Por Carlos Salcedo Odklas.
producción: Avenged Sevenfold / Joe Barresi.
Discográfica: Capitol.
En una curiosa estrategia de marketing la banda Californiana ha decidido publicar su séptimo trabajo por sorpresa, sin anunciar fecha de salida meses antes y sin singles de adelanto para crear el tan ansiado hype. De esta forma a mediados de mes teníamos un nuevo tema y vídeo, y a los pocos días ya estaba disponible el disco al completo. Y si el lanzamiento ha pillado por sorpresa a todo el mundo la calidad del mismo sin duda también ha asombrado a muchos.
Es evidente que el fallecimiento en 2009 de Jimmy «The Rev» Sullivan, batería fundador de la banda y uno de sus principales compositores, supuso un mazazo enorme para la banda a nivel personal y compositivo y los situó en un limbo del que parecía que no iban a poder salir. El disco posterior al fallecimiento de The Rev, Nightmare, lanzado en 2010 y que aún contenía composiciones de este, resultó un disco inferior a sus trabajos anteriores pero aún tenía buen nivel. No obstante el despropósito llegó en 2013 con el lanzamiento de Hail to the King, un disco en el que deberían haber sacado pecho y demostrar que podían seguir adelante sin su carismático batería y que por contra supuso una enorme decepción tanto para la crítica como para sus seguidores. Si bien era un disco con algunos buenos temas carecía completamente de personalidad propia y más bien parecía un disco de versiones de sus bandas favoritas, un tema sonaba descaradamente a Metallica, otro a Iron Maiden, otro a Megadeth etc… Era tan evidente la falta de ideas que hasta Robb Flynn de Machine Head se hizo eco de ello en unas incendiarias declaraciones en las que los tachaba de plagiadores.
Con ese panorama este nuevo disco se presentaba como un enorme reto para la banda. Por suerte lo que encontramos en los once cortes que componen The Stage es a los mejores Avenged Sevenfold, una banda ambiciosa, técnica y con las ideas claras que vuelve a hacerse dueña de su sonido e identidad. Con la mentalidad de alejarse lo más posible del nefasto disco anterior han optado por sacar su vena más progresiva, con temas más originales y enrevesados, buscando sorprender al oyente mezclando diversos estilos y huyendo de estructuras trilladas. Temas, en definitiva, más trabajados.
Un buen ejemplo de ello lo tenemos en God Damn, uno de los mejores momentos del disco y en el que encontramos de todo: riffs distorsionados y veloces, estribillo relajado, melodías de guitarra armónizadas, dulces acústicas y hasta un solo de guitarra con aires flamencos, y todo ello en poco más de tres minutos y medio. Los fans de la banda van a encontrar todo lo que buscan en este disco, temas furiosos y veloces como Paradigm, con un estupendo solo de guitarraM. Shadows, que se luce como nunca en todo el disco demostrando por qué está considerado uno de los mejores guitarristas de la actualidad, medios tiempos melancólicos como Sunny Disposition, con trompetas incluidas, y baladas marca de la casa como Angels con estupendas líneas vocales de M. Shadows sacando a relucir su lado más melódico. Por contra ese afán por la originalidad y complejidad estilística no siempre les sale del todo bien y el disco también tiene algún momento bajo como Simulation, en el que el cambio de una parte lenta con toques de jazz a otra que parece salida de alguno de los primeros discos de Megadeth resulta demasiado forzada y artificial o también el tema que cierra el disco, Exist, de casi dieciséis minutos de duración y que, a pesar de contar nuevamente con un solo del señor Gates que pone los pelos de punta, no resulta todo lo épico y dinámico que debiera.
Pero una cosa está clara, tanto en unos temas como en otros la banda suena firme y decidida y todos los componentes aportan lo mejor de sí mismos, se nota hambre y ganas de acallar a sus detractores. Mención especial para Brooks Wackerman, nuevo batería desde el año pasado, un tipo curtido en bandas como Bad Religion, Suicidal Tendencies o Infectious Grooves que realiza un trabajo magnífico y que sin duda es uno de los causantes de que la banda suene tan cohesionada, ¿habrán encontrado al fin a un digno sustituto de The Rev? El tiempo lo dirá, pero desde luego el trabajo de Brooks en este disco es intachable.
En definitiva estamos ante un gran álbum, a la altura del lanzamiento homónimo del 2007 al que si bien le faltan algunos detalles para ser sobresaliente los encamina en la mejor de las direcciones posibles, la de volver a ser un grupo con un sonido e identidad propios y esto, viniendo de una de las bandas que están llamadas a liderar el tan necesitado relevo generacional en el metal, es algo para celebrar.