Ghost.
The Popestar Tour.
Madrid, Wizink Center. 14 de abril de 2017.
Artista invitado: Zombi.
Promotora: Rock N’ Rock.
Fotos: Paul Grace.
Texto: Natividad González.
El pasado Viernes Santo, Papa Emeritus y su banda nos ofrecieron uno de los mejores directos ofrecidos en nuestro país en lo que va de año. Debo decir que fue mi primer «ritual» con esta singular hermandad, y mis expectativas no eran muy positivas después de leer las ultimas noticias y crónicas de la formación sueca, en especial en lo referente a la duración de las actuaciones de esta gira. La entrada al recinto fue muy ordenada y sin las habituales colas y aglomeraciones, ya que fuimos muy pocos los que decidimos acercarnos a la puerta del Wizink Center con tiempo para acceder a pista; y una vez dentro era evidente que tampoco se completaría el aforo de la misma. Llamaba la atención que buena parte del público no superaba la mayoría de edad, incluso había un mini Emeritus que enamoró al original hasta el punto de darle un lugar de honor en las redes sociales de la banda.
Como artistas invitados actuaron Zombi, dúo instrumental de space rock electrónico que disfrutaron de un buen sonido con el que presentaron sus credenciales a base de ritmos tribales a la batería, sintetizadores y bajo en algunos temas. Tras su actuación dio comienzo la ceremonia quemando incienso y retirando las lonas con un protocolo casi Vaticano, mientras sonaban de fondo cantos gregorianos. Tras la habitual intro la pista enloqueció cuando sonaron los primeros acordes de «Square Hammer» y aparecieron sobre el escenario los Nameless Ghouls y Emeritus III, quien emergió entre el humo encima de la escalinata.
El repertorio estuvo repleto de himnos de la banda, rozando la perfección en la elección de temas, siendo ese siempre un capítulo muy personal (desde el punto de vista de esta humilde pecadora «Deus en Absentia» debería haber estado incluida). El Papa estuvo perfecto a nivel vocal y como maestro de ceremonias, muy cercano y comunicativo. Como siempre, Emeritus III fue un orador irreverente, pervertido y teatral en toda su actuación, y ofreció al público varios sermones libidinosos que quizá el numeroso público menor de edad no debería haber escuchado. La nueva banda parece que lleva toda la vida tocando, y en todo momento había acción encima del escenario. Los Nameless Ghouls con sus coreografías tuvieron muchos momentos de protagonismo, sobre todo Alfa y sus espectaculares solos de guitarra. A destacar también el magnífico espectáculo de luces y humo durante todo el concierto, o la explosión de confeti durante «Mummy Dust«, que continuó lloviendo durante la genial «Ghuleh/ Zombie Queen«. Un gran show en todos los aspectos.
Como viene siendo habitual «Monstrance Clock» cerró el ritual de manera triunfal, mientras la banda desaparecía del escenario con el público coreando sus últimas estrofas. Después de alrededor de hora y media de actuación, fue una manera especialmente emotiva de cerrar un concierto en el que hasta el asistente con mayores expectativas salió satisfecho.