Sello: EarMusic
Producción: Bob Ezrin
Crítica por Rafa Diablorock
«A ver lo que sacas…» – El Padrino.
Qué queréis que os diga, llevaban sonados 20 segundos de este disco y ya estaba absolutamente convencido… esos arpegios, esas guitarras, y esa manera de romper el hielo me derritieron. Como para contaros el subidón al escuchar la voz del padrino cuando empezó a cantar. Hablamos de un semidiós, de un icono con dos patas. Cristiano, forrado, que juega al golf y tiene cuadros multimillonarios de Andy Warhol en su trastero, pero con el rock en las venas como casi nadie que pise este planeta. Que un tipo así, cuyo fuerte son las actuaciones en vivo, que ha arriesgado tanto en estudio como él, y con 69 años sea capaz de regalarnos otra nueva gran colección de canciones me parece un auténtico regalo que hay que saber valorar y aprovechar.
Está claro que no hablamos de un disco tan sobresaliente como muchos de los hitos de su carrera, pero Paranormal ocupa ya un lugar entre lo mejorcito de Cooper por debajo de sus imprescindibles, y por supuesto tiene ese algo especial que sí lo hace sobresalir comparado con cualquier lanzamiento de otro mortal. Después de mutar su sonido infinidad de veces Alice Cooper cuajó un excelente disco hace seis años, aquel Welcome 2 my Nightmare tenía una intención muy clara, revisionar una idea conceptual de los 70’s para cerrar un ciclo. Ahora regresa sin un motivo especial, con un concepto libre, canciones que simplemente quiso registrar con su amigo Bob Ezrin en el estudio. Le apetecía al hombre dejar por una temporada las reuniones de la jet set y demostrándose a sí mismo (y a sus fans) que su talento creativo no se ha esfumado todavía. Diez temas sin hilo conductor alguno, que hacen de este Paranormal un trabajo tremendamente variado. Canciones sencillas (que no simples), en diferentes peldaños que les otorgan identidad propia dentro de un sonido determinado; algo que quiero ver representado en la portada del álbum. Y sí, tenemos como siempre invitados de renombrón, pero salvo Billy Gibbons, que presenta credenciales de manera abrumadora en Fallen in Love, Roger Glover, Larry Mullen y la anunciada aparición de los tres viejos compañeros de la formación original, Michael Bruce, Dennis Dunaway y Neal Smith, están en una sombra muy por debajo del verdadero protagonista.
El hard rock de Dead Flies, la mordida heavy de Fireball, el aire boogie de Fallen in Love (gracias a ti también Gibbons), el rock n’ roll de Rats, el tono beatle-floydiano de The Sound of A y la magia absoluta de Paranoiac Personality; un disco de todo menos aburrido. Con ese tono enfermizo imposible de arrancarle a este monstruo, en ocasiones grasiento pero siempre elegante; y sin tener que recurrir de climaxs forzados. Destacaría el formidable trabajo de guitarras, punzantes y protagonistas en todo el recorrido. Y por supuesto el padrino también hace una notable actuación vocal, sacando petróleo a una voz de 69 años que, con cierta ayuda de estudio y algún efecto puntual, sigue emocionandonos.
«Disfrutable» es un término no reconocido por la RAE, ya va siendo hora de que sus académicos escuchen discos como este.
GRANDE, GRANDE ROCK