Unnamed FEST ‘2016
Absenta // Grajo // Santo Rostro
Sala HANGAR Córdoba
1 de noviembre de 2016
Texto y fotos: Rafa Diablorock
Primera edición del Unnamed Fest, un triple cartel compuesto de tres interesantes bandas andaluzas, de diferentes estilos, que se citaron en la céntrica Sala Hangar cordobesa. Un festival en el que el orden de aparición no correspondía con el que cabría esperar mirando el cartel, aunque esa parecía la intención; repartir a partes iguales los recursos, con 40 minutos de actuación, sin ninguna banda con especial privilegio. Esperemos que se mantenga el formato y que sea la primera de muchas ediciones.
Los primeros en actuar fueron Grajo, que dieron comienzo a su actuación frente a un considerable número de asistentes. Sería la segunda actuación del cuarteto en su ciudad natal, y encontré a en una banda que volvía a clavar su propuesta doom con tintes de stoner, con una considerable mayor soltura sobre las tablas. Los gestos de complicidad entre los músicos denotaban que se sienten con mucha mayor confianza en el escenario. Su sonido pesado y su tempo cadente hacía balancear al público, mientras que Liz con su increíble voz alcanzaba cada una de las notas. Fueron cayendo las diferentes canciones que ya conocemos de sobra, “I am the Sea”, «Magic Eye«, “Golden Cemetery”… hasta que nos regalaron un tema nuevo, «Black Thunder«, muy en sintonía con los incluidos en su único disco homónimo. Cerraron con la espacial «Imperium» en la que Pistolo cambio el bajo por una guitarra, sonando igualmente compactos.
Pasados 15 minutos, la banda más dura del cartel, Absenta, tomaba el escenario. Tenía curiosidad de constatar que el salto de calidad de la banda gracias a la publicación de su excelente «Eel» (Necromance, 2016) se traducía en vivo, y si bien lo consiguieron haciendo estremecer a la sala con su hechizo blacker, hubo varios factores técnicos que no les acompañaron. El quinteto fue el mayor perjudicado tras el incomprensible abandono del puesto de luces por el técnico de la sala, de manera que hicieron la totalidad de su actuación con una abierta luz blanca, estática y sin textura alguna. Aunque la iluminación pueda parecer algo accesorio, en una banda como Absenta puede ser el factor clave para no acabar de conectar con su apuesta. El sonido tampoco fue el mejor, demasiado saturado y desordenado. Pese a las dificultades, convencieron de sobra en diferentes momentos de su actuación, como “You left me dry” o “Burying another part of our soul” , en los que su frontman apretaba su singular micrófono mientras vaciaba su voz. Pasados los 4o minutos de concierto, me quedo con la sobriedad de su propuesta, la intensidad de las partes más atmosféricas, y la versatilidad de Félix a la batería, quien hizo un 2×1 tras tocar previamente en su otra banda, Grajo. Me queda cierta sensación de que, por aspectos ajenos a la banda, no ví todo el potencial que pueden ofrecer, pero con una formación tan singular como ellos tendré pronto oportunidades de sobra.
Era la tercera vez que Santo Rostro venían a Córdoba, y como siempre hicieron temblar los cimientos de la sala. El trío no pudo probar sonido antes de la apertura de puertas, por lo que estuvo jammeando un rato sobre el escenario mientras ajustaban los controles. Una atípica prueba de sonido que culminó cuando, sin abandonar el escenario, Antonio (voz/bajo) pidió al público que se acercara al escenario, para directamente empezar su actuación. Acabado el primer tema el técnico de luces seguía en paradero desconocido, y algún fotógrafo terminó por reclamar al personal de la sala que hiciesen su trabajo, algo que pasados unos minutos finalmente fue resuelto, haciendo incluso que la banda se sintiera más cómoda y metida en su papel. El gordor de los riffs aplastó a un público embobado, Santo Rostro se mostraron como siempre explosivos y con una presencia escénica admirable, en continuo movimiento, dejándose llevar por su música sin fallar una nota. En ese aspecto, admirable la soltura de Miguel a las seis cuerdas, despachando riffs mastodónticos y arreglos blues con prodigiosa facilidad. El trío jiennense es una garantía en directo, y transmite una enorme pasión por lo que hace. Siento predilección por su tema «Cannonball«, aunque todos los temas convencieron, en un concierto que se me hizo cortísimo, donde Santo Rostro volvieron a demostrar que son una banda de tremenda personalidad perfectamente engrasada.