En un escenario, un tipo con una kilométrica lengua, escupe sangre y fuego. Hay guitarras que salen volando y unos tipos maquillados que entre pirotecnia y fantasía rockean con un repertorio de esos infalibles. No hay lugar para proclamas políticas o canciones con temática social. Lo que prima es pasarlo bien durante un par de horas, olvidándose de los problemas del día a día y disfrutar de un gran espectáculo. Añadamos a estos datos que estamos en 1977. Es relativamente fácil deducir que hablamos de un concierto de The Hottest Band In The Word, KISS!


En 1977, la banda de Simmons y Stanley eran precisamente eso, la banda mas caliente del planeta. Atrás habían quedado años de trabajo duro y una discografía que, a esas alturas, era prácticamente perfecta. Se podría decir que en ese momento, KISS encarnaban la fantasía rockera definitiva. La banda era un producto (posiblemente Simmons esté muy cómodo con esta definición) de los años 70. Estoy totalmente seguro de que, de haber nacido en la década anterior o en la posterior, no se hubieran llegado a convertir en la leyenda que llegaron a ser. Desde luego, el poder mantener oculta su identidad durante tantos años fue un juego que hoy sería imposible de llevar a cabo, ya que en la actualidad cualquier persona es un potencial paparazzi. Pero hace 40 años, prensa y banda llevaron a cabo esa especie de “juego” que beneficiaba a ambas partes y que hacía que se formaran todo tipo de leyendas urbanas en torno al grupo.

Eso sí, no salió gratis. El agobio de someterse a interminables sesiones de maquillaje antes de cualquier aparición pública y de tener que preocuparse de no mostrar su verdadero rostro ante las cámaras llegó a convertir a los miembros de la banda en prisioneros de su propia creación. Programas de televisión, giras interminables, sesiones de fotos para todo tipo de revistas y rodajes de clips y anuncios de todo tipo de objetos de merchandising. Nada quedaba al azar y ningún medio era demasiado pequeño o demasiado ajeno al mundo KISS. Si tenía lectores y oyentes, ahí estaría la banda promocionándose. En ese aspecto nunca fueron un grupo snob o selectivo. Querían llegar a cuanta mas gente mejor. Nunca lo ocultaron y sus esfuerzos iban encaminado a ser el número 1 en todo. En venta de discos, de entradas, de juguetes, etc. Su ambición no era obtener prestigio, si no fama, dinero y popularidad. Y en 1977, desde luego, lo habían conseguido de sobra.

Pero está claro que no hablamos solamente de una banda hábil para para ganarse titulares por su imagen. Al igual que en el caso de Alice Cooper, había una base musical muy sólida y desde su primer disco KISS no habían dejado de crecer musicalmente. Tras una trilogía inicial excelente, en 1975, la banda había publicado Alive! rompiendo con todos los registros y conviertiéndose en superestrellas. Tras ello, volvieron al estudio con la consigna de no dormirse en los laureles. Y no lo hicieron, desde luego. Tras Alive!, publicaron el genial Destroyer en el que trabajaron con Bob Ezrin y se atrevieron incluso con ciertos arreglos orquestales. Un soberbio trabajo que dio paso, en 1976, al magnífico Rock´N´Roll Over, en esta ocasión de la mano de Eddie Kramer, en el que volvieron a un sonido un tanto mas crudo.

En 1977, en pleno apogeo del movimiento punk, sobre todo en Gran Bretaña, KISS se disponían a seguir en la cima. Y no estaban dispuestos a que unos cuantos jovenzuelos cabreados proclamando su filosofía de No Future les aguaran la fiesta. En mayo se encerraron en los Record Plant Studios en New York y con Eddie Kramer de nuevo ejerciendo de productor empezaron a grabar lo que sería el sucesor de Rock´N´Roll Over. Nada más y nada menos que Love Gun, trabajo que representa para muchos el último momento de grandeza de KISS en estudio. Yo no opino así, ya que Dinasty me parece un grandísimo disco, pero entiendo que haya gente que no lo considere como tal. Pero con el título que hoy nos ocupa podríamos decir que aún hay unanimidad en considerarlo como parte de la imbatible etapa clásica de la banda. El trabajo, definitivamente, se apartaba de los postulados de Destroyer y la grandilocuencia de Ezrin, y continuaba ofreciendo un sonido mas básico, crudo y hard rockero. 10 canciones, poco mas de media hora. Y no hace falta nada mas. Es un disco 100% KISS super disfrutable. Y esto lo podemos percibir desde el fulgurante inicio con I Stole Your Love y el mega-clásico Christine Sixteen. En la primera, comandada por Paul al micrófono, la banda desbocada ya avisa de que no han bajado la guardia en absoluto. Y en la segunda, con Gene a las voces, se beneficia de uno de esos riffs y estribillos memorables, así como de un piano y unos coros estupendos. Podría haber figurado en un disco de Sweet o de Gary Glitter perfectamente. Un 10 para el amigo Gene que con canciones como ésta demostraba su excelencia como compositor.

El disco se beneficiaba de una banda en estado de gracia y pese a no salirse demasiado de la senda del hard rock, que tan bien dominaban Simmons y compañía, ofrecía bastante variedad. Desde la dureza de Hooligan, cantada maravillosamente por Peter Criss (siempre he sentido debilidad por su manera de cantar) hasta una estupenda versión del Then She Kissed Me de The Crystals, muy alejada de los postulados del Wall of Sound de Phil Spector, pero llevada al terreno KISS con mucho acierto. Un homenaje además al sonido que Simmons y, sobre todo, Stanley (gran admirador del soul clásico) adoraban antes de formar el grupo cuando eran adolescentes.

La canción que daba título al disco era otra de esas que posteriormente se incorporó al repertorio del grupo. Cantada con muchísima fuerza por un Paul Stanley que dio el 100% en la grabación. Tema en el que, por cierto, también tocó el bajo. El guitarrista también se encargó de poner su voz en la adictiva Tomorrow And Tonight, que creo que hubiera merecido figurar como un clásico a la altura de Rock´N´Roll All Nite o Strutter. Una canción de esas perfectas. Al igual que Christine Sixteen, es de esos temas que se escuchan una vez y quedan grabadas en la memoria. Estribillo, coros, melodía. Canciones pop de primera con guitarras hard rockeras y vocación de clásicos desde el momento de su publicación.
Simmons, por su parte, además de en Christine Sixteen, ejerció de voz solista en Almost Human, Got Love For Sale y en la dura Plaster Caster, con ese bajo tan grave marcando el ritmo. Una canción que habla de la célebre groupie que hacía moldes de yeso de los penes de muchas de las rock stars que se cruzaban en su camino. Gene y sus obsesiones…

La canción no es quizás de las mas famosas del repertorio del grupo, pero se considera casi como de culto, apreciada por el núcleo duro de fans. Además, bajo ese sonido duro, casi heavy por momentos, se escondía una melodía que haría que Plaster Caster fuera ganando adeptos con los años. Love Gun presentaba además otra particularidad. Y es que fue el primer disco de KISS en el que todos los miembros del grupo cantaron alguna canción. Gene había convertido a la banda en una máquina de hacer dinero, pero cuando la formó, su ideal era mezclar sus dos grandes pasiones, The Beatles y los cómics de Marvel. De la banda de Lennon y McCartney le atraía el concepto de no tener un solo líder o frontman definido. Y así, al igual que en el caso de los británicos, en KISS eran más visibles dos miembros (Simmons y Stanley), pero siempre se incluían composiciones tanto de Frehley como de Peter Criss. El batería incluso había cantando varios temas en el pasado incluyendo clásicos como Hard Luck Woman, Baby Driver o Beth. Pero Space Ace, pese a ser un brillante compositor nunca se había atrevido a poner voz a ninguna canción. Para las sesiones de Love Gun, les mostró a sus compañeros una canción que había compuesto. A todos les encantó y le animaron a que la cantara él mismo. Frehley era una persona muy insegura y nunca se atrevía, pero en esta ocasión cedió. Pese a ello, la grabación, la realizó tumbado en el suelo del estudio y fuera de la vista del resto del grupo. Solo así accedió a hacerlo. Y el resultado es una de las mas grandes canciones de la banda en particular y del hard rock en general. Una base rítmica buenísima y ese riff cortante inconfundible y que a tantos guitarristas inspiró posteriormente. Y Ace, podría no ser Pavarotti , ni falta que hacía, pero demostró tener una voz fuerte y convincente que encajaba como un guante con la canción. El título estuvo inspirado en un incidente que tuvo lugar durante la gira de Rock´N´Roll Over en un momento en el que el guitarrista se electrocutó en el escenario. No fue nada serio pero se convirtió en la semilla del que terminaría siendo uno de los himnos de la banda.

El disco se publicó el 30 de junio de 1977, siendo un gran éxito. El vinilo original contenía dentro una pistola de cartón para montar y la portada (fantástica) fue obra del ilustrador Ken Kelly, que había sido autor también de la portada de Destroyer. Apoyado en Christine Sixteen y Love Gun, que fueron los singles elegidos para promocionar el álbum, éste se convirtió en un gran éxito sobre todo en Japón y en Estados Unidos, donde llegó a ser disco de platino. La banda se lanzó a la carretera y la gira sería apoteósica. En ese momento, KISS era el grupo más popular en directo de todo el panorama rockero americano y grabarían tres conciertos en agosto de cara a lo que sería el directo Alive II. Desde luego, visto con la perspectiva que da el tiempo, nos encontramos antes un trabajo sólido, lleno de grandes canciones y con un sonido 100% classic KISS. Incontestable.

Pero no todo fue de color de rosa. Love Gun fue el último de los discos de estudio de la banda en los que estuvieron presentes los cuatro miembros originales. La presión de la fama, el frenesí y el ritmo de vida de rock stars afectó especialmente a Peter Criss y a Ace Frehley, que vivían desde hace años en un estado de juerga permanente, lo que acabó por pasarles factura en forma de ausencias a sesiones de grabación, imposibilidad de mostrar una cierta profesionalidad, etc. Eso les fue distanciando De Simmons y Stanley, mucho mas centrados y con los pies en la tierra. Todos conocemos el desenlace en forma de la ruptura definitiva de la formación años después. Pero de eso hablaremos en otro momento. En 1977, los fans querían lo mejor. KISS se lo dieron. Ahora toca poner de nuevo en el plato Love Gun, dejar caer la aguja, volverse loco y gritar una vez más, con el equipo a todo volumen aquello de:

“Tomorrow and Tonight
Tomorrow and Tonight
We Can Rock All Day
We Can Roll All Night”