Discográfica: E1 Music

Producción: Kurt Ballou (Converge, Misery Index, Kvelertak, Torche…)


Comiencen a temblar y encomiéndense a sus dioses predilectos porque la máquina de patear culos ha regresado, y tiene ganas de revancha. Sexto trabajo de los todopoderosos High On Fire en el que quieren callar las bocas de los que dijimos (con razón) que con su anterior trabajo, Snakes For The Divine (2010, E1 Music), la bestia había perdido su mordiente. Aquel fue un álbum mucho más escorado a la vertiente rockera del trío de Oakland, lo que en si mismo no tenía nada de malo si no fuera porque por el camino perdieron su propio código genético, el que les hacía una banda única en la escena metálica. Dos años después la formación liderada por el gran Matt Pike (guitarra, voz), y que completan Jeff Matz (bajo) y Des Kensel (batería), vuelven invocando De Vermis Mysteriis (2012, E1 Music), álbum de evidentes referencias lovecraftianas (su título hace referencia al grimorio inventado por el escritor Robert Bloch y que H.P. Lovecraft incorporó a sus Mitos de Cthulhu) con el que pretenden sumirnos en el más pavoroso terror a golpe de riff y mala hostia.

Para los impacientes y nerviosos, aclararé antes de nada que De Vermis Mysteriis es un discazo, el retorno por todo lo alto de High On Fire a la senda de la excelencia. Sin embargo, quien espere un viaje en el tiempo a ese pasado en el que los californianos se abrían paso a mamporros con títulos como Surrounded By Thieves (2002, Relapse Records), se va a llevar una decepción. Los High On Fire que se encomendaban al esquema deudor de Venom y Celtic Frost se han ido, y dudo mucho que vayan a volver. Estamos ante una banda mucho más crecida, madura, capaz de combinar su vigoroso músculo metálico con una versatilidad sorprendente, cuyos tentáculos son capaces de mucho más que de aporrear cabezas. De hecho se podría decir que De Vermis Mysteriis es todo lo que no pudieron conseguir con Snakes For The Divine, depurando los errores cometidos en su anterior trabajo y añadiendo la grandeza e idiosincrasia del que era su gran álbum hasta la fecha, Death Is This Communion (2007, Relapse Records). De la mano de ambos, y con las ideas esta vez muy claras, las huestes de Matt Pike demuestran que pocas, muy pocas bandas ahí fuera pueden competir con ellos.

Nunca he visto al trío tan conjuntado como ahora, y el inicio con Serums Of Liao así lo demuestra. Que Matt Pike juega en otra liga es algo evidente, pero es impresionante ver a Des Kensel emular al mismísimo Dave Lombardo con esa inconfundible mezcla entre bestialidad y técnica a los parches. Del mismo modo un Jeff Matz soberbio y más presente que nunca nos recuerda que el bajo es esencial para que una banda suene contundente, no como fruto de truquitos en el proceso de grabación. Regresando al corte, estamos ante una de las piezas con más gancho que High On Fire jamás hayan compuesto, estribillo ganador incluido. Con Bloody Knuckles el trío tranquiliza a los amigos del mazo metálico, porque estamos ante uno de esos temas en los que la banda reparte verdaderos mamporros antediluvianos como si la vida les fuera en ello, regado todo ello por un Matt Pike que parece Lemmy poseído por una bestia demoniaca. Temas como Fertile Green o Spiritual Rights siguen esta línea, y son lo más parecido a ponerte frente a una estampida de trolls de las cavernas que jamás vayas a experimentar. Pero De Vermis Mysteriis alcanza la excelencia cuando abraza una mayor gama cromática, especialmente en canciones como Madness Of An Architect, Samsara o King Of Days. La primera es miel para los oídos de un servidor, amante de la cadencia y pesadez del doom, y en la que Pike añade unos riffs muy blueseros que harán las delicias de todos los amantes del stoner. Si alargara ese tema durante 30 minutos más yo ya sería feliz, no digo más. Samsara es la gran sorpresa del disco, principalmente porque en el pasado jamás hubieran podido meter un corte de esas características. Dándonos un respiro de tanto decibelio y mala baba, se trata de una instrumental en la que Kurt Ballou de Converge (también productor del álbum) aparece para sumar su guitarra a la de Pike deviniendo en una preciosidad que destila clase por los cuatro costados. King Of Days, por su parte, me hizo esbozar la mayor de las sonrisas recordándome a Kalas, el injustamente desconocido proyecto que Pike llevó a cabo en 2006 junto a sus colegas de la escena sludge de la East Bay Area, donde daba rienda suelta a su interpretación vocal más pasional entre melodías y estructuras deudoras del rock progresivo. King Of Days (al igual que Kalas) es pues una puñetera maravilla, demostrando que se pueden componer temas épicos sin caer en la horterada obvia, y poniendo los pelos de punta por el camino.

No podría concluir sin mencionar las labores de producción de Kurt Ballou, un señor al que no le basta con formar parte de una de las bandas más importantes de las dos últimas décadas sino que por el camino se ha ganado toda una carrera como artista gráfico y productor (Cave In, Torche, Misery Index, Kvelertak, Today Is The Day…). En De Vermis Mysteriis lleva a cabo un trabajo espectacular, dotándolo de todo lo que necesitaba y cuando lo necesitaba: Gordura, claridad, contundencia, y una textura crujiente como la piel chamuscada. La guinda a un pastel irresistible que coloca a High On Fire en su justo lugar, el de una de las mejores bandas de metal que existen en la actualidad. Han vuelto, y con más poderío que nunca.


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Tracklist:

01 Serums of Liao
02 Bloody Knuckles
03 Fertile Green
04 Madness of an Architect
05 Samsara
06 Spiritual Rites
07 King of Days
08 De Vermis Mysteriis
09 Romulus and Remus
10 Warhorn


2016-09-05 12.55.55