Crítica por Rafa Diablorock.
Sello Nuclear Blast.
Cualquiera que siga mínimamente esta web sabrá que este disco era muy esperado. Decapitated está para nosotros muy por encima del status que viene cosechando. Tiene una historia muy especial, es de esas bandas que salen de un sitio diferente y cuentan con un bagaje que las hace especiales. Desde hace mucho tiempo el gran arquitecto detrás de la formación nos parece unos los músicos más destacados en el mundo de la guitarra, Vogg, un melenudo polaco que al igual de los Tardy, Duplantier, Van Halen, Cavalera o Abbot empezó una banda con su hermano, quedándose destrozado tras un desgraciado accidente que se lo arrebató.
La formación ha mirado al frente perdiendo gran parte de su base de fans en los últimos años, apostando por avanzar en su propio sonido en lugar que mantenerse en los límites que les marcase un determinado género, en este caso el death metal técnico. Si la vuelta a la actividad de Decapitated fue polémica con el sorprendentemente modernizado «Carnival is Forever» (2011), más aún lo fue su anterior trabajo, Blood Mantra (2014), discazo difícil de digerir, tomado como un mal chiste por muchos ortodoxos del metal extremo debido a su marcado acento atmosférico y progresivo.
La banda regresa este 2017 en el que vuelven a entregarnos un disco con pocos temas, 8 en total, en el que de nuevo aparece una versión de Dacapitated diferente a la que estábamos acostumbrados. Si me preguntasen por este nuevo disco y unicamente pudiese responder con una palabra tendría muy clara cual sería: Dimebag. La pasión de Vogg por el guitarrista de Pantera es de sobra conocida, lleva muchos años tatuado en su piel e incrustado en su manera de tocar, pero es en este Anticult en el que se presenta de una manera más clara. No estoy diciendo que cualquier fan de Pantera pueda disfrutar del disco, porque no dejamos de encontrar 8 temas que demuestran que la banda polaca es una entidad por sí misma con un sonido propio bien identificable, pero el modo directo en que se riffea en este disco, los arreglos, los solos, la manera en que se muestran sin rodeos las ideas de cada tema me hacen creer que el espíritu de Dimebag está de más presente que nunca.
Nada más que tenéis que escuchar Deathvaluation, segundo corte del disco, con cuatro minutos y medio en los que el sonido Decapitated se ve contagiado de ese tono gamberro Dimebag Darrell, ese groove que de repente se frena en un medio tiempo que te agarra de la nuca y te hace hacer headbanging irremediablemente, riffs, riffs y más riffs, con detalles, «dejes» y solos de guitarra que te dejan sin respiración dentro del estilo taladrante death metal imposible de extirpar del sonido de los polacos. Hablamos de guitarrazos en toda la cara, de sutiles progresiones de las melodías, de ritmos muy marcados, y de detalles que pocos guitarristas serían capaces de reproducir por simples que puedan parecer.
El resto de músicos y la producción del disco vuelven a estar a un altísimo nivel, pero apenas son acompañantes secundarios de la inmensa creatividad de un Vogg que a las 7 cuerdas deja detalles de calidad en cada uno de los temas y pasajes de este disco. Un trabajo que se pasa en un suspiro, y es que parece mentira que Impulse, temazo tremendo y atiborrado de ideas que abre el disco, dure más de seis minutos. Como podéis intuir, estamos hablando del disco más accesible hasta la fecha de la banda, ya que pese a no bajar el listón en cuanto a agresividad, Anticult contiene numerosos elementos que lo acercan, sin perder un ápice de sofisticación, a paladares de perfil mainstream.
Decapitated han sabido introducir elementos que otras bandas singulares del género han hecho populares, de modo que se postulan como una seria alternativa a los fans de bandas como Meshuggah (esos toques marcianos tanto en atmósferas oscuras como en percusión) o Gojira (elementos orgánicos y arcanos muy marcados), de modo que, como se venía anticipando, estamos ante un gran puñetazo en la mesa capaz de cautivar tanto a sus viejos fans como a nuevos públicos.
Si en este momento me invitaran a demoler una casa a martillazos y tuviese que poner un disco para amenizar la tarea lo tendría bien claro, Anticult iría como anillo al dedo. Posiblemente acabaría con más sangre en las manos que las que aparecen en su portada, pero la adrenalina y el subidón de temas, como la mágica y profunda Impulse, la furiosa Anger Line o la escalofriantemente bestia One Eye Nation, me servirían de anestesia. Tremendo también el cierre inesperado de Amen, corte prácticamente instrumental en el que el poder del riff sirve para apuntalar un disco que, tanto si medimos por la calidad de sus riffs como por la intrincada estructura y detalles que contiene, debemos encumbrar como uno de los mejores discos de metal que hemos escuchado en mucho tiempo.
01. Impulse
02. Deathvaluation
03. Kill The Cult
04. One-Eyed Nation
05. Anger Line
06. Earth Scar
07. Never
08. Amen