Un texto de Rafa Diablorock.
Siempre que hablo con alguien que reniega en bloque de los grupos de metal alternativo salidos en la segunda mitad de los 90, llamémosle también Nu-Metal, le digo que le eche una oreja a este disco. Es muy posible que el vendaval rockero que subyace en la propuesta de Snot sea capaz de conseguir la aprobación del más reacio a este periodo de tiempo, tan celebrado por unos y denostado por otros. Snot para mí fueron la perla de aquella nueva corriente de nuevas bandas americanas, muchas de ellas tan diferentes entre sí, y que junto a Ozzy giraron por todos los Estados Unidos en una época en la que los grandes carteles estaban en aquel lado del charco.
«Do I have to get naked people for you to remember my name? It’s Lynn from Snot«
Snot se formaron en California en 1995, aunque el alma del grupo, el vocalista Lynn Strait, procedía de New York; dato importante y que marcó en gran medida de sonido neoyorquino la banda de Santa Barbara. Strait había sido bajista de una banda de punk llamada Lethal Dose junto al guitarrista Mike Doling, poco después decidieron formar una nueva agrupación con un nuevo sonido. Para ello Strait sería el cantante, se les unieron Sonny Mayo a la guitarra, John (Tumor) Fahnestock al bajo y James Fed Carrol a la batería. Este último puesto cambiaría un año más tarde, ocupándose de las baquetas definitivamente Jamie Miller. Excelentes actuaciones locales y en Los Ángeles hicieron que firmaran contrato con Geffen Records para lanzar su álbum debut, Get Some, publicado finalmente el 27 de mayo de 1997.
Snot era una banda especial, todos sus integrantes eran excelentes músicos, pero el punto de genialidad les llegaba gracias a la personalidad arrolladora de Lynn Strait, un frontman de un carisma inmenso y una excelente voz rasgada. Su personalidad y estilo de vida impregnaba todo en Get Some, tenemos incluso a su inseparable perro Dobbs en la portada y en las fotos promocionales del grupo, como si de un sexto miembro se tratara. Strait se encargaba de las letras y de gran parte de las composiciones, todos daban por hecho al frontman como el alma de Snot. Su voz, además, era una de las fortalezas del grupo, rasgada y potente hasta el extremo y con un rollo y mala leche enorme. «Fuck the record, and fuck the people«, así empezaba este áspero ejercicio de punk-metal moderno que acabó siendo uno de los referentes del género para siempre, y trágicamente único disco de una banda mil veces reivindicada.
Get Some es un disco excelente de principio a fin, con grandes temas como el que da título al disco, cuya base rítmica y fraseo de guitarra es repetido en diferentes interludios a lo largo de todo el disco. El tema central del álbum es un pepinazo numetalero de una enorme tensión en la que la excelente base rítmica lleva a Strait de unos versos contenidos hasta romperse y casi darse la vuelta dejándose la voz. El sonido conseguido por el productor T-Ray es impecable, como casi todos los álbumes americanos de este periodo, con ese sonido de caja aguda o «baretta» en la batería, tan característico del hardcore. Junto a temas de medio tiempo como Stoopid o I Jus’ Lie tenemos otros más prototípicos del hardcore-punk, como las inmediatas Deadfall y Joy Ride, esta última con un sobrecogedor y terriblemente profético sonido de accidente automovilístico junto a un grito de Strait (que personalmente siempre me salto cuando escucho el disco).
El álbum recibió críticas excelentes aunque no cosechó el tremendo éxito comercial de otras bandas surgidas al mismo tiempo, pero sí el suficiente como para que la banda fuese incluida en la gira Ozzfest por todo Estados Unidos en 1998, siendo famosas las apariciones de Lynn Strait sobre el WC gigante del escenario de Limp Bizkit, totalmente desnudo, y hasta recibiendo felaciones en algún caso en el que llegó incluso a ser detenido. A finales de 1998 se produjo la terrible noticia, Lynn Strait y su perro fallecían en un accidente automovilístico, tras lo cual la banda dijo que todo acababa. De este modo, todos sus miembros se unieron a diferentes bandas y proyectos (Sevendust, Amen, Soulfly, Human Waste Project y un largo etcétera). En el año 2000 se publicó un disco homenaje a Lynn titulado Strait Up, se trataba de un álbum con vocalistas invitados cantando sobre ideas inconclusas que debían haber aparecido en el segundo disco de la banda, pero esa es otra historia de la que pronto hablaremos.
Get Some es una de las grandes joyas del nu-metal, o por qué no decirlo, de la década de los 90. Un único disco de una banda que tenía todas las papeletas para hacerse enorme, y de hecho para muchos siempre lo fue. Un trabajo que supo reunir de un modo atractivo los sonidos de aquel momento junto a elementos hardcore, punk y groove metal; con toda la frescura y sin necesidad de caer en ciertos clichés de aquellos tiempos, como el rap, o el scratch. Snot podría tomarse como la banda más rockera del nu-metal, con este único y atemporal trabajo que ya ha cumplido 20 años.