SWR BARROSELAS METALFEST 2017
Barroselas, Portugal. 28, 29 y 30 de abril de 2017
Fotos oficiales: Helena Granjo.
Crónica de Carlos Salcedo Odklas.
- Aspectos generales.
En medio de la actual burbuja de festivales en la que promotoras y marcas se disputan engordar sus carteles con los nombres más importantes que les aseguren nuevos récords de asistencia, el festival portugués de Barroselas se mantiene como un pequeño oasis para aquellos que pretenden disfrutar de sus vacaciones festivaleras de una forma diferente, buscando otro tipo de propuestas. El carácter underground de su cartel, enfocado principalmente hacia el Death y el Black, y sus cifras de asistencia, modestas si las comparamos con otros festivales más multitudinarios (en esta edición en torno a los cuatro mil asistentes) hacen que el ambiente sea mucho más cómodo y familiar que el de otras ofertas y lo posicionan como un festival de culto y quizás el más importante de la península en cuanto a música extrema se refiere.
Este año se celebraba su vigésima edición (que se dice pronto), y lo hacía nuevamente en Barroselas, un tranquilo pueblo de apenas cuatro mil habitantes situado al noroeste de Portugal. Su complejo deportivo, situado a las afueras del pueblo, era el sitio elegido un vez más para que las hordas del averno instalaran sus tiendas de campaña y se preparasen para disfrutar durante tres días de las bandas más oscuras y demoníacas del panorama metalero actual. Y hasta allí que nos fuimos para comprobar de primera mano el estado de forma de este veterano festival así como del tipo de música que le sirve de reclamo.
El festival consta de 15 actuaciones diarias repartidas en tres escenarios distintos ofreciendo de esta forma actuaciones de manera ininterrumpida desde las cinco de la tarde hasta las cuatro de la madrugada. El cumplimiento a rajatabla de los horarios y un único solape diario ofrecían la posibilidad de ver todos los conciertos del cartel si eras lo suficientemente valiente y resistente para ello. Desgraciadamente no fue nuestro caso, pero la posibilidad estaba ahí para los más insaciables siendo algo de agradecer.
El primer escenario, que respondía al nombre de Arena, era el encargado de abrir y cerrar las actuaciones cada día, su acceso era totalmente gratuito y por él desfilaron bandas locales y de menor trayectoria. Los otros dos escenarios, Dungeon y Abyss, eran de acceso con la pulsera del festival y es donde descargaron las bandas más importantes y reconocibles del cartel. Todos los escenarios eran cubiertos, algo imprescindible por varios motivos, el primero de ellos la lluvia que, debido a las fechas y la ubicación del festival, suele ser un elemento constante en todas las ediciones. Esta no fue una excepción haciéndose presente una vez más, aunque por suerte solo tuvimos que preocuparnos del estado del cielo durante la segunda jornada, el primer día y el último gozaron de un clima bastante agradable durante el día y algo más frío por la noche aunque soportable. Que los escenarios fuesen cubiertos también se agradeció para ayudar a crear la atmósfera adecuada para este tipo de bandas cuya puesta en escena se vería ligeramente mermada con actuaciones bajo el sol y la claridad del día, en cambio de esta forma la sensación en cualquiera de los conciertos era la de estar asistiendo a presentaciones en sala.
Como se ha mencionado anteriormente la comodidad fue una de las tónicas del festival. El reciento del mismo, con sus tres escenarios, el bar y los distintos puestos de comida y merchandising se encuentran reunidos en un complejo deportivo, y la zona de acampada se sitúa en el área boscosa que rodea a dicho recinto, por lo que las distancias se volvían insignificantes. Por poner un ejemplo uno podría estar viendo cualquier banda en las primeras filas del escenario principal y si quisiese hacer un alto y acercarse a su tienda de campaña a por ropa de abrigo o dinero podría hacerlo y regresar a su puesto al frente del escenario habiéndose perdido tan solo un puñado de temas de la banda que estuviese tocando. Las zonas de tránsito entre escenarios eran mínimas y la anchura y profundidad de los mismos completamente acorde con la densidad del público esperado por lo que en ningún momento se vivieron aglomeraciones ni sensación de agobio de ningún tipo. Era fácil y cómodo tanto entrar y salir del recinto como moverse por las distintas áreas del mismo. La zona de acampada por su parte era amplia y con bastante sombra al estar situada en una zona boscosa, también estaba provista con los típicos urinarios portátiles y dispensadores de agua que, como viene siendo habitual, se quedaron algo justos. Destacar también que el supermercado del pueblo, esencial para aprovisionarse de comida y bebida de cara a los tres días de acampada se situaba a tan solo 10 minutos a pie, otro punto más que contribuyó a la comodidad de la estancia.
El recinto del festival, aparte de los escenarios y distintos puestos, contaba también con un par de zonas de esparcimiento y con un bar abierto las 24 horas del día que servía de punto de reunión y relax y que contó con toda una serie de actividades para amenizar el tiempo. Ahí era donde se realizaban los meet & greet con las bandas, durante los tres días miembros de Venom Inc, Aborted, Akercoke o Inquisition fueron desfilando para firmar y saludar a sus fans, también se realizaron charlas, juegos, proyecciones y hasta un karaoke metalero. En resumidas cuentas el bar era el lugar más adecuado y ameno para estar cuando querías relajarte un poco de las brutales descargas de los escenarios.
Comentados los puntos más notorios del recinto y la organización es momento de pasar a los conciertos. Lamentablemente no pudimos verlos todos pero haremos un ligero resumen de las actuaciones más destacadas de estos tres días de brutalidad extrema y sonoridades oscuras.
- Dia 1.
Los portugueses HOLOCAUSTO CANIBAL fueron los encargados de abrir el festival en el escenario principal y lo hicieron de la forma más burra posible, con una descarga atronadora de poderoso Grind ejecutado con precisión y adornado con motosierras y restos cercenados de animales que encendieron totalmente al público. El sonido desde el principio fue poderoso y bien ecualizado, algo que por suerte y salvo contados casos fue la tónica en el escenario principal. Tras una descarga de 35 minutos sin concesiones se retiraron dejando a su paso un reguero de sangre y seguramente también algún nuevo fan entre el público asistente.
La siguiente banda en saltar al escenario principal fueron los americanos PILLORIAN, banda formada recientemente por el ex-Agalloch John Haughm. Comenzaron su actuación con By the Light of a Black Sun, primer tema de su disco de debut Obsidian Arc que interpretaron casi en su totalidad. La actitud fría y poco comunicativa de la banda deslució un poco una actuación que por otra parte fue impecable en el aspecto musical.
Pasadas las nueve de la noche en el escenario Dungeon comenzaban su actuación los belgas MARGINAL. En las antípodas del Black atmosférico que nos habían ofrecido PILLORIAN los belgas nos obsequiaron con un torbellino de Death Crust desenfadado y de sonido sucio que si bien en estudio no aporta nada nuevo o relevante a la escena en directo cumple la función de excusa para desatar los pogos entre un público que venía relajado del escenario principal.
ABORTED eran uno de los cabezas del festival y de las bandas más esperadas por el público, y desde las primeras notas de Divine Impediment, tema de su último disco Retrogore con el que abrieron su actuación, aquello fue un no parar de brutalidad y rabia. Temas como Cadaverous Banquet o Necrotic Manifesto sonaron rabiosos y amorfos, con un Ken Bedene a la batería en estado de gracia y un Sven De Caluwe que no paraba de moverse por el escenario y jalear a la audiencia. Sin duda el de ABORTED fue uno de los puñetazos más dolorosos en la cara de los asistentes al festival.
Tras la masacre que había tenido lugar en el escenario Abyss nos trasladamos al Dungeon donde pudimos «relajarnos» (si dicha palabra es aceptable en un festival como este) un poco con los alemanes THE RUINS OF BEVERAST y su Black/Doom espeso y atmosférico. Consiguieron hipnotizar al respetable y arrastrarlos hacia su culto a base de ritmos densos y un ambiente opresivo. Sin duda un privilegio poder ver a esta estupenda banda en la que era su primera presentación en la península, no obstante no se pueden pasar por alto un par de detalles sin los cuales la actuación habría sido redonda. Uno es la excesiva presencia de los bajos en la mezcla, su volumen eclipsaba todo lo demás y hacía que cada golpe de bajo resonase en nuestra caja torácica haciéndonos temer por nuestra integridad. Por otra parte las labores de su guitarrista a los coros dejaba bastante que desear. A pesar de esos detalles resultó una actuación notable que gustó bastante a los presentes.
Tras ellos era el turno de INQUISITION en el escenario principal. Era una de las bandas más esperadas por el público si atendemos a la cantidad de camisetas de ellos que veías desfilar entre los asistentes. El dúo colombiano afincado en estados unidos no decepcionó ofreciendo un show de poco más de una hora en el que dieron un repaso a toda su discografía. Temas como From Chaos They Came, Desolate Funeral Chant o Command of the Dark Crown sonaron terroríficos. Es increíble como Dagon se las basta él solito para llenar con su presencia todo el escenario mientras nos tortura sin descanso con esa peculiar voz de ultratumba (uno de los elementos más reconocibles de la banda) y su trabajo a la guitarra, lleno de riffs de rabioso Black adornados con todo tipo de trucos en la palanca de vibrato. Sin duda fueron uno de los triunfadores del día.
El agotamiento nos hizo prescindir de los Thrasheros ANTICHRIST, pero sí llegamos a tiempo para ver la actuación de MASTER, la mítica banda de Thrash/Death Estadounidense formada en 1983 por el carismático Paul Speckman. Dieron lo que se esperaba demostrando sus tablas en una actuación impecable y sin descanso de ritmos Thrash en la que cayeron mazazos como Slave to Society, con Paul llevando el peso de la actuación, perfectamente respaldado por Alex Nejezchleba a la guitarra y Zdenek Pradlovski a la batería. Un cierre más que digno a las actuaciones en el escenario principal.
Eran ya casi las tres de la madrugada, el agotamiento y las sustancias ingeridas hacían mella, pero aún así hicimos acopio de fuerzas y neuronas para arrastrarnos hasta el escenario Arena para presenciar a THE OMINOUS CIRCLE, una banda de la que no sabía nada excepto que eran portugueses y que describían su estilo como Blackened Death Metal. La cosa comenzó a ponerse interesante cuando en un escenario convenientemente adornado con candelabros aparecieron cinco tipos con pinta de extraños monjes sin cara armados con guitarras de ocho cuerdas. A partir de ahí fue como si el demonio Choronzon te echase su apestoso aliento en la cara. Riffs de guitarra densos de afinación ultra grave, Blast Beats frenéticos y un cantante que se retorcía como un alma torturada. Con tan solo un disco en el mercado, el bestial Appaling Ascension, editado recientemente, y una puesta en escena bastante cuidada en la que incluso sacaron un traga fuegos nos encontramos ante una banda que tiene muchas papeletas para abrirse camino entre los fans de gustos más extremos. Una banda que conviene no perder de vista y sin lugar a dudas una de las grandes sorpresas del festival.
Aún quedaba un último concierto en el escenario Arena, pero optamos por abandonarnos totalmente a la locura y perdernos por el bosque.
Dia 2.
Las pocas horas de sueño junto con la infernal resaca hicieron que no tuviésemos valor para entrar al recinto de conciertos hasta pasadas las siete de la tarde, justo a tiempo para ver a COBALT. El dúo americano formado por Erik Wunder y Charlie Fell, transformado en cuarteto de cara a las presentaciones en directo, ofreció una poderosa descarga de Black Metal con tintes Sludge e incluso Groove que dejó muy buen sabor de boca en una audiencia que se fue calentando progresivamente a medida que avanzaba un set list centrado en su último disco Slow Forever. Charlie Fell se echó sobre los hombros todo el peso escénico del show y no paró de moverse, gesticular y realizar extrañas posturas acaparando todas las miradas de un público que no paró de mover la cabeza durante la hora escasa que duró su contundente actuación.
DEAD CONGREGATION fueron los siguientes en saltar al escenario principal. El combo griego eran otra de las bandas más esperadas entre los asistentes al festival y eso se notó en la buena afluencia de un público totalmente entregado desde el primer momento. La banda, con una actitud fría y estática, fue desgranando sus brutales temas sin descanso, destacando por encima de todo la labor de Vagelis Voyiantzis a los parches que ofreció una clase magistral de recursos que dejó a todo el mundo con la boca abierta.
En el escenario Dungeon DARVAZA ofrecieron un concierto que pasó sin pena ni gloria debido a su sonido irregular y a su Black Metal no excesivamente inspirado, no llegamos a verlos acabar y nos fuimos a coger sitio para uno de los platos principales del festival.
VENOM son, sin duda, una banda legendaria en la historia del metal. El trío británico formado a comienzos de los 80 por Cronos, Mantas y Abbadon puede presumir de haber influenciado a miles de bandas posteriores en todos los ámbitos del metal y hay voces que incluso señalan su disco Black Metal del 82 como el momento de nacimiento del género. Pero como es a veces habitual en carreras tan dilatadas los cambios de formación y desavenencias entre sus miembros han estado a la orden del día y, en este caso, han propiciado que a día de hoy tengamos dos bandas distintas girando por el mundo presumiendo del mismo legado. Por un lado tenemos a VENOM propiamente dicho, con Cronos al frente de la formación, y por otro lado a VENOM INC la banda que actuaba en esta edición de Barroselas y en la que militan Mantas y Abbadon junto a The Demolition Man encargado del bajo y las voces. Esto condicionó a algunos y por supuesto no faltaron los típicos puristas amargados entonando el mantra «No Cronos, No Venom», pero aquellos dispuestos a disfrutar con lo que hay lo hicieron de sobra en una actuación enérgica y profesional que se abrió con Rip Ride y se cerró, una hora más tarde, con Countess Bathory. El set list estuvo compuesto únicamente por clásicos de sus primeros discos, haciendo especial hincapié en el mencionado Black Metal. Destacó el buen estado de forma de Mantas, tanto físico como técnico, y fue el que llevó el peso de la actuación moviéndose constantemente y animando al público a la vez que escupía riffs legendarios uno tras otro. VENOM INC dieron lo que se esperaba de ellos y, excepto los puristas, ningún fan salió decepcionado de la cita.
Tras un nuevo descanso y otro concierto perdido llegaba uno de los momentos más esperados. ORANSSI PAZUZU se subían al escenario rozando la medianoche para meternos a todos en su peculiar burbuja de Black Metal Psicodélico. La formación finlandesa va poco a poco ganando adeptos y escalando posiciones gracias a una discografía impoluta coronada por su sobresaliente último disco Värähtelijä que venían presentando dentro de su gira europea. Por desgracia la de Barroselas no fue la mejor de sus noches. Por una parte gran parte del público no los conocía y su propuesta, espesa, hipnótica y que bebe más de grupos progresivos y ambient que de Black Metal propiamente dicho descolocó a algunos e incluso aburrió a otros que venían de cabecear con riffs de guitarra veloces y dobles bombos y se encontraron con algo totalmente distinto. Por otra parte el sonido tampoco estuvo a la altura, las guitarras, ya de por sí saturadas de efectos, estaban demasiado altas, eclipsando totalmente la labor de la voz y los teclados, y eso hace mella en un grupo como este en el que los detalles lo son todo, por poner un ejemplo en el tema Lahja las inquietantes campanitas que son uno de los elementos más característicos e importantes de la atmósfera del tema eran inaudibles. La banda se mostró enérgica en todo momento, sin parar de balancearse de un lado a otro y acercarse a las primeras filas. El concierto complació de sobra a los seguidores del grupo pero seguramente decepcionó a aquellos que no conocían a la banda.
Con las fuerzas bajo mínimos tras dos jornadas de depravación nos preparamos temblorosos para recibir otra patada en la cara de la mano de EXTREME NOISE TERROR. La legendaria formación británica castigó a los asistentes con una brutal descarga de crust punk que puso el escenario principal patas arriba, se sucedieron los pogos y stage diving entre el público mientras la banda lanzaba hit tras hit con una actitud enérgica y completamente desenfadada. Dean y los suyos terminaron de exprimir las pocas fuerzas que nos quedaban y nos dejaron agotados en medio de una noche fría y lluviosa.
Dia 3.
Con energías renovadas y el cielo despejado nos dispusimos a darlo todo y afrontar el último día de festival. Las actuaciones en el escenario principal se abrían de forma demoledora con los españoles AVULSED, la veterana banda de Death Metal regresaba a un festival del que fueron cabezas de cartel en su primera edición del ya lejano año 98. Al público le costó un poco arrancar, pero la entrega y el buen hacer de la banda en temas como Breaking Hymens o Addicted to Carrion acabaron contagiando a los espectadores que empezaron a moshear tímidamente, momento que aprovechó el cantante Dave Rotten para mezclarse entre el público y planear un wall of death, tras ese necesario empujón el público se animó totalmente y aquello fue una fiesta hasta el final. Gran actuación de esta banda que celebra 25 años dedicados al puro Death Metal sin contemplaciones.
También dieron una demostración de poder los gallegos MARTHYRIUM en el escenario gratuito. El trío gozó de un sonido brutal, por encima de la media de lo que se venía escuchando en ese escenario. Su actuación fue enérgica y contundente pero por desgracia no pudimos disfrutarla en su totalidad ya que se solapó con otra banda que también teníamos muchas ganas de ver, NADER SADEK, y tuvimos que repartir el tiempo entre ambas. Con una curiosa puesta en escena y el escenario cubierto de ramas secas que simulaban una especie de bosque tenebroso el músico egipcio dio otro gran recital respaldado por una banda solvente y compacta en la que destacó su guitarrista Tom Geldschläger, miembro también de Obscura, todo un virtuoso que dio una lección de trucos y recursos propios del shred.
Pasadas las nueve de la noche hacían acto de presencia CORPUS CHRISTII en el escenario Dungeon. Este combo de Black Metal son una de las formaciones más queridas del underground portugués y se notaba perfectamente que jugaban en casa, con un público totalmente entregado que disfrutó y coreó todos los temas. Por desgracia no les acompañó el sonido y los niveles estaban demasiado bajos comparados con otras bandas, pero eso no amedrentó a su carismático frontman Nocturnus Horrendus que dio toda una lección de presencia escénica y saber hacer. Temas como All Hail Master Satan con todo el público enfervorizado, coreando la letra y elevando los brazos al cielo con la señal de los cuernos hicieron que fuese uno de los conciertos más satánicos del festival.
La brutalidad continuó con AKERCOCKE en el escenario principal. La banda inglesa y el festival tienen una relación de cariño y respeto mutuo y eso se notaba en la actitud de los músicos, en especial un Jason Mendoça al que se veía entusiasmado por pisar una vez más el escenario grande del festival portugués. Su Death/Black progresivo y altamente técnico sonó demoledor. Interpretaron clásicos como Zuleika o A Skin for Dancing, y también cayó alguna sorpresa en el set list como Enraptured by Evil y un tema nuevo llamado Despair. Un gran concierto que seguramente no será el último de la banda en Barroselas, más aún teniendo en cuenta que preparan disco nuevo para agosto tras nada menos que diez años desde su último lanzamiento.
A medianoche por fin llegaba el que para muchos era el gran momento del festival, los noruegos MAYHEM, una banda totalmente legendaria tanto en lo musical, al ser uno de los pilares en los que se asienta el Black Metal, como en lo extra musical, con una biografía que parece sacada de una novela y que incluye suicidios, asesinatos, extrañas portadas y todo un sin fin de detalles escabrosos. Se ve que las ganas y el morbo por ver a la banda eran altos y fue sin duda la actuación que reunió a más publico ante el escenario principal. Como principal reclamo venían en una gira en la que están interpretando en su totalidad su álbum de debut De Mysteriis Dom Sathanas, considerado por muchos su obra maestra. Su puesta en escena resulto totalmente teatral, con los miembros vestidos de monjes, altares con velas, calaveras y sangre (esperamos que falsas) y Attila vestido como una especie de papa salido de las profundidades del infierno. Como viene siendo habitual este exceso de clichés entusiasmó a muchos e indignó a otros que lo consideraron excesivo y dantesco. En lo musical estuvieron impecables, con un gran sonido y ejecución. Poco comunicativos con el público como era de esperar, algo que no importó en absoluto teniendo en cuenta la carismática presencia de Attila o Necrobutcher y el buen hacer del incansable Hellhamer. Ofrecieron un show intenso pero algo frío en el que interpretaron el mencionado disco en orden sin ninguna pausa o discurso intermedio para acto seguido retirarse bajo una gran ovación.
Con las fuerzas ya bajo mínimos nos trasladamos al Dungeon para presenciar a los americanos LICH KING, su Thrash Metal ochentero, furioso, veloz y sin pretensiones sirvió perfectamente para animar a aquellos que habían salido un poco decepcionados del concierto anterior y desencadenó todo tipo de pogos entre una audiencia encantada.
Entonces llegó uno de los momentos más mágicos del Festival, STEELHARMONICS eran los encargados de poner el broche de oro y cerrar el escenario principal ante una multitudinaria audiencia que se volvió totalmente loca. Y no estamos hablando de una banda de Black, ni de Death, ni de Thrash, no, STEELHARMONICS era una orquesta filarmónica de vientos portuguesa compuesta por cerca de una cincuentena de músicos que bajo la batuta de su director se dedicaron a interpretar clásicos del metal. La gente se volvió loca y aquello se convirtió en una enorme fiesta. Y es que es muy difícil no entusiasmarse cuando tienes delante tuya a toda una orquesta tocando temas míticos como Painkiller de Judas Priest, Raining Blood de Slayer o Ace of Spades de los añorados Motörhead. Fue asombroso vivir esa comunión entre dos géneros erróneamente considerados dispares como son la música clásica y el metal, como asombrosa fue la consiguiente reacción del público. Sin lugar a dudas no pudo haber mejor forma de cerrar el festival y sin duda se llevaron la mayor ovación de los tres días.
Aún quedaban un par de conciertos y música hasta el amanecer, pero tras tres días de música extrema, juerga, violencia y escasísimas horas de sueño solo pudimos retirarnos a nuestro ataúd como vulgares gusanos, con una sonrisa en el rostro y el deseo de que este estupendo festival dure, como mínimo, otros veinte años más. De momento nosotros volveremos el año que viene, sin ninguna duda.