Texto por Pablo Martyr.


Hoy hace 20 años que una entonces semidesconocida banda de “true norwegian black metal” sacó un disco que significaba todo un punto de inflexión en su carrera. Ha llovido desde que Dimmu Borgir publicaron un disco que suponía un cambio de discográfica, idioma, estilo y sonido al mismo tiempo. Cambiar hacia Nuclear Blast, el inglés y una producción más limpia y elaborada seguro que en ese momento sonó a venta al mejor postor. Lo cierto es que este “Enthrone Darkness Triumphant” es el disco más laureado de los noruegos, y tiene un punto exquisito entre la voz desgarrada de Shagrath, la instrumentación limpia para un estilo que nunca lo fue, y los teclados omnipresentes de Stian. Un disco amado por el adolescente que se inicia en músicas “satánicas” y odiado por ese otro que ya está de vuelta de todo y aborrece lo “comercial”. Mentiría si digo que lo escuché cuando salió, pero no mucho después sí cayó en mis manos. Recordando su aniversario lo he revisitado varias veces y, a opinión del que escribe estas líneas, sigue siendo un remanso de oscuridad sinfónica superproducida a la que la mayoría de edad más dos le sienta espectacular.