Volvimos a charlar con un músico tan formidable como Gregor Mackintosh, y volvió a hacer gala de su mordaz personalidad y agudo sentido del humor. Uno de los protagonistas más respetados en el mundo del metal desde hace décadas. Arquitecto y creador de un género como el doom metal con Paradise Lost, con el que volvimos a charlar a propósito del nuevo disco de su otra banda, Vallenfyre. «Fear Those Who Fear Him» es un ácido tercer disco en el que exorciza su rabia radicalizando todavía más su sonido.


Cuando compones ¿Lo haces pensando en una u otra de tus bandas? O compones ideas y luego ves si pueden encajar mejor en una u otra banda…

Lo hago con una banda específica en mente. Ambas bandas tienen una sensación muy diferente entre ellas. Paradise Lost es bastante refinado, melancólico y musical, mientras que Vallenfyre es todo lo contrario. Caótico, sucio y sin refinamientos. No tengo problema en separar los dos.

En esta ocasión parece que el sonido de Paradise lost está más ausente que nunca ¿no es así?

Sí, tuve que escribir ambos nuevos discos a la misma vez, y eso provocó que cualquier signo que me sonase a Paradise Lost lo guardara para el otro disco. Digamos que es el álbum de Vallenfyre que menos suena al Mackintosh de Paradise Lost.

¿Dónde te has apoyado esta vez para encontrar la inspiración? 

La autoridad y la mentalidad mansa de la gente aborregada ha sido el tema recurrente. Una de las principales razones por las que detesto la religión es que se utiliza como una forma de control que explota a la mayoría de los pueblos, que necesitan sentirse parte de algo más grande. Ello probablemente proviene de nuestras raíces tribales. Personalmente soy una persona solitaria, así que rara vez siento la necesidad de ser parte de un grupo más grande de personas, pero estoy fascinado y consternado por la mayoría de las razas humanas, y cómo necesitan pertenecer a algo y ser aceptados. Lo hacen de la manera más horrible también. Miran a la gente con sospecha o incluso atacan a personas que no encajan en su grupo particular, o lo que sea.

El convertiros en trio cómo se produjo? ¿Cómo fue la partida de Scoot? Tengo entendido que sois viejos amigos. ¿En directo también seréis capaces de hacerlo como trío o se unirá algún músico?

Se suponía que seríamos cuatro en este disco, pero nuestro otro guitarrista, Sam no podría hacerlo, aunque continuará tocando en vivo con la banda. No sabíamos cómo sería la grabación como trío, pero resultó ser mucho más rápido y más simple tener menos gente a la que transmitir información. Simplemente lo hicimos de golpe y no lo pensamos demasiado. Scoot se fue alrededor de hace un año, antes de ponernos a trabajar en este disco, ya no podía hacer malabares con su trabajo y sus varias bandas, de las cuales Doom es la principal. Nuestro bajista en vivo se llama Chris y ha tocado en varias bandas, incluyendo Extreme Noise Terror.

La salida de Adian Erlandsson (batería) supongo que sería igual que la de Scoot, por no poder atender tantas bandas, ¿no es así? 

Efectivamente. Él tenía demasiados proyectos en marcha, pero también su banda principal, At the Gates, lo comprometió mucho con giras, así que no pudo continuar.

El trabajo de Waltteri Väyrynen nos pareció increíble en directo e igualmente en este disco nos ha encantado. Es un batería con una pegada muy fuerte, además de ser un batería “joven” y técnico. ¿Le diste total libertad para encajar su estilo o sin embargo marcaste ciertas premisas?

Quería que pusiera su sello en el disco, pero también tuve que entrenarlo con ciertas cosas porque sabíamos cómo queríamos que el disco sonara. Creo que Waltteri es muy bueno en la improvisación, en directo los temas nunca los hace iguales, y de hecho lo demostró bastante en el estudio. Tiene algo que no teníamos antes, en realidad algo que casi no tiene ningún batería.

La producción de Kurt ballou parece que es una pieza importante, el disco suena horrendamente pesado y cascado. ¿Qué magia hay detrás de vuestro sonido? Porque en directo sonáis igualmente cavernosos a la vez que nítidos. Supongo que el truco es que no hay truco…

Sólo unos amplificadores obscenamente altos, haciendo un ruido horrible, y Kurt tratando de capturarlo sin que se llegara a destruir su equipo (risas). Nos encantó lo que Kurt hizo con la producción de Splinters, pero para este disco queríamos capturar más el sonido en vivo de la banda, así que, correcto, no hay truco.

¿Cómo es la vida en tu Halifax natal? 

Nací y crecí en Halifax, pero no he vivido allí ahora por 16 años.

Háblame un poco de esas raíces, y si ello te marcó a la hora de componer.

Creo que mucho de donde crecí está en la música que hago. Crecí en una familia pobre de la clase obrera, en una ciudad pobre de clase baja. Es un típico sitio del norte, una ciudad industrial rodeada de hermosas colinas verdes.

Hace muchos años leí en algún lugar que tus vecinos te solían mirar mal…

Algunos de los problemas que tuve con los vecinos, allí y en otros lugares, se debían generalmente a la mentalidad de ciudad pequeña. Siempre se mira al que se comportaba un poco diferente de lo que se espera.

Crees que Vallenfyre va dirigido a un tipo de público más joven que el de Paradise Lost o son igual de viejos (risas)

Ambos igual de viejos, pero probablemente los fans de Vallenfyre son un poco más guarros que los de Paradise Lost (risas).

Sea lo que sea, supongo que sí que te hará sentir más joven este proyecto, al tratarse de una propuesta que bebe más directamente de las bandas que escuchaste en tu juventud, ¿no es así?

Totalmente. La primera música que llegó a mí cuando era un chaval adolescente es toda la influencia que aparece en este álbum. Del hardcore punk al grindcore, del crust al doom. Es difícil no sentirse re-energizado, además vampirizo la juventud de nuestro batería veinteañero (risas).

Además de las ganas de hacer la música de tu juventud, la que haces en Vallenfyre… ¿Qué hay en ti ahora del Gregor adolescente?

No he cambiado demasiado. Aún soy una persona muy solitaria. Esporádico e impetuoso. Todavía ando apasionado por la música, y todavía detesto el 99% de la población. Estoy más relajado en algunos aspectos, pero no en otros. Mi paciencia es peor que cuando era un adolescente.

Si pudieses viajar en el tiempo y darte un consejo cuando empezaste en la música… ¿Cuál sería?

Relájate y disfruta. Y también que no me tomase a mí mismo demasiado en serio.

La música extrema siempre ha estado ahí. El mundo underground no ha desaparecido, se le haga más o menos caso. Pero ahora encuentro una gran cantidad de bandas, nuevas y viejas, haciendo cosas muy muy buenas ¿Lo ves igual? ¿Te entusiasman también o te quedas con los grandes discos del pasado?

Todavía adoro los álbumes clásicos, pero soy un ávido seguidor de nuevas bandas underground y regularmente voy a pequeños conciertos mugrosos. Bandcamp es una de las pocas cosas buenas que salieron para las nuevas bandas. Encuentro un montón de cosas buenas gracias a Bandcamp.

Bajo tu punto de vista… ¿Qué es lo que falta en el mundo del metal?

Mayor diversidad de registros y sonidos. El 90% de las bandas de metal suenan casi idénticas para mí en la actualidad. En los años 80 las bandas parecían tener más individualidad, una personalidad que las diferenciaba a unas de otras.

¿Y qué hay en exceso?

Un uso excesivo de la palabra «crushing» (trituración) para describir los álbumes (risas).

Eres un guitarrista zurdo, alguna vez intentaste tocar como diestro?

No.

Y con esa acaban nuestras preguntas estúpidas (risas). ¿Qué opinan tus compañeros de Paradise Lost de Vallenfyre?

No es realmente lo suyo, aparte de tal vez de Nick.

¿Veremos a ambas bandas girar juntas?

Nunca. No giraremos juntos porque físicamente yo no podría. No sé cómo Shane Embury (Napalm Death, Lock up, Brujeria) lo hace.

Te veremos por España pronto de nuevo con Vallenfyre?

Actualmente estamos tratando de conseguir una gira española-ibérico-portuguesa para Vallenfyre en enero de 2018. Esperemos que suceda. Muchas por profundizar en nuestra música.

 


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Crítica: Vallenfyre – Fear Those Who Fear Him (2017)