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Por Beto Lagarda.

Producción: Howard Benson

Discográfica: Nuclear Blast.


En la reciente reseña del nuevo trabajo de Pixies defendí que un grupo adaptara sonido y estilo al paso de los años, a la evolución como banda y a su madurez personal. Esta defensa ante las críticas a dichos cambios no siempre la puedo emplear. En el caso que nos ocupa, el nuevo trabajo de In Flames, no lo defiendo. Parece que el rumbo perdido de los suecos nunca encontrará la brújula necesaria que le oriente, que nadie espere nada mejor que este Battles. 16 años y nada más que 7 álbumes han pasado desde su último gran trabajo, el añorado Clayman (2000), con el que ponían fin a un póquer genial de álbumes, que impulsaron y matizaron el Death Metal Melódico y el sonido de Gothemburgo. In Flames, juntamente con At the Gates y Dark Tranquillity, arrasaron en los 90 con discos sólidos y brutales. Mientras los otros dos titanes suecos no han bajado nunca el listón, In Flames no encuentra la chispa o, quizás, simplemente, les de igual .

Battles es más de lo mismo, o sea, poco de nada. Radioformulas adornadas con algún guitarreo punzante y simple. Nada de Death Metal, coqueteos con el Metalcore, y encasillados allí donde van a parar las bandas inclasificables, lo alternativo. Si poco quedaba de In Flames en los 2000, acabó de firmar la sentencia cuando Jesper Strömblad , único miembro fundador en activo, abandonó un barco a la deriva en 2010. Y, ¿se trata de Battles de un mal trabajo? Battles suena a una copia de Siren Charms (2014), que a su vez sonaba a copia de Sounds of a Playground Fading (2011). Todos estos trabajos prescindibles tienen sus dos o tres temas con coros fáciles, como The End o Underneath My Skin, de este último trabajo. El disco llega al aprobado con alfileres, quizá simplemente gracias a que brilla comparado con su anterior trabajo, mejorando considerablemente en cuanto a melodías. Se podrían señalar algunos temas que sí convencen, Like Sand muestra atisbos de lo que fueron por su acertada y contagiosa épica; y Wallflower, de 7 minutos, trae a unos In Flames más oscuros y vaporosos, aunque sin grandes sorpresas. Realmente no encontrarás nada que aporte singularidad ni a la discografía de los suecos ni al mundo del metal actual.

Si tras estos dieciséis años In Flames no ha despertado, no lo hará. Prueba de ello es que sus directos son cada vez más flojos y se basan en un 77% (datos de sus 96 conciertos en 2015) en los discos posteriores a Clayman. No merece la pena seguir esperando cuando sus compatriotas no levantan el pie del acelerador. El nuevo trabajo de Dark Tranquillity, que precisamente ha salido a la luz esta misma semana, sin ser de sus mejores trabajos, le da unas cuantas patadas a Battles.



 

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Drained (4:07)
The End (3:59)
Like Sand (3:44)
The truth (3:05)
In my room (3:26)
Before I fall (3:28)
Through my eyes (3:50)
Battles (2:59)
Here until forever (4:19)
Underneath my skin (3:31)
Wallflower (7:06)
Save Me (4:13)