La carrera de Bruce Dickinson es muy muy interesante, ecléctica e incluso prolífica. Entre 1994 y 1998 publicó nada menos que cuatro álbumes, el último de ellos, «The Chemical Wedding«, probablemente su cumbre como solista. O al menos el que poseía un enfoque más oscuro, pesado y elaborado, gracias también a su mano derecha, guitarrista y productor Roy Z. Aquí escuchamos bases rítmicas contundentes y guitarras de afinaciones graves, cortesía además del gran Adrian Smith, que le siguió en el exilio de los Maiden. Elegir un tema de un disco que se come con papas a cualquier cosa que publicase su banda madre en 25 años, se hace complicado. Pero hoy escojo «King In Crimson«, por el impacto que me produjo en cuanto puse por primera vez el cd en mi reproductor y escuché semejante apertura, pesadísima pero con gancho. Pelotas al suelo. Pura alquimia.