Sello: Season of Mist
Crítica por Beto Lagarda.
Islandia es pequeña, remota, inhóspita, casi deshabitada, desconocida… a su vez, es realmente bella, acogedora y hasta cálida aunque fría y salvaje. De ella han salido dos de las bandas puntales en la música más ecléctica y avanzada de las últimas décadas, Sigur Rós y Björk. Dentro del metal, a sabiendas que los países nórdicos son grandes factorías de música oscura y extrema, en Islandia encontramos a los primeros Sólstafir. Tres nombres que parecen competir para plasmar la cultura y el paisaje de Islandia en su mejor banda sonora.
Como comentó el compañero Cthulhu en la crítica del ya lejano Svartir Sandar (2011), el sonido de los nórdicos evolucionó hacia sonidos propios del post-rock, post-metal o hasta música progresiva. Mejoró, y mucho, su propuesta musical en 2014 con Ótta y ahora llegan a la cumbre de su sonido con el nuevo y brillante Berdreyminn. En él, logran traspasar la frontera de su estilo para plasmar emociones, como en un álbum de fotos plagado de sentimientos en el que encontramos ira, melancolía y dolor, pero también anhelos, placeres y alegría.
Desde una primera exploración, notamos que el sonido del álbum es diferente al de Ótta. Esta vez tenemos una producción impecable desde una sutil imperfección, donde encontramos riffs de guitarra deformados a propósito para dotar el álbum de unos matices, muy sutiles, que dan vida a las emociones que se disponen a mostrar. Berdeyminn es impecable en cuanto a sonido, muestra de ello sería escuchar la calidad de un tema como Hula, un placer con más de siete minutos de rica instrumentación. La estructura musical de los ocho temas sigue el mismo patrón de su anterior trabajo y que, al final, es ya signo de Sólstafir; una introducción instrumental lenta que va construyendo el tempo, voces mientras se acelera el corte llegando a una sección mucho más pesada, para finalmente desembocar en un crescendo intenso rematado por una lenta outro. Posiblemente esta pronunciada marca de estilo sea el punto débil del álbum, pues sabes perfectamente cómo va a evolucionar cada canción, prefiriendo potenciar todos sus puntos fuertes que arriesgar en nuevas estructuras. Pero, honestamente, si el resultado final es así de bueno, mejor improvisar en otro momento.
Sólstafir se ha fijado nuevos horizontes y ha perfeccionado su propio estilo hasta rozar la excelencia compositiva. El álbum es totalmente adictivo, trascendente y absorbente, fuera de posibles etiquetas o simplemente dueño de infinitos géneros que van mutando a medida que avanzan los 58 minutos de duración del disco. Pasamos desde momentos post-rock, folk, o hasta indie… momentos en que parece que estés escuchando un cantautor islandés entre pianos y arreglos corales, o momentos progresivos y psicodélicos. Preferible no detenerse en un tema a tema, recomiendo entrar el el todo, abrir la mente y dejarse llevar a través de los ocho temas que forman Berdeyminn, es poco probable que os defraude.
Ísafold
Hula
Nárós
Hvít Sæng
Dýrafjörður
Ambátt
Bláfjall
Aðalbjörn Tryggvason: guitar, vocals
Svavar Austmann: bass
Sæþór Maríus Sæþórsson: guitar
Hallgrímur Jón Hallgrímsson: drums, backing vocals