Por Pablo Martyr.
Sello: Kscope
Cuando tras sacar Porcupine Tree su álbum “The Incident”, Wilson puso al grupo en cuarentena permanente, muchos pensamos, “bueno, aparte de su carrera en solitario también nos quedan Blackfield”. En 2011, con Wilson bastante en segundo plano, sacaron “Welcome to my DNA”, y quedó claro que era más el ADN de Aviv que el de Steven el que estaba en ese disco. Los seguidores más «Wilsonianos» del grupo (la mayoría) quedamos en parte desencantados, tanto como para (al menos servidor) no escuchar “IV”, en el que la participación de Wilson se limitó todavía más. Un rayo de esperanza llegó con el anuncio de la publicación de este “V”, donde la balanza parecía volver a equilibrarse un poco, según vendió la discográfica antes de salir.
Y al final, ¿qué nos ofrece esta quinta entrega? Lo primero un disco que firma Aviv prácticamente en solitario (hablamos de créditos). Si pasamos por alto ese dato, este “V” es un buen disco de pop/rock con toques progresivos, en el que se domina con bastante maestría la habilidad de hacer buenos temas, de alrededor de tres minutos, que se quedan en la cabeza y se tararean sin fin. ¿Llega al nivel de “I” y “II”? (esto parece la discografía de Led Zeppelin) Pues la verdad es que no, pero no se queda muy a la zaga. 12 canciones más una intro con una más que destacada contribución de la London Session Orchestra a lo largo de todo el disco.
Hay canciones más rockeras destacadas como Lately, The Jackal o la muy espacial Family Man. Curiosamente todas firmadas por Aviv, pero en las que se adivina algo de la mano de Wilson (o al menos, contaminación). Las pausadas más destacadas serían Undercover Heart (con un gran estribillo) y la maravillosa October, posiblemente la más triste (ojo a la letra) y orquestrada del disco, con Wilson a las voces, lo que le da un plus de melancolía. Hay algunos temas que no redondean del todo como Lonely Soul (las primeras 20 escuchas se os quedará cara de what the fuck, seguro) o Sorrys que hacen que el disco baje del notable alto al simple notable. Lo bueno es que incluso en los temas menos conseguidos el disco fluye como un todo bastante cohesivo, teóricamente es un disco cuasi conceptual.
En definitiva, si disfrutasteis con los dos primeros trabajos, os gustan las voces de Steve y Aviv y os apetece disfrutar de un rato calmado de música buena y accesible, V puede ser una buena opción.