4 de diciembre de 1971. Montreux, Suiza. Concierto de Frank Zappa & The Mothers of Invention en una de las salas del casino. Alguien con poca sesera lanza una bengala y de repente el recinto comienza a arder, formandose un incendio imposible de controlar. Milagrosamente, banda, técnicos y público pueden ser desalojados sin que haya víctimas. A la mañana siguiente, Ian Gillan y Roger Glover desde su hotel observan una gran columna de humo que se eleva sobre el Lago Leman. Será dicha columna la que inspire el título de una de las mas célebres canciones de la historia del rock, el inmortal himno Smoke On The Water. Pero esta es solo una de las muchas curiosidades que han elevado a Machine Head a la categoría de disco legendario.
En 1971, Deep Purple estaban en un momento dulce. Muy dulce. Tras haber publicado dos enormes trabajos como In Rock y Fireball, estaban hiper motivados y eran respetados por prensa y público a partes iguales. Canciones como Speed King, Child in Time o Strange Kind of Woman estaban en la cabeza de todo aficionado al hard rock y la inspiración seguía sin abandonarles. Fireball había aparecido en 1971 y la banda se había enfrascado en una exitosa gira por Estados Unidos. Pero dicho tour terminó abruptamente en el momento en el que Ian Gillan se desmayó en Chicago. Fue diagnosticado de una dolencia hepática, lo que motivó la cancelación de los restantes conciertos y la vuelta a casa del grupo. Pero en aquel momento en el que Purple estaba en la cresta de la ola ninguno de los miembros del grupo contempló la posibilidad de tomarse unos meses libres o algo parecido. Eran conscientes de que ese era su momento y que no podían detenerse. Seguían teniendo ideas que iban cobrando forma de canciones. Y también tenían las ganas y el empuje necesarios. Por lo que decidieron, a las pocas semanas de regresar de Estados Unidos, grabar otro disco. A diferencia de ocasiones anteriores, Blackmore y los suyos optaron por enfocar el trabajo de otro modo. En lugar de recurrir a un estudio de grabación convencional alquilaron el estudio móvil de los Rolling Stones, que situaron al lado de The Casino, local de conciertos conocido por la banda, y que consideraban ideal para ensayar, probar y usar como base de operaciones. Sin embargo, el 4 de diciembre, el incendio al que me refiero en el párrafo inicial dio al traste con los planes del grupo, que, lejos de desanimarse, se puso manos a la obra con celeridad, para tratar de buscar una localización alternativa adecuada. La primera opción fue una sala llamada The Pavillion, pero el grupo hubo de abandonarla al poco de instalarse. Su falta de acondicionamiento hizo que los vecinos de la zona se quejaran constantemente y la banda terminó largándose, hartos de enfrentamientos continuos con la policía y autoridades por el tema de los ruidos. Y es que Blackmore y compañía no escatimaban decibelios.
Finalmente encontraron un acomodo satisfactorio en el Gran Hotel, a las afueras de Montreux. En aquel momento estaba cerrado y vacío y de ese modo, el grupo podía estar a sus anchas y sin problemas que les distrajeran de su objetivo. Y a juzgar por el resultado, diría que lograron sentirse cómodos, logrando crear uno de esos discos que con el tiempo se convierten en referente; un disco que figura en listas, enciclopedias y es objeto de decenas de reediciones en todos los países y formatos imaginables. Porque igual que Zeppelin, los Stones, Black Sabbath u otras bandas que en por aquel entonces estaban en la cima, Purple habían publicado grandes obras (y lo seguirían haciendo en el futuro), pero Machine Head, va algo mas allá. Y pese a que en el futuro no llegaría a alcanzar el halo de respetabilidad que sí alcanzaron las anteriormente mencionadas, este título si tiene ese aura que le hace especial. Y no es para menos.
Cuando uno escucha este disco por primera vez y deja caer la aguja sobre los surcos del vinilo, tras el chasquido de rigor, es noqueado por el riff de Highway Star. Y cuando se tienen 12 o 13 años, ese comienzo es tremendamente impactante. De los que marcan. Ese bajo y esa batería desbocados, el riff ejecutado por Blackmore, el Hammond atronador y ese grito sobrehumano de Gillan no se olvidan con facilidad. Se supone que un disco siempre ha de empezar con un tema que tenga gancho. En este caso, se cumple al 100% esa máxima. Destacaban en la canción los solos de Ritchie, que se inspiró, según él mismo dijo, en trabajos de Johann Sebastian Bach.
Comenzar con semejante cañonazo, tiene el hándicap de que es muy probable que esa canción eclipse, con mas o menos justicia, a las siguientes. Y es lo que, de alguna manera, sucede en Machine Head. Tras Highway Star, van Maybe I´m Leo y Pictures of Home. Dos canciones como la copa de un pino, pero que no llegaron a instalarse en el imaginario colectivo. Muchas otras bandas darían lo que fuera por poder llegar a componer alguna de esas dos maravillas. Sin embargo, en la carrera de Purple, son dos canciones, y ni siquiera las mas conocidas, de uno de los grandes discos de su época dorada. Personalmente, Maybe I´m Leo está para mi, entre lo mas destacado de toda su trayectoria. La cara A se cerraba con un pedazo de himno hard rockero de esos que suenan bien a volúmen 11, con un Gillan dejándose la garganta y un Blackmore desbocado sobre todo en ese solo tan a lo Chuck Berry. Never Before era una canción sencilla sin espectaculares cambios o partes inspiradas en compositores clásicos, pero que demostraba que Deep Purple sabían rockear como pocos sin necesidad de artificios ni grandilocuencia.
La cara B es, simple y llanamente, salida como de otra dimensión. De hecho, las tres canciones figurarían posteriormente en el legendario directo Made in Japan. Un trío de canciones que, para mi gusto, marca la diferencia. De esas que hacen que un disco sea una obra maestra que trascienda generaciones. De Smoke On The Water poco o nada queda ya por decir que no se haya dicho. Una de esas canciones que se ha analizado al detalle hasta la saciedad, por lo que no voy a tratar de añadir nada. Tan solo decir que, como suele ser habitual, tras inspirarse en gente como Bach, y componer complejos pasajes para sus solos de guitarra, Ritchie Blackmore pasó a ser un nombre conocido por todo bicho viviente gracias al, posiblemente, mas sencillo de los riffs que nunca hubiera compuesto. Un riff que, eso si, tiene un poder de atracción acojonante. Al igual que Satisfaction, My Generation u otros himnos, por mas años que hayan pasado sigue sonando fresco y actual. Yo desde luego, no me aburro nunca de escucharlo. Lazy ya es otra cosa. Una canción larga y en la que Lord y Blackmore se compenetran fabulosamente y un soberbio Ian Paice a las baquetas que por momentos parece marcar un ritmo de swing jazz con auténtica maestría. Si Never Before era la muestra de que Gillan y compañía sabían componer temas de puro hard rock sin ningún tipo de virtuosismos, Lazy es el mejor ejemplo de lo contrario. De cómo podían dejarse llevar e interactuar entre ellos. En directo, Lazy siempre daría mucho juego y, sobre todo, John Lord y el malencarado guitarrista usaban la canción para improvisar y retarse entre ellos sin ceñirse a límite alguno. La canción, dependiendo del nivel de inspiración de cada noche, podría durar 10, 15 o 20 minutos. El disco se cerraba con un Space Truckin’, que también pasaría a ser insustituible en los directos de la banda. Otro cañonazo en el que Ian Gillan da el 110% de sí mismo y Paice aporrea sus tambores con una pegada y una contundencia asombrosa. Otro gran músico capaz de dar lo mejor de sí, ya fuera con sutileza o aportando fuerza bruta. El motor que empujaba a sus compañeros. Auténtica explosión, este Space Truckin´ era el tema ideal para cerrar por todo lo alto Machine Head. Un broche de oro para un trabajo monumental.
En las sesiones de Machine Head se grabó otro tema, When a Blind Man Cries. Un buen tema lento que por alguna razón no le gustaba a Ritchie Blackmore, por lo que el enigmático guitarrista vetó su inclusión en el disco, quedando relegada a la cara B del single Never Before. Mientras el hombre de negro militó en el grupo nunca la interpretaron en directo. Casualmente, desde su abandono en 1993, la presencia de When A Blind Man Cries en los set list del grupo es habitual. El disco se publicó tal día como hoy, en 1972 y la reacción de fans, críticos, DJ´s radiofónicos, etc. fue unánime. Las alabanzas no se hicieron esperar. Y tras la interrumpida gira anterior, con semejante bombazo en la calle, la banda volvía a salir a la carretera. Pero esta vez no eran otro nombre conocido más. Tras la edición de Machine Head, la popularidad de Purple se disparó hasta límites insospechados. Y en lugares como Japón directamente se les comenzó a venerar y mitificar. Y no solo por la calidad de los temas de unos artistas que a nivel compositivo estaban en estado de gracia. La producción a cargo de Martin Birch es fabulosa y el disco suena potente y con fuerza, pero con el punto de suciedad necesario. Se puede poner a un volumen ridículamente alto y ni satura ni pierde un ápice. Y en ningún momento suena recargado o sobreproducido.
Como es habitual, con la fama y el dinero, también llegan las disputas y los choques de egos. El núcleo duro del grupo (los fundadores Blackmore, Paice y Lord) va por un lado y Gillan por otro, dejando al bueno de Roger Glover un poco en tierra de nadie. Este último, viviendo a tope su recién adquirida condición de rockstar. Algo que pronto haría que apareciesen tensiones insostenibles en el seno del grupo. Pero antes de eso, en pleno apogeo se publicaría el legendario directo Made in Japan, en el cual incluirían cinco de las siete canciones de Machine Head. Cada cual tendrá sus épocas favoritas de Purple (servidor es mas de la etapa Hughes/Coverdale) y lógicamente incluso hay detractores que encuentran pretenciosa y aburrida su obra. Dejando discusiones de lado, en lo que casi todo el mundo coincide es en señalar el disco que hoy nos ocupa como una obra capital dentro de la historia de rock. A unos les emociona, a otros le aburre, a otros les parece caduca, etc. Pero todo el mundo está de acuerdo en señalar que pocos títulos han trascendido tanto y han sido tan populares a lo largo de la historia.
El paso del tiempo, ha ejercido un efecto bastante curioso sobre este trabajo y sus autores. Tras la separación de la banda llegó en los años 80 la posterior reunión de la formación (con Gillan y Glover) y cuando en los años 90 llovían las reivindicaciones de bandas de hard rock como Black Sabbath, Led Zeppelin, KISS o Aerosmith, con discos tributo incluídos, Blackmore y los suyos se veían encasillados en la categoría de antiguallas, olvidados por unos y despreciados por otros; casi reducidos a anécdota. Nunca fueron reivindicados por ninguno de los artífices del grunge, como sí lo fueron los de Iommi. Tampoco eran mencionados como influencia por las bandas californianas sleazy de final de los 80´s como lo eran Aerosmith o Zeppelin. Y pese a que Machine Head fue objeto de un disco homenaje en el que gente como Metallica, Iron Maiden o Steve Vai interpretaban sus canciones, su legado apenas fue apreciado en su justa medida fuera de los círculos metálicos, lo que es una pena.
Y en esa tierra de nadie ha permanecido el legado Purple hasta nuestros días. La banda sigue publicando discos ocasionalmente y girando por todo el mundo. Y discos como Machine Head han sido objeto de varias reediciones en diversos formatos. Y aunque puede que en el imaginario colectivo rockero no ocupe una merecida posición de privilegio, para algunos de nosotros, sigue siendo un título básico e imprescindible que seguiremos haciendo sonar por los siglos de los siglos. Y puede que alguien lo vea como un trabajo caduco o meramente deudor de su época, pero a mi me sigue sonando potente, actual y plenamente vigente en 2017. Hoy celebramos que cumple 45 años. Y seguro que mientras lees esto, en alguna parte del mundo, algún chaval está cogiendo por vez primera una guitarra y tocando el riff de Smoke on The Water. Y dentro de 10, 15 o 20 años, seguirá sucediendo lo mismo y seguiremos hablando entusiasmados de esta joya que nos ha acompañado durante gran parte de nuestra vida y lo seguirá haciendo mientras el cuerpo aguante.
Long Live, rock´n´roll!!!!! Long live Machine Head!!!!!
Cara A:
Highway Star
Maybe I´m Leo
Pictures of Home
Never Before
Cara B:
Smoke on The Water
Lazy
Space Truckin´