Suena extraño, pero así es. El formato MP3 queda técnicamente muerto, o lo que es lo mismo, sin licencias, lo cual significa que ya no van a aparecer en el mercado nuevos reproductores o nuevo software con licencia para reproducir formato MP3. El Instituto Fraunhofer IIS, centro de investigación alemán que inventó el mítico formato de audio y poseedor de sus derechos, hace un comunicado oficial informando que desde el pasado 23 de abril no tramita más licencias de uso. Este anuncio quiere decir en términos técnicos que llega el fin del formato MP3, pues no se lanzarán nuevos productos compatibles con este formato, aunque a nivel usuario seguirá utilizándose durante mucho tiempo.

Aunque parezca un anuncio simbólico, y aunque podamos seguir utilizando archivos MP3, la eliminación de licencias supone un cambio de gran dimensión en la industria. ¿El principal motivo? Evolución (dicen). Hay muchos candidatos para suceder este formato que revolucionó el modo de consumir música, pero el mismo Fraunhofer Institute opina que será el AAC (Advanced Audio Coding). Según ellos ya es el estándar para las descargas de música y vídeos, es más eficiente y tiene más funcionalidades. Es capaz de funcionar en emisiones en directo de vídeo o música (TV y radio) en móviles. Y, usando el mismo o menor ancho de banda que el MP3, ofrece superior calidad.

MPEG-1 Audio Layer III o MPEG-2 Audio Layer III, más comúnmente conocido como MP3 es un formato de compresión de audio digital que usa un algoritmo con pérdida para conseguir un menor tamaño de archivo. El MP3 se inició gracias a las investigaciones sobre audio en la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Nuremberg. Eran finales de los años 1980 y esos investigadores se unieron a los del Instituto Fraunhofer. El resultado fue el formato MP3, que reducía en diez veces el espacio necesario para almacenar música digital. Pero diferentes intereses mantuvieron el descubrimiento oculto hasta que el Instituto hizo público, gratis, programas para comprimir música. La gente empezó a usarlo para copiar sus CD y guardar música sin ocupar tanto espacio. Y entonces llegó la popularización de Internet: a finales de los 1990 esos archivos empezaron a circular. Fue la época de los lugares donde se compartía música de forma ilegal, como Napster o Kazaa. Finalmente, también empezó a usarse para la distribución legal de música, y todos los medios de reproducción adquirieron su licencia de uso, algo que dejará de hacerse a partir de ahora.

Estamos por tanto ante el inicio del fin del formato de audio que cambió la historia de la música.

Bye Bye Bitch