Inquisition – Rotting Christ – Mystifier – Schammasch
Sala Caracol (Madrid).
Jueves 3 de noviembre.
Promotora: MadnessLive
Crónica por Txiki Kilmister.
Fotos: Photofobia/ instagram.
Cita obligada para los amantes del black metal la que nos presentaba la promotora Madness Live. Un cartel de auténtico lujo, que a la postre y como se esperaba, acabó siendo una de las giras del año. Schammasch fueron los encargados de abrir la velada con su black metal de propuesta avant garde. Aunque lamentablemente sólo pudimos disfrutar de sus dos últimas canciones nos dejaron con una sensación inmejorable. Sonido denso y perfecto acompañado de una trabajada puesta en escena fue lo que encontramos los pocos asistentes que a esa temprana hora ocupábamos la sala, disfrutando de la particular visión musical de los suizos.
Con bastante mayor afluencia de público, llegaba el turno para Mystifier, mítica banda del underground brasileño que calentó al respetable con su primitivo y contundente black death de la vieja escuela; muy deudores de sus compatriotas Sarcofago, de los cuales hasta se marcaron una versión, Nightmare. El trío de Salvador de Bahía sonó grueso y malvado, dando una buena lección de violencia, algo que el público agradeció y que correspondió al despedirlos con una buena ovación.
Un directo de Rotting Christ es como enfrentarse a una legión de espartanos sedientos de sangre, y en esta ocasión la descarga de los helenos, aunque más corta de lo esperado, no fue menos. La banda de los hermanos Tolis volvió a dar un recital de poderío y complicidad con una sala que ya presentaba un ambiente propio de los kilates del cartel, y que coreaba a grito pelado cada épico coro que se marcaban los griegos. Basaron el setlist fundamentalmente en sus dos últimas obras, aunque sin olvidarse de sus primeros tiempos, como The Forest of N´Gai de su primer ep. No faltó su mítico cover de Thou Art Lord Societas Satanas, donde se repartió leña de la buena en las primeras filas. Sonaron nuevos clásicos como In Yumen-Xibalba o Grandis Spiritus Diavolos, antes de finalizar con el mítico y esperado Non Serviam, muy celebrado por la concurrencia. Huelga decir una vez más que el sonido del que disfrutaron fue casi perfecto, un 10 en ese aspecto para la acústica de la Sala Caracol.
El dúo colombo-estadounidense, Inquisition, presentaba en Madrid su última obra, el descomunal Bloodsed Across The Empyrean… sin duda uno de los mejores trabajos de black metal editados este año, y en los últimos tiempos me atrevería a decir. Una puesta en escena basada en cañones de humo y un espectacular juego de luces rojas y azules acompañados por paneles con los bizarros dibujos de sus último disco era el montaje en el escenario. Reconoceremos que las ráfagas de luces blancas que salían detrás de la batería llegaron a ser incluso molestas en ocasiones y estuvieron apunto de provocar más de un ataque de epilepsia… pero salvo este detalle el show fue perfecto, y una auténtica lección de black metal. Dagon tiene una presencia imponente en el escenario y no para de moverse en cada momento, sabiendo manejar a la perfección el espacio, resulta francamente sorprendente como sólo dos tipos pueden llenar tanto. Y qué decir de la bestia parda que es Incubus a los tambores, vaya pegada, perfecta para acompañar esos riffs hipnóticos marca de la casa. Un setlist impecable en el que no faltaron violentas canciones como la inicial From Chaos They Come de su última obra, la pesada Hymn of a Deathstar, o la primitiva y rítmica Dark Mutilation Rites, que hizo las delicias de la audiencia y de sus fans más acérrimos. El sonido volvió a ser demoledor, y tras una hora de concierto, sin bises ni nada, como mandan los cánones del black metal más ortodoxo, se cerró el telón de la Caracol, dando así por concluida una gran noche de metal extremo en todo su esplendor.
