Crónica por Jaime Taboada.
Fotos: Facebook J.Maeso.
Había ganas. Muchas ganas de reencontrarse con el directo de Julián Maeso tras su anterior visita a Vigo un par de años atrás. Y no es para menos teniendo en cuenta que su nombre, tanto en estudio como sobre el escenario, es sinónimo de clase, talento y buen hacer. Tengo grabado a fuego en mi memoria su concierto del 2015, ante una sala semivacía (increíble!!!) presentaba el su excepcional disco One Way Ticket to Saturn, que fue lo mejorcito que se había publicado el año anterior. Aún recuerdo con claridad su excepcional versión de A Change is Gonna Come o su maestría con un teclado que lo mismo hacía sonar como si estuviésemos ante el mismísimo John Lord o conseguía que el nombre de Greg Allman viniera a nuestra cabeza. Salimos de aquel concierto deseando repetir la experiencia. Y dos años después, lo logramos. En ese periodo de tiempo el músico ha tenido tiempo de publicar otro disco. A final de 2016 se pudo a la venta el excelente Somewhere, Somehow y ese era el título que defendería su autor el pasado sábado. Bueno, defender no es el término adecuado, ya que un disco de ese calibre se defiende solo. Sería mas correcto en realidad, hablar de que el artista nos presentaría en directo su nuevo trabajo, que para este humilde servidor, figura entre los mejores del pasado año. Y es que estamos hablando de un artista en un momento dulce y que, hoy por hoy, está al nivel de cualquier nombre, dentro de la «roots music» que os venga a la cabeza, sea del ámbito nacional o internacional.
Con una sobria pero efectiva banda compuesta de batería, bajo y guitarrista, se presentó el toledano sobre el reducido escenario de la Sala Radar el pasado sábado, poco antes de las 22:30. Armado con sus dos teclados, para la ocasión, añadió un piano del que disponía la propia sala, quedando en escena rodeado de teclas. Por un momento, parecía el protagonista de la película El Fantasma del Paraíso. Como es habitual en sus discos, no hay una avalancha de decibelios ni una tormenta de electricidad. La música empieza a fluir y casi sin darse uno cuenta al poco de empezar, ya no puede retirar la vista del escenario. Maeso maneja perfectamente los tiempos y alterna su faceta más eléctrica con la más intimista, trasladando perfectamente la atmósfera que consigue en el estudio al formato de directo. Lo que en el vinilo suena mas detallista en escena se sustituye por un cierto grado de crudeza, sin que por ello se descuiden los detalles ni los arreglos que hacen que sus canciones sean tan especiales. Y sabe comunicarse con su público. Presenta algunos de los temas y cuenta algo sobre ellos con alguna nota de humor, pero nunca se hace empalagoso ni pretende ir de gracioso, lo cual se agradece y mucho.
Ya desde el inicio queda claro que asistiremos a un concierto de la vieja escuela. Sin poses, ni efectos de luces, humo o similares. Tan solo cinco músicos disfrutando con lo hacen. Él, hace gala de una voz recia y potente, con pasión en los temas mas lentos y con garra cuando hay que imponerse por encima de la electricidad. Pasa con facilidad de los teclados a la guitarra y viceversa, y en todo momento va caldeando el ambiente conforme avanza el concierto. El repertorio de esta gira, se basa lógicamente en Somewhere, Somehow; algo comprensible debido al potencial de semejante disco. Se le vió a Julián muy cómodo con sus canciones. Before They Live nos puso un nudo en la garganta de la emoción, Back to Me, Back To You hizo que empezáramos a bailar sin poder parar. Incluso un tema como I Wonder, que personalmente no me atrapa, sonó fenomenal. Empuñando una guitarra, ejerció de impersonator de Dylan (con mucha brillantez he de decir) durante la primera estrofa y posteriormente enlazó la canción con una excelente versión de Blue Suede Shoes. Hangin´On A Wire sonó también gloriosa hacia el final ya con el público entregado en su totalidad. Y podría seguir canción a canción, pero sería un tanto reiterativo y tampoco se trata de ponernos enciclopédicos.
Por supuesto, que un trabajo de la excelencia de Somewhere, Somehow cope la mayor parte de la velada no extraña a nadie, pero eso no quiere decir que Maeso descuide sus anteriores álbumes. Uno de los temas más coreados de la noche fue precisamente It´s Been a Hard Day, de su debut Dreams Are Gone. Y, por supuesto, no desmerecieron canciones como I Must Have Beeen Dreaming o Leave It In Time, pertenecientes a su excelso One Way Ticket To Saturn. Fue en definitiva una de esas veladas que (parafraseando términos futbolísticos) hacen afición. Cualquier seguidor del buen rock´n´roll, en el mas amplio sentido de la etiqueta, disfrutó de un gran concierto y creo que cualquiera que estuviese presente, en esa u otra de las actuaciones de este hombre, estará de acuerdo en que destila clase por los cuatro costados, con una entrega al 100%. Si a eso le sumamos su talento para escribir canciones de esas que se saborean y dejan poso, tenemos una insuperable combinación. Todos salimos satisfechos con una sonrisa en la boca y conscientes de que tuvimos a un gigante ante nosotros. Yo ya estoy deseando repetir. ¿Y vosotros?