Matt Pike demostró que el sludge y el metal pueden llegar muy lejos. La canción que da título a su disco Blessed Black Wings (2005) es una pesada pieza de sludge metal, construida por un orfebre de riffs destructores, siendo un referente en el sonido que ha dejado tan buenos resultados en toda su discografía. Una canción que suena como un martillo, un himno poderoso que no deja títere con cabeza.
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