo una fiesta, aunque la banda pisa un poco el freno con el solo de batería de Leon Cave, que lleva muy pocos años en el combo pero parece que fuera toda una vida, por la forma en que se compenetra con sus compañeros. El bombo luce las iniciales SQ, imitando al número 50, guiño a los años que llevan Status Quo en activo. Cave interpretó The Caverman, un solo entretenido y no demasiado largo para continuar junto al resto del grupo con Roll over lay down, y así entrar en la recta final de la noche tocando Down Down, Whatever you want y Rockin´all over the wolrd, y es que con un trío de ases así es imposible fallar. La banda se retira y la gente continúa totalmente entregada coreando el nombre del grupo.
Vuelven dando las gracias para despedirse con dos canciones de su padre musical, Chuck Berry. Las elegidas son Rock & Roll music y Bye bye Johnny, que ponen el broche de oro y el punto y final a más de hora y media de espectáculo.
Si hay que poner algún pero, hablaría de la escasa publicidad o promoción que se hizo del evento, ya que el lugar no llegó ni mucho menos a llenarse, e incluso hubo mucha gente que no sabía del concierto. Es una pena que pudiendo haber llenado el recinto, se quedara la plaza a medio gas.
En definitiva, un último concierto eléctrico en España memorable, en el que han demostrado una vez más que son una de las mejores formaciones de la historia en lo suyo. A partir de ahora, tendremos que conformarnos con disfrutarlos por aquí en versión acústica, y ojalá, con Parfitt de nuevo en sus filas.