Resurrection Fest es de nuestros festivales preferidos. Son ya muchos años acudiendo a Viveiro, y para nosotros es como un placentero paréntesis del sofocante verano. Además de todo lo musical, que no es poco, Resurrection Fest es un festival muy singular por el enclave inigualable de la ciudad que lo acoge, Viveiro. Recuerdo que el primer año que pisé la villa de Viveiro, después de haber visto el panorama, y justo después de un palizón de comer, le dije a mis compinches sin ni siquiera haber pisado el recinto del festival: «El año que viene me da igual el cartel, aquí estaré de nuevo«. Tras muchos años disfrutando del oasis veraniego que significa este festivalazo, nos atrevemos a comentar diez puntos claves que hacen de Resurrection Fest un festival único.


1. Gastronomia.

Tanto por la cantidad como por la calidad. No vayas allí a comer macarrones, por favor. Gracias a la inmejorable situación geográfica de Viveiro, combinando mar, campo y río, sus mesas cuentan con una gran cantidad y variedad de productos de excelente calidad. Mariscos, pescados, carnes y platos típicos, que fuera de Galicia no saben igual. El pulpo es siempre el cuarto cabeza de cartel del festival.

2. Playas.

Si bien la extensión del litoral vivariense se limita a su ría, la oferta playera de la zona es rica y variada, con arenales de distinta configuración, capacidad e incluso tipo de arena: desde hermosas y extensas playas a pequeñas y recogidas, todas ellas orgullo del norte galaico. Playas como las de Covas, Area, Sacido…

3. Su gente.

Es increíble como se vuelca el pueblo de Viveiro, desde los camareros, taxistas y tenderos a todo aquel habitante de la ciudad con el que tengas la suerte de coincidir, de cualquier edad o condición. Viveiro te recibe con los brazos abiertos, y la retranca gallega está en cada uno de los personajes con lo que te cruzas.

4. Clima.

-«Hola, tu eres andaluz ¿no?»
– Así es.
– «Y qué… ¿mucho calor allí abajo?»
-Señora, justamente 20 grados más que aquí.

Conversación que repito todos los años, y me toman por exagerado. Viveiro tiene justamente 20 grados centígrados menos que mi seca y llana córdoba. La temperatura perfecta para un festival de verano, y como además tenemos suerte, ni llueve, y si lo hace no pasa nada, es verano y no somos gremlins.

5. Mirador de San Roque.

De verdad que merece la pena subir, está en la que el año pasado llamaron zona 3 del camping, y tiene unas vistas impresionantes. Sube y echa un vistazo con tus propios ojos, en foto no es ni remotamente lo mismo.

6. El banco más bonito del mundo

Un remanso de paz sobre los acantilados de Loiba. Imaginaos sentados sobre este paraíso para surfistas. Aguas azules con filos de rocas oscuras y las verdes hierbas que brotan de los acantilados. Desde el banco podréis divisar la playa de Picón, los acantilados de Ortegal, la Estaca de Bares y el horizonte infinito del mar.

7. Casco histórico.

El casco histórico de Viveiro ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico, y está rodeado por la antigua muralla medieval de la que aún se conservan tres puertas: La Puerta de Carlos V, la Porta da Vila y la Porta do Valado. Caminar por sus calles y plazas, Casa de los Leones, Plaza Mayor, Praciña da Herba, Callejón del Muro…

8. Poza da ferida.

Es una impresionante cascada natural de más de 30 metros formada por el río Xudreiro, afluente del río Landro, en un hermoso paraje de limpias aguas y que forma una poza circular en su base. También se puede acceder andando desde Casa do Batán, siguiendo el curso del río Loureiro, que bordea la finca de la casa y a poco más de 6 kilómetros de ésta, se encuentra este paraje natural de increíble belleza.

Mantar.

Tocan el último día en el escenario Desert Stage… ah no… perdón, que dijimos unicamente atractivos no musicales. Seguimos.

9. Souto da Retorta.

Esto lo descubrí el año pasado y es una pasada. En el siglo XIX llegó el eucalipto a Europa, concretamente a Galicia, donde esta especie se adaptó tan bien a nuestro clima que se fue extendiendo masivamente por nuestra geografía. En el souto da Retorta, también conocido como eucaliptal de Chavín, cerca de la villa de Viveiro, se encuentran algunos de los ejemplares de mayor altura y envergadura del continente, como el famoso “avó” (abuelo), plantado hacia 1880, con más de 67 m de altura y 10,5 m de perímetro. En nuestro paseo por este bosque de gigantes podremos admirar las colosales dimensiones de estos eucaliptos centenarios. No se os ocurra iros sin verlo

10. La morriña.

La morriña o nostalgia es un sentimiento propio en todos los seres humanos. Sin embargo, para los gallegos es mas que un simple sentimiento, es un sello particular de identidad. Sin ser gallego, uno tiene verdadera morriña al irse de Viveiro, es algo que se apodera de ti. Realmente da pena abandonar un sitio tan especial. Sales del pueblo sabiendo que harás todo lo posible por volver el año siguiente.


 

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