Escrito por Francis Sarabia.
Sello: Spinefarm.
Atención a los seguidores del Rock de corte más clásico porque estamos ante uno de los discos del año. La banda de Texas ha facturado un cuarto álbum redondo en el que destacan, sobre todo, unas magníficas composiciones que rozan la perfección. Si a eso le acompaña, como es el caso, una producción más que a la altura, a cargo del gran Dave Cobb, que muestra lo mejor de cada músico, tenemos como resultado una obra que es capaz de competir con cualquiera de otra banda de primera línea en su estilo.
Desde el comienzo con On The River, una canción de marcada orientación country que se presenta con guitarra acústica y violín para ir in crescendo hasta llegar al rock en las partes más rápidas, el combo capta la atención del oyente a base de adentrarse en varios estilos con una maestría insultante. Aquí no existe eso de repetirse, y va a ser complicado aburrirse. Igual encontramos un medio tiempo machachón y contundente como es el tema título -con unos coros finales que harán las delicias de los fans en directo-, que nos topamos con un tema acústico de puro southern rock como es Lightning Bugs And Rain, con una gran melodía y arreglos de vientos muy acertados. En Deep Down In The South, un clásico del rock sureño, se adentran en el blues rock árido, con un trabajo de guitarras sobresaliente, mientras que Stone, es la balada del disco, una canción de lo más sentido con una preciosa parte central a piano y un solo final de guitarra que quita el hipo. El folk está presente en Trailer We Call Home (la canción más lenta del disco, cuya instrumentación consta únicamente de voz, guitarras acústicas y teclas) y Hank, donde destacan las partes de violín y un estribillo para quitarse el sombrero. Some Of Your Love y Frogman son puro rock y blues. El primero avanza con calma hasta llegar al estribillo, donde se destapa como la canción más rockera y savaje del disco. En el caso de Frogman (co-escrita junto a Rich Robinson, de los Black Crowes), tenemos hard rock sureño con guitarras pesadas para dar y regalar. El disco se cierra con Good Ole Days, tema acústico con ambiente de taberna, y la melodía de voz recordando al mejor Rod Stewart.
Whiskey Myers muestran en este Mud una amalgama de estilos exquisita que hace del disco una obra dinámica en la que cada canción es un mundo distinto. Canciones con tintes country, soul, blues, rock y mucho más, en las que se combinan los instrumentos de manera magistral, dando importancia en la producción a cada uno en el momento exacto y primando el buen gusto, el trabajo en equipo y la sencillez por encima de cualquier alarde individual innecesario. Hay que destacar la labor vocal de Cody Cannon, excelente en todo el álbum, acompañada en la mayor parte de cortes por una corista femenina estilo soul, lo cual dota a las voces de un extra de elegancia. Las guitarras de Cody Tate y John Jeffers también están inconmensurables en todo momento, pero me quedo con lo que pienso que es lo principal y lo más importante: hay un puñado de buenísimas composiciones muy redondas y unos músicos con un gusto exquisito. Si su anterior disco estaba entre los mejores de su año, este repite la hazaña por méritos propios.
01. On The River
02. Mud
03. Lightning Bugs And Rain
04. Deep Down In The South
05. Stone
06. Trailer We Call Home
07. Some Of Your Love
08. Frogman
09. Hank
10. Good Ole Days
